Migrante, la palabra que entristece al mundo
Kienyke - sábado, 5 de septiembre
de 2015
De Colombia a Hungría o Asia.
¿Tienen los líderes del mundo una respuesta?
Migrante. Es la palabra que está
en boca de todo en el mundo. Desde la frontera colombo-venezolana hasta las
playas turcas y pasando por Hungría.
La economía y la política global
no está respondiendo a las necesidades de miles de personas que no consiguen
trabajo en sus propios países o son expulsados por sangrientos conflictos.
La respuesta de los gobiernos ha
sido lenta. De hecho, la prensa reporta que las organizaciones sociales y
algunas empresas privadas han sido más efectivas y proactivas a la hora de dar
soluciones.
Líderes mundiales se han
expresado sobre la situación, y sus declaraciones dan una impresión de cómo
entienden el problema y cómo podrían solucionarlo… si en realidad les interesa
hacerlo.
Los primeros ministros de Reino
Unidos y Portugal, ambos conservadores, David Cameron y Pedro Passos Coelho,
admitieron que deben hacer más para solucionar la crisis.
En julio de este año, Cameron
llamó “plaga” a los inmigrantes, pero la gravedad de la situación lo llevó a
reconocer recientemente que su gobierno tiene “la responsabilidad moral” de
ayudar a los sirios, que huyen de un país donde “enfrentan dos enemigos: (el
presidente Bachar) al Assad y el (grupo terrorista) ISIS”. “El Reino Unido
actuará con cabeza y corazón facilitando asilo a quienes lo necesitan y
trabajando en soluciones a largo plazo en esta crisis”, subrayó Cameron.
Passos Coelho incidió en que la
Unión Europea y sus miembros “precisan hacer más, y urgentemente, para
afrontar” esta crisis derivada de los “conflictos en Libia, Siria, Irak, Yemen
y Eritrea”. El Gobierno luso prevé dar asilo a cerca de 1.500 refugiados,
aunque este jueves se mostró dispuesto a aumentar esta cifra.
El cambio de postura de estos
líderes conservadores refleja lo que Europa entera siente.
La Comisión Europea (CE), por
ejemplo, pedirá el próximo miércoles a los países que se repartan otros 120.000
refugiados de los que se encuentran en Hungría, Grecia e Italia ante el
recrudecimiento de la crisis migratoria, que se suman a las 32.256 personas que
ya se comprometieron a acoger los países de la UE en julio pasado.
La jefa de la diplomacia
comunitaria, Federica Mogherini, afirmó a su llegada a la reunión que “por
supuesto” la migración “estará en el corazón de los trabajos”.
El cadáver del niño en la playa
El detonante para el cambio de
actitud de Europa fue la fotografía del cadáver de un niño sirio que llegó a
una playa turca, víctima del naufragio de una embarcación llena de migrantes
que huían de la guerra en Siria y que pretendían llegar a Turquía, una de las
puertas a Europa.
En Siria y sus países vecinos la
ayuda humanitaria para los refugiados ha disminuido. El conflicto en que el
país está enfrascado está estancado y muestra mayor crudeza, aspectos que
alimentan cada vez más la ola migratoria que está llevando a miles de sus
nacionales a huir hacia Europa.
La portavoz del Alto Comisionado
de la ONU para los Refugiados (Acnur), Dana Suleiman, consideró que, aunque hay
varios factores detrás del aumento de los refugiados, la razón principal es la
disminución de la ayuda humanitaria a los países vecinos de acogida.
“El Programa Mundial de Alimentos
les concedía 27 dólares mensuales (por persona) hasta el año pasado, en julio
lo disminuyó a 19 y en la actualidad es de 13,5 dólares”, explicó a EFE
Suleiman.
Esa ayuda es imprescindible para
los refugiados sirios, pues su situación es “cada vez peor”, lo que hace que no
les importen los peligros, y por eso “se arriesgan en busca de una vida mejor”,
dijo.
Suleiman recalcó que Europa tiene
que “comprender que esta gente no tiene ninguna alternativa y está dispuesta a
todo para tener un futuro”, lejos de los bombardeos del régimen, de la
represión del Estado Islámico (EI) y de la pobreza en los que les ha sumido la
guerra en Siria desde marzo de 2011.
La portavoz de la Agencia de la
ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa), Zizette Darkazalli, también subrayó
que la “emigración masiva” es consecuencia de la disminución de los fondos
humanitarios.
Hasta el pasado junio, la Unrwa
entregaba 100 dólares mensuales para ayudas al alquiler pero, debido a la falta
de fondos, ahora solo puede ofrecer 27 dólares mensuales para alimentación,
detalló.
Un punto geográfico álgido en
esta crisis es Hungría, país que aprobó un paquete de leyes que prevén, entre
otras medidas, penas de hasta cinco años de cárcel por el cruce ilegal de sus
fronteras, con el objetivo declarado de “aliviar la presión migratoria” que
registra desde hace meses.
Cruzar las fronteras ilegalmente
puede suponer tres años de cárcel, incrementados a cinco si la persona está
armada o daña la valla alambrada que Hungría acaba de completar en su frontera
con Serbia.
En lo que va de año, más de
160.000 personas, en su mayoría refugiados de guerras como la siria o la
afgana, han entrado en Hungría a través de la frontera serbia, la mayoría con
la intención de seguir ruta hacia Austria y Alemania.
Otras voces de solidaridad
pertenecen a un funcionario de origen griego, cuyo país es un punto de llegada
obligado para los migrantes.
El comisario europeo de Interior
y Migración, Dimitris Avramópulos, pidió a Europa que demuestre su vocación
solidaria y acoja con “respeto y dignidad” a los refugiados que diariamente
llegan a través de las islas griegas a territorio de la Unión Europea.
“La primera cara que los
refugiados ven de Europa cuando llegan aquí son nuestras islas. Nuestro deber
es darles la bienvenida con respeto y dignidad. Nosotros, los griegos, sabemos
de hospitalidad”, dijo Avramópulos en un rueda de prensa.
A su turno el vicepresidente de
la Comisión Europea (CE), Frans Timmermans, dijo que “una Europa sin fronteras
no puede sobrevivir si decimos que todos pueden entrar, pero tampoco si no
respetamos sus derechos y nuestras obligaciones, y las personas que huyen de
una guerra tienen derecho a ser acogidos”.
Entre las voces de solidaridad se
destaca la de Argentina. El jefe de Gabinete del Gobierno gaucho, Aníbal
Fernández, destacó que el país tiene “prestigio” por su postura de “abrir
fronteras cuando una situación humanitaria lo requiere” y recordó que una
resolución oficial facilita la entrada a refugiados sirios desde 2014.
“Argentina tiene un enorme
prestigio porque tiene la visión de abrir sus fronteras cuando una situación
humanitaria lo requiere”, resaltó Fernández.
Colombia padece el drama
Según Naciones Unidas ya son más
de 16 mil los colombianos que han tenido que volver a su país desde que el presidente
de Venezuela, Nicolás Maduro, decidió emprender una cruzada en contra de
supuestos paramilitares y contrabandistas en la frontera binacional.
El gobierno del presidente Juan
Manuel Santos ha tomado varias medidas para afrontar la crisis, entre ellas
decretar la emergencia económica en la zona con el fin de revertir la situación
y armar una infraestructura institucional que dé salud, empleo y bienestar a
los colombianos que regresan, expulsados, desde Venezuela.
Según la Oficina de la ONU para
la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha), más de 15.000 colombianos han
regresado por su propia cuenta al país procedentes de Venezuela desde que comenzó
la crisis fronteriza.
De acuerdo con el organismo
humanitario, son 15.174 los colombianos que han abandonado Venezuela, a quienes
se suman al menos 1.355 deportados, con lo cual son por lo menos 16.529 los que
han tenido que salir del país vecino desde que Maduro ordenó la campaña contra
el contrabando y los supuestos paramilitares en la frontera común.
Los dos países están a la espera
de una reunión entre Santos y Maduro para sanar las diferencias de un conflicto
en el que los organismos internacionales parecen indiferentes o poco
contundentes como fue el caso de la
Organización de Estados Americanos (OEA) donde Colombia no pudo ganar,
por un voto, una voz de respaldo a su causa.
Mientras tanto Venezuela ha
parecido más hábil a la hora de mostrar sus argumentos en la comunidad
internacional. Desde China y Vietnam, Maduro, en una gira oficial, mostró sus
argumentos en el tema diciendo que su país, a diferencia de Europa, no tiene
cómo ayudar a los colombianos que llegan a su país en busca de trabajo y
mejores condiciones de vida.
Desde Colombia las voces de
rechazo a la actitud de Maduro no se detienen y explican el comportamiento del
gobierno bolivariano como una estrategia para detener el proceso electoral
interno al que los venezolanos están llamados en diciembre, ya que según las
encuestas, el chavismo perdería con contundencia.
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