Tu cerebro es treinta veces más potente que el
mayor superordenador
El Confidencial - septiembre de 2015
Dos investigadores
estadounidenses han descubierto que nuestro cerebro es treinta veces más rápido
a la hora de enviar información que el IBM Sequoia, el superordenador privado
más avanzado
Entre los superordenadores
operados por empresas, el IBM Sequoia es el más rápido a la hora de realizar
operaciones. Con capacidad para unos 17.173 millones de cálculos por segundo,
ocupa el tercer puesto en el Top500 de los ordenadores públicos y privados más
veloces del planeta.
No es el único logro del Sequoia,
que también se ha convertido en el superordenador más rápido enviando
información de un punto a otro dentro de su propio sistema. Un título que le
han otorgado dos investigadores de la Universidad de California Berkeley y la
Universidad Carnegie Mellon tras aplicarle el indicador que el propio dúo ha
diseñado, el TEPS.
Acrónimo de Traversed Edges Per
Second, permite medir la capacidad de un sistema informático para comunicar
información de forma interna, entre sus distintos procesadores. A diferencia de
unidades de medida como el FLOP (que cuantifica el número de operaciones por
segundo) o el MIPS (el número de instrucciones por segundo), el TEPS centra su
atención en la transmisión de datos y no en lo rápido que se realizan los
cálculos.
Más allá del número de TEPS que
alcanza el Sequoia (23 billones), lo interesante del estudio es que ha logrado
demostrar que el cerebro humano es todavía más rápido enviando información que
los superordenadores más potentes. Concretamente, treinta veces más veloz que
el IBM Sequoia.
Sin embargo, esta ventaja para los bípedos no
va a durar mucho. Como asegura Katja Grace, autora del estudio, “el
descubrimiento sugiere que estamos a punto de tener un equivalente informático
al cerebro humano”.
¿Comparación odiosa?
De acuerdo con la investigadora,
se intenta que las máquinas repliquen cada vez mejor el funcionamiento del
cerebro humano, a pesar de una evidente paradoja: no sabemos a ciencia cierta
cuánta energía emplea nuestro órgano a la hora de procesar o enviar información.
Con el TEPS, Grace y su compañero Paul Christiano han centrado su atención en
este último aspecto.
“El TEPS hace hincapié en la
comunicación, en la habilidad para pasar mensajes alrededor del cerebro”, esto
es, entre las neuronas, “y no en la capacidad de realizar operaciones”. En
concreto, su indicador mide el número de sinapsis - conexiones entre las
neuronas -, y los segundos que, de media, tarda un impulso eléctrico en llegar
de una célula del cerebro a otra.
Como los ordenadores también envían
datos de un punto a otro a través de señales eléctricas, esta medida permite
comparar humano y máquina. Según los cálculos de los investigadores, nuestro
cerebro puede alcanzar los 640 billones de TEPS.
A raíz de ese hallazgo, Grace y
Christiano también han calculado cuánto costaría alquilar nuestro cerebro si
fuera un superordenador dedicado a procesar cantidades ingentes de datos. Según
su estimación, el precio rondaría los 170.000 dólares por hora (más de 152.000
euros) para aquellos cerebros que alcanzan los 640 billones de TEPS.
Pero, como es lógico, no todos
tienen la misma capacidad. De acuerdo con Grace, un cerebro cualquiera podría,
como mínimo, enviar información a 18 billones de TEPS. En ese caso, una
compañía podría alquilar la humana máquina a unos 4.700 dólares la hora (más de
4.200 euros).
Mejorar la comunicación
Al encontrar la forma de comparar
la copia - la máquina - con el modelo que trata de imitar - nuestro cerebro -,
será posible conocer e intentar solucionar los problemas de comunicación que
existen entre ambos. Por ejemplo, los científicos han descubierto que nuestro
cerebro, a pesar de su gran capacidad, no es tan eficiente a la hora de enviar
información porque consume mucha energía en el proceso.
“Piensa en el cerebro como una
cocina con 20 chefs dentro”, nos pide Grace. “Si todos tus chefs son buenos
pero están demasiado ocupados para hablar, notarás una gran diferencia si les
ayudas a coordinarse mejor”. Saber que ahí radica el fallo del humano hará
posible mejorar la máquina. De los errores también se aprende.
Aún así, ¿será posible algún día
alcanzar el número de TEPS del cerebro en un superordenador? Grace no duda de
ello. “Todo lo que el cerebro puede hacer es físicamente posible, así que sería
sorprendente si los humanos no pudiéramos replicar algunas de sus funciones” en
una máquina.
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