¿Por qué la Fed sigue sin
entender la economía?
FORBES, 21 de septiembre del 2015
Al extender aún más su política
de tasas bajas, el banco central estadounidense continúa dañando a la primera
economía mundial.
El anuncio de la Reserva Federal
de Estados Unidos (Fed) de que continuará suprimiendo las tasas de interés va a
perjudicar a la economía. No vamos a salir de la dinámica en que estamos, lo
cual es, sin duda, una mala noticia para nosotros y para el resto del mundo.
He aquí por qué:
Para que los mercados funcionen
es necesaria la fijación de precios precisa. Casi todo el mundo sabe que los
controles de precios perjudican la producción de bienes y servicios. El control
de renta, por ejemplo, puede ser una bendición para aquellos que tienen
departamentos con precios por debajo del mercado, pero esas restricciones al
alquiler tienen un impacto negativo en la construcción de nuevas unidades de
alquiler. Después de todo, ¿quién quiere construir para perder dinero?
El mismo principio aplica en los
mercados de crédito. Bajo la política de tipos de interés cero de la Reserva
Federal (ZIRP), los bancos no podían saber el precio real que debían cobrar por
los préstamos, así que han prestado menos a las pequeñas empresas y startups
que tradicionalmente los habrían recibido. Los consumidores también han
padecido: cuando han extendido créditos, las condiciones se han endurecido
considerablemente.
Lo que también elevó la barrera
crediticia para pequeñas y nuevas empresas ha sido el feroz régimen regulatorio,
sobre todo el proyecto de ley Dodd-Frank, que se impuso después del pánico de
2008. Los auditores comenzaron a peinar minuciosamente la documentación de los
préstamos, y al igual que las aseguradoras de salud con las facturas de
hospital, cuestionaron y adivinaron las decisiones de los oficiales de crédito.
Todo esto ha vuelto los préstamos más caros y más escasos a las mismas
entidades que usualmente son las principales creadoras de empleo, uno de los
principales motores de la economía.
El rígido entorno regulatorio tan
querido por la Fed ha afectado de manera desproporcionada a los bancos más
pequeños, que en el pasado también han sido una gran fuente de crédito para las
pequeñas empresas. Todo esto ha sido reforzado mediante el pago de interés de
la Fed sobre las reservas bancarias: los bancos han sido capaces de pagar sus
ganancias casi sin complicaciones.
Ésa ha sido una forma de lo que
se ha convertido en el sistema de la Reserva Federal de asignación de créditos:
negar crédito, por lo que está menos disponible para ciertas clases de
prestatarios.
La otra parte de esta asignación
ha canalizando crédito a prestatarios preferidos, en este caso el gobierno
federal (bonos del Tesoro) y Fannie Mae y Freddie Mac (valores respaldados por
hipotecas). Otros beneficiarios obvios han sido las grandes corporaciones. Como
grupo, las grandes empresas han sido vistas como mucho, mucho menos riesgosas
que, por ejemplo, un minorista local. Por lo tanto, las entidades grandes han
tenido acceso fácil al dinero en el mundo de la Reserva Federal.
Han ocurrido dos cosas
indeseables: las grandes empresas han prestado más de lo que habrían hecho en
un mercado de crédito que funcionara correctamente (el ZIRP ha hecho que el
interés que las empresas han pagado sobre los bonos sea irresistiblemente
bajo), y han participado en una considerable ingeniería financiera.
Por ejemplo, ¿por qué Apple, con
una reserva de efectivo mundial de 200,000 millones de dólares (mdd), sale a
emitir 40,000 mdd en bonos? Pues porque puede. En un momento este gigante de la
tecnología vendió bonos a 10 años que tenían un interés de 2.4%, y recompró sus
acciones, que tenían una rentabilidad por dividendo de 2.8%.
Ése fue un mal uso de 40,000 mdd,
pero este tipo de mala asignación de crédito ha sido endémica en virtud de las
políticas que la Reserva Federal ha instituido. Al empujar dinero al Tío Sam,
las grandes empresas y los desastres patrocinados por el gobierno como Fannie y
Freddie matan a una economía dinámica.
La Reserva Federal cree que su
política de tasas de interés cero estimula la economía, pero en realidad está
haciendo lo contrario. Es el equivalente de un sangrado de un paciente anémico.
Nuestro banco central puede
mitigar su decisión de participar en más acuerdos de recompra inversa (repos).
Con los repos, la Fed toma prestado dinero de los fondos del mercado monetario
y de Fannie Mae y Freddie Mac para financiar su cartera de bonos hinchada, por
tanto, pidiendo menos a los bancos. Esto deja a los bancos más dinero para
prestar. Como el destacado economista David Malpass observa con perspicacia:
“No habrá más efectivo o ‘dinero’ en el sector privado, sólo una disponibilidad
diferente de dinero efectivo pasivo –más en los bancos, menos en fondos del
mercado monetario, Fannie y Freddie–. Los bancos son más propensos a hacer
préstamos a pequeñas empresas.”
Pero no confíen en que la Fed
hará lo correcto aquí.
En pocas palabras, si un producto
no puede tener el precio correcto, obtienes menos de él, y tienes distorsiones
en el funcionamiento de ese mercado. Por desgracia, nuestro banco central sigue
siendo obtuso e ignora esta verdad básica.
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