Los buenos modales sirven también en las redes
sociales
The Wall Street Journal. -
viernes, 11 de septiembre de 2015
Navegar el creciente número de
sitios y aplicaciones de redes sociales es un trabajo de tiempo completo, y
aprender sobre la etiqueta, incluyendo algunos puntos obvios y otros no tan
obvios, puede ser complicado. Para manejar las comunicaciones en línea de forma
hábil, la experta en etiqueta Patricia
Rossi dice que es muy importante tener en mente una cosa.
“ Twitter, Facebook,
Instagram, LinkedIn y Google+; es como tener hijos diferentes”, dice
Rossi, quien tiene un programa sobre etiqueta en la cadena de televisión
estadounidense NBC. Es importante actualizar y gestionar cada uno de forma
diferente.
La filosofía de Rossi en cuanto a
las redes sociales es: “Usted está ahí para entablar una conversación, educar y
animar, es lo mismo que (las interacciones) cara a cara. Usted quiere
conversar, dar valor, mejorar la vida de alguien”.
Rossi, autora del libro Everyday
Etiquette: How to Navigate 101 Common and Uncommon Social Situations (algo así
como Etiqueta diaria: cómo navegar 101 situaciones sociales comunes y
extrañas), trata de mantener ciertas cuentas de medios sociales personales y
otras con un enfoque más profesional. Por ejemplo, usa LinkedIn, Twitter y la
página pública de Facebook que mantiene para conectarse con sus contactos
profesionales. Si alguien que ha conocido por su trabajo solicita ser amigo en
su página personal de Facebook, evita rechazarlo dirigiéndolo cortésmente a sus
cuentas profesionales de medios sociales diciendo: “Me encanta LinkedIn y
Twitter y me conectaré con usted allí”.
“En el mundo real, uno no puede
ser amigo de todos”, señala. “En las redes sociales, es la misma regla”.
Una vez que se conecta con
personas de negocios, Rossi tiene cuidado de mantener el mismo nivel de
profesionalismo en línea que mantendría en persona. “Si son amigos y colegas,
sólo felicítelos cuando son ascendidos o marcan un hito (en sus carreras). Si
no tiene una relación personal con ellos, no comente sobre sus vacaciones,
pasatiempos o fotos de sus hijos”, aconseja. “No querrá parecer como si tratara
de establecer una relación muy rápido. Ser demasiado relajado o demasiado
amistoso es realmente sobrepasar los límites”.
No obstante, está bien
interactuar sobre esos temas en redes sociales “si sabe bien los nombres de los
hijos y los pasatiempos, y ellos saben los nombres de sus hijos y sus
pasatiempos”, anota.
La frecuencia para actualizar las
cuentas varían. “Twitter es más breve, es más como una conversación. Hay más
ida y vuelta”, lo que hace aceptable las publicaciones frecuentes, dice.
“Facebook es más sobre las fotos y compartir con sus amigos y permanece allí
por más tiempo”, agrega. Puede ser mejor compartir allí sólo una vez al día.
LinkedIn, señala, es una
plataforma de negocios. “Es más reservado. Es el contador de los medios
sociales”, dice. No bombardee a las personas con información allí, aconseja.
Rossi aplica la regla de una vez al día en LinkedIn e Instagram. “Por más que
me guste el arte, cuando voy a museos de arte puedo abrumarme con las cosas
visuales”, cuenta. Con eso en mente, trata de no sobrecargar a sus seguidores
en Instagram con muchas fotos “a menos de que sea algo extraordinario”.
También conviene considerar la
velocidad y la frecuencia de las respuestas, así como de las publicaciones,
dice. En Twitter, si alguien tuitea sobre ella o retuitea una de sus
publicaciones, “lo correcto es responder”, señala, “incluso si es algo tan
fugaz como una carita sonriente” o un clic en favorito.
En LinkedIn, sin embargo, los
emoticons no tienen lugar, advierte. “No me atrevería a poner una cara
sonriente en LinkedIn. Es demasiado coloquial”, dice. “Ni siquiera lo haría con
mi hermana en LinkedIn porque alguien podría verlo”.
Decidir qué tipo de cosas
publicar es muy importante. Rossi sugiere escribir una meta para redes sociales
y una declaración de objetivos. “Si no lo hacemos, fracasamos”, afirma. El
redactar su meta puede ayudarle a decidir qué es adecuado publicar y qué no.
“Si se ajusta a mi marca y mis valores, entonces lo tuiteo”, dice.
En la misma línea, Rossi también
recomienda escribir lo que uno nunca haría en las redes sociales. “No tuitee,
envíe textos o publique cosas cuando esté borracho”, advierte. Para la experta,
chistes groseros o subidos de tono, o “cualquier cosa que incomode a la gente o
no sería pertinente decirlo en persona” está igualmente fuera de los límites.
El simple hecho de escribirlo puede ayudar, agrega.
Si alguien hace comentarios
ofensivos en una de sus páginas, Rossi los borra rápidamente. Dice que
simplemente responde como lo haría en la vida real. “Si tiene a una persona
loca en una conferencia de negocios y es grosera durante el evento, nos
desvincularíamos de forma rápida”, dice. “Nunca me conecto con una persona
negativa. Si es en Twitter, no respondo, uso el botón de bloquear”.
Aunque las personas usan las
redes sociales para publicitarse a sí mismos y sus marcas, la autopromoción
excesiva y descarada no es recomendada, señala Rossi. Piense primero si diría o
haría algo en la vida real antes de ponerlo en línea, dice.
El equilibrio perfecto de
contenido es “80% la historia de alguien más y 20% su historia”, anota.
Cuando publica algo sobre sus
amigos o familia, Rossi primero obtiene el permiso de ellos. “No sabes si
alguien se ha tomado un día libre en el trabajo por cualquier razón y usted
publica una foto del almuerzo con las amigas”, dice.
Aunque Rossi disfruta de los
medios sociales, dice que su meta final, especialmente con contactos
profesionales que no conoce muy bien, es llevar la conversación cara a cara. Si
alguien en el que está interesada profesionalmente la contacta en alguna red,
“luego de tres o cuatros veces pasa a una llamada telefónica o correo electrónico,
un café o un almuerzo. Es increíble la forma en que las redes sociales han roto
las barreras”.
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