El
comercio global pierde bríos y pone en duda la fuerza de la globalización
The Wall Street Journal. - septiembre
de 2015
La brusca caída del comercio
mundial este año resalta un perturbador legado de la crisis financiera: el
crecimiento de las exportaciones e importaciones de bienes está muy rezagado
respecto del ritmo de otros ciclos de expansión, lo que amenaza tanto la
productividad como los estándares de vida.
Por tercer año consecutivo, el
ritmo de expansión del comercio global se ubicará por debajo del ya débil
crecimiento de la economía en todo el mundo, según datos de la Organización
Mundial del Comercio y proyecciones de destacados economistas. Antes del
reciente bajón, el último año en el que el intercambio comercial creció menos
que la economía mundial durante una expansión fue 1983.
“Hemos observado este estallido
de la globalización y ahora estamos en un momento de consolidación, tal vez de
repliegue”, dice Robert Koopman, economista jefe de la OMC. “Es como si la
correa de distribución en el motor de la economía global tuviera un leve
desperfecto o los cilindros no funcionaran como es debido”.
Después de un fuerte repunte en
2010, el crecimiento del comercio ha promediado alrededor de 3% al año,
comparado con 6% al año entre 1983 y 2008, según la OMC.
Los economistas atribuyen la
desaceleración a una variedad de factores, desde el alejamiento de China de
ciertas clases de manufacturas hasta un descenso de la inversión internacional.
También mencionan razones estrechamente ligadas al comercio, como la escasez de
nuevos acuerdos relevantes de libre comercio, la imposición de barreras después
de la crisis financiera de 2008 y la renuencia de algunas empresas a tercerizar
la fabricación de productos y componentes lejos de sus países.
Pocos advierten signos de que el
intercambio comercial retomará su antiguo ritmo, que antes de 2008 duplicaba la
expansión de la economía mundial. En 2006, por ejemplo, el comercio global se
expandió 8,5% y la economía global 4%. Se prevé que la OMC recorte su
proyección de crecimiento del comercio en 2015 por segunda vez, luego de una
repentina contracción en el primer semestre, el primer declive desde 2009.
Gran parte de la desaceleración
del intercambio proviene del enfriamiento de los mercados emergentes,
incluyendo China, comparado con su acelerada expansión en décadas anteriores.
El giro ha llevado a los economistas a preguntarse si el prolongado auge de la
globalización impulsada por el comercio ha llegado a su fin.
“Resulta bastante obvio que el
apogeo comercial fue en 2007”, señala Scott Miller, experto comercial del
Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington.
Los volúmenes del comercio
internacional pueden repuntar un poco en el segundo semestre, pero crecerán en
torno a 1% en 2015, proyecta Paul
Veenendaal, economista de la Oficina de Análisis de Política Económica de
Holanda (CPB, por sus siglas en holandés), que sigue de cerca la evolución del
comercio mundial. La cifra está muy por debajo de la proyección del Fondo
Monetario Internacional del PIB global de este año de 3,3%.
“Lo que observamos en el primer
semestre del año es que la caída provino de un descenso notable en China”, dice
Veenendaal. “Estimo que se volverá a recuperar este año, pero no estoy seguro”.
Durante los primeros siete meses
del año, las exportaciones estadounidenses cayeron 5,6%, a US$895.700 millones.
El valor de las exportaciones de Corea del Sur se desplomó 14,7% en agosto
frente a igual lapso del año previo, el mayor descenso en seis años, conforme
disminuyeron los envíos a China. A su vez, las importaciones chinas
retrocedieron 13,8% interanual en dólares en agosto luego de un declive de 8,1%
en julio.
En los años 80 y 90, la economía
manufacturera de China empezó su veloz ascenso y el colapso de la Unión
Soviética expandió el comercio en las nuevas economías de mercado. En 2001,
China ingresó a la OMC reduciendo algunos aranceles y prometió cumplir las
numerosas reglas comerciales. Otras economías emergentes también despegaron y
muchas empresas trataron de aumentar sus márgenes de ganancias al tercerizar la
producción a países con mano de obra más barata.
“Cuando empecé a trabajar en
Caterpillar en 1975, nuestros principales mercados de exportación eran los
países ricos, Canadá, Australia, Europa y los grandes productores de petróleo”,
dice Bill Lane, director de asuntos gubernamentales globales de Caterpillar Inc. “En la actualidad, nuestros mayores clientes están
en los países en desarrollo, América Latina, África, Medio Oriente y Asia”.
Durante la crisis financiera de
2008, el comercio colapsó ante el congelamiento del crédito y la contracción de
las economías en todo el mundo. Posteriormente, pareció recuperarse, aunque
nunca retomó el ritmo registrado antes de la crisis.
Parte de la razón es que las
empresas se volvieron más renuentes a realizar grandes inversiones de capital
en plantas, dicen los economistas. Otro factor ha sido la lenta recuperación de
Europa, que ha mermado el intercambio comercial entre los 28 países que integran
la Unión Europea, además de reducir la demanda de bienes chinos por parte de la
UE, incluyendo maquinaria y electrónicos.
Desastres naturales como los
tsunamis en Asia, las inundaciones en Tailandia y la reciente explosión en el
puerto chino de Tianjin han llevado a las empresas a replantear los beneficios
de una cadena de suministros que abarca todo el mundo. “La cadena global de
valor se ha acortado un poco. Parte de la producción se ha repatriado, o al
menos hay una reestructuración de las cadenas de valor para trasladar la
producción por motivos de seguridad”, manifiesta Douglas Lippoldt, economista
comercial sénior de HSBC Holdings PLC.
Otro viento en contra es la
incapacidad de los gobiernos para sellar grandes pactos de libre comercio. La
Ronda de Doha de la OMC se ha estancado, aunque el organismo, con sede en
Ginebra, completó un acuerdo para eliminar impedimentos, lo que podría
estimular el intercambio entre las economías en desarrollo. Los países que
transan más de US$1 billón en bienes de alta tecnología acordaron eliminar los
aranceles sobre estos productos, aunque el cronograma para hacerlo no está
claro.
Las economías avanzadas, que
dependen más de los servicios y las nuevas tecnologías que de las manufacturas
tradicionales, podrían beneficiarse de la firma del Acuerdo Transpacífico de
Asociación Económica, en el que participan Chile, México y Perú, dicen los
economistas.
Los detractores de la
globalización advierten que los auges del comercio pueden trasladar empleos y
alterar culturas en todo el mundo. De todas formas, la mayoría de los expertos
estima que el comercio es uno de los principales motores para elevar los
estándares de vida puesto que los envíos internacionales amplían la cantidad de
clientes para un determinado producto y mejoran la competencia y la
especialización al recortar los precios para los consumidores.
Por ejemplo, los países asiáticos
que han abierto sus fronteras han visto a millones de personas pasar de la
pequeña agricultura a trabajos mejor remunerados en empresas exportadoras. Hoy,
el flojo crecimiento del comercio podría frenar los esfuerzos para aliviar la
pobreza, dicen los economistas.
En tiempos de crisis, los países
han devaluado sus monedas para estimular las exportaciones y apuntalar el
crecimiento, pero es improbable que las maniobras con el tipo de cambio eleven
el comercio global y tal vez sean poco atractivas si se tiene en cuenta la
presión internacional para no devaluar y sus limitados beneficios económicos.
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