Objetivos eficaces para el desarrollo
FORBES, 25 de Septiembre del 2015
El principal problema con la
nueva larga lista de objetivos de desarrollo es que tratar de priorizar 169
cosas es como priorizar nada. Deberíamos empezar por enfocarnos en los 19 más
eficaces, señalados por un panel que incluye a varios economistas ganadores del
Premio Nobel.
Entre el 25 y el 27 de
septiembre, los líderes mundiales se reunirán en Nueva York para decidir sobre
las prioridades más importantes del mundo para los próximos 15 años.
Están en juego US$2.5 billones en
ayuda al desarrollo e incontables miles de millones en presupuestos nacionales.
Desafortunadamente, debido a la politiquería y un deseo de complacer a todos,
este enorme presupuesto logrará cuatro veces menos beneficios de lo que podría.
Se espera que los jefes de Estado
respalden una imposible larga lista de 169 objetivos de desarrollo elaborada
por los embajadores de las Naciones Unidas[1], que abarca desde la reducción de
la malaria y el aumento de la educación hasta la mejora de la biodiversidad y
la eliminación de la desigualdad.
Estos objetivos reemplazarán las
18 metas claras que formaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que
tuvieron un éxito considerable en la concentración de los recursos para la
lucha contra los desafíos globales desde el cambio de siglo.
El principal problema con la
nueva larga lista de objetivos es que tratar de priorizar 169 cosas es muy
similar a no priorizar nada.
Considere uno de los 169
objetivos que los gobiernos están firmando: “Para el año 2030 garantizar que
todos los alumnos adquieran los conocimientos y habilidades necesarias para
promover el desarrollo sostenible, incluyendo, entre otros, la educación para
el desarrollo y estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad
de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía
global, y la valoración de la diversidad cultural y de la contribución de la
cultura al desarrollo sostenible.”
Definitivamente existe la promesa
de algo agradable, pero es difícil saber qué es exactamente.
Los 169 objetivos se han
seleccionado a través de un proceso de toma y daca y disputa nacional sin tener
en cuenta los costos o méritos relativos.
Durante el año pasado, más de 100
académicos han utilizado el análisis de costo-beneficio para examinar los
objetivos para el Copenhagen Consensus Center, el grupo de expertos que dirijo.
Este enfoque coloca en una sola cifra monetaria todo el bienestar social,
ambiental y económico que cada objetivo podría lograr, y como era de esperar,
revela variaciones salvajes en su eficacia.
El análisis por un panel que
incluye varios economistas ganadores del Premio Nobel encontró que hay 19
objetivos específicos dentro de los 169 que darían más de US$15 de beneficio
por cada dólar gastado.
Por ejemplo, el objetivo de
lograr el acceso universal a la anticoncepción y la planificación familiar que
costaría US$3600 millones y evitaría que
cerca de 150,000 madres mueran en el parto cada año, lo que significa alrededor
de 600,000 huérfanos menos. Por otra parte, esto generaría un dividendo
demográfico, aumentando la proporción de personas en edad de trabajar, lo que
significaría tasas de crecimiento ligeramente superiores. En total, el
empoderamiento de las mujeres con un mayor acceso a la anticoncepción generará
US$120 en beneficios sociales y económicos por cada dólar gastado.
Otro objetivo fenomenal es el de
poner fin a la tuberculosis para 2030. Erradicada en los países ricos, sigue
siendo una causa de muerte entre los pobres. El tratamiento es barato y eficaz.
Ayudar a casi todos los que se enferman costaría alrededor de US$8,000 millones
al año, pero proporcionaría beneficios por valor de casi US$350,000 millones. Cada
dólar aportaría US$43 en beneficios.
Completar el tratado de libre
comercio de Doha es un tercer objetivo extraordinariamente poderoso. Países
como China, Corea del Sur, India y Chile han demostrado que la reducción de las
restricciones al comercio acciona décadas de rápido desarrollo, aumento de los
ingresos y reducción de la pobreza. Un acuerdo comercial de Doha exitoso podría
sacar a 160 millones de personas de la pobreza extrema en 15 años, con
beneficios por valor de la asombrosa cifra de US$2,000 por cada dólar gastado.
Otros objetivos que necesitan ser
priorizados son aquellos que reducirían los subsidios a los combustibles
fósiles, ampliarían la inmunización, reducirían la contaminación del aire
interior en un 20%, y la inversión en investigación para aumentar la producción
agrícola en un 40%.
El análisis de todos los
beneficios y costos muestra que enfocarse en los 19 principales objetivos
identificados por el Copenhagen Consensus Center lograría cuatro veces más que
si esparcimos el gasto en desarrollo en torno de los 169 objetivos. En otras
palabras, priorizar tendría el mismo efecto que cuadruplicar la totalidad del
presupuesto.
Aunque existe un amplio
reconocimiento de que los objetivos deben ser severamente podados, éstos deben
ser aprobados en su totalidad. Presidentes y primeros ministros firmarán
mientras se tapan sus narices.
Pero muchos líderes –tanto de los
países donantes como de los países en desarrollo– saben que cuando regresen a
casa, sus países no serán capaces de trabajar en 169 objetivos diferentes, por
lo que, inevitablemente, elegirán un número menor en los cuales enfocarse.
Deberíamos empezar por enfocarnos
en los 19 objetivos más eficaces. Esto haría expandir cada dólar cuatro veces.
Y significaría que en 15 años, los líderes mundiales no habrán desperdiciado
esta oportunidad de hacer un mundo mucho mejor.
Bjorn Lomborg es autor de los
best seller El ecologista escéptico y Cool It, director del Centro para el
Consenso de Copenhague, y profesor adjunto de la Facultad de Negocios de
Copenhague.
No hay comentarios:
Publicar un comentario