Educación disruptiva: oportunidad para dar el
salto cuántico
FORBES, 29 de Septiembre del 2015
Al ritmo que vamos nos tomará 50
años alcanzar los niveles de educación que tiene hoy Finlandia… ¿Qué hacer?
Existen 5 cinco paradigmas que hay que romper para crear un modelo educativo
propio que nos permita ponernos a la vanguardia.
Se habla mucho de educación en
México y de la necesidad de ir a otro nivel en la materia. Existe un acuerdo
generalizado de la importancia de la educación y de los beneficios de tener una
de excelencia. Sin embargo, cuando vemos los esfuerzos concretos que hacemos
como país, pareciera que aunque quizá sí quisiéramos ir a otro nivel, nuestras
acciones no están orientadas a esto.
Me explico: de acuerdo con los
resultados de las pruebas PISA, al ritmo que vamos –y a pesar de incrementos en
el gasto en educación y los esfuerzos como el de la reforma educativa y la
evaluación de los maestros– nos tomará algo así como 50 años alcanzar los
niveles de educación que tiene hoy Finlandia… siempre y cuando Finlandia no
mejore los suyos durante esos 50 años. Estamos prácticamente atrapados en una
dinámica que se parece a la del ratón que da vueltas sobre una banda tratando
de ir más rápido cuando todos se están moviendo. Pareciera que entre más nos
movemos, más nos seguimos quedando atrás.
Esta visión incrementalista de
que poco a poco iremos convergiendo con los niveles de educación de otros
países es claramente una sentencia para que, en el mejor de los casos,
justamente obtengamos eso: generar resultados incrementales en un entorno
global dinámico.
En los años recientes ha habido
esfuerzos muy importantes como los encabezados por Mexicanos Primero y muchas
otras organizaciones, así como por el gobierno federal, para impulsar la
educación. No obstante, estos esfuerzos, si bien son un paso adelante y un paso
fundamental en cualquier modelo educativo que escojamos, no dejan de ser
incrementalistas. La pregunta de preguntas es entonces muy sencilla: ¿queremos
tener una educación de excelencia en México que nos mueva hasta el primer nivel
o queremos gradualmente avanzar y buscar una convergencia no garantizada en un
horizonte infinito en el tiempo? Dependiendo de la respuesta es el camino a
seguir.
Estoy convencido de que hoy en el
mundo hay una gran cantidad de oportunidades a la mano para darle una vuelta al
tema educativo y dejar de seguir en el camino incrementalista. Si bien no hay
atajos en la educación, sí hay formas más efectivas para avanzar con la
irrupción de la tecnología y la economía del conocimiento. Los cambios que
vivimos en el mundo actual justamente abren una venta de oportunidad para dejar
el modelo incrementalista y dar un brinco, un salto cuántico para cerrar esa
brecha con los países de avanzada. Más aún, existe la oportunidad rebasar a
todos y ponernos a la vanguardia.
Existen cinco paradigmas que nos
pueden ayudar a crear un modelo educativo propio que nos permita ponernos a la
vanguardia. Lo que se requiere es la disposición y dejar las formas para
enfocarnos en los resultados que queremos: ¿un modelo modificado o una
educación de excelencia? Estos son los paradigmas a romper.
Papel de la sociedad civil en la
educación: Le hemos dejado la educación al Estado, al menos para todos los
demás. La sociedad en su conjunto nos hemos vuelto complacientes y hemos dejado
que sea el Estado, con sus recursos, enfoque, método y estructura, el que se
encargue de la educación. Lo que los modelos de negocio como Uber, Airbnb, el
mismo bitcoin y otros están mostrando es que los monopolios estatales o creados
por el Estado y un mandato se están derrumbado a pasos agigantados. Hoy es
posible que la sociedad tome un papel mucho más activo en la educación del que
ha tomado hasta la fecha. El Estado tiene un papel fundamental en proveer la
educación, pero proveer la educación no quiere decir necesariamente que
impartirla con sus propias escuelas sea su mandato. Y aun si su mandato fuese
impartirla, así como se han roto mitos legales e ideológicos como fue reservar
los hidrocarburos para la explotación exclusiva del Estado, es momento de
romper con el mito de la impartición de la educación por parte del Estado. Es
momento de hacer algo radical (todos) para llevar a un siguiente nivel la
educación.
Uso de la tecnología: La
tecnología está facilitando el acceso a la educación a todos niveles, tanto por
lo que toca a educación a distancia como por la disponibilidad de contenidos
gratuitos en internet. La educación en línea tiene muchos beneficios; entre
éstos, la flexibilidad que ofrece. Ahora los estudiantes pueden estudiar a
cualquier hora y repetir las clases o ciertas partes según lo requieran,
incluso detenerlas para ir al baño y regresar. En cuanto a contenidos, ejemplos
sobran, como los de la Khan Academy o la University of the People, cuyos
esfuerzos para llevar contenidos a prácticamente costo cero en infinidad de
años escolares y disciplinas es ya una realidad. Por su parte, llevar a un
estudiante de kínder a universidad cuesta alrededor de 500,000 dólares por
persona en EU, mientras que el costo por cinco años de una tablet con software
y acceso al conocimiento casi universal, llega a algo así como 20 dólares al
año o 240 dólares por 12 años de educación. Hoy en día, de acuerdo con un
estudio reciente, los jóvenes leen al año 2,300 páginas de internet, 1,281
perfiles de Facebook y tan sólo ocho libros impresos. La era de la información.
Acceso universal al inglés: Hoy
por hoy, el inglés es el idioma más hablado del mundo. La cantidad de
información tanto técnica como cultural almacenada y disponible en inglés es
impresionante y muy superior a cualquier otra lengua. La ventaja de contar con
personas bilingües no se limita al uso del idioma, sino que supone una ventaja
en acceso a información y conocimiento.
Nuevo papel del maestro: No se
trata de desaparecer a los maestros, sino que ha surgido un nuevo papel igual
de importante para ellos dentro del proceso educativo. Los maestros son ahora
asesores o coaches de los alumnos que usan mejor su tiempo en cuestionar,
aclarar y orientar a los alumnos, y menos en dictar cátedra o dar la clase de
antes. En este sentido, hay toda una oportunidad de replantear su papel y
usarlo para celebrar el proceso educativo y elevar su calidad formativa.
Educación integral y formativa:
Justo es necesario replantear el modelo educativo en cuanto a que si bien los
aspectos de conocimiento e información son importantes, lo que hace una
diferencia es la capacidad de un sistema de proveer al alumno la formación en
el sentido de competencias, conocimientos, inteligencia emocional y habilidades
requeridas para hacer frente a un entorno que cada vez reclama mejores
ciudadanos y profesionistas. Un modelo inclusivo que desarrolle al alumno, que
lo forme y que detone su potencial. Jornadas completas e integrales en las que
el alumno aprende conocimientos, desarrolla habilidades, fortalece sus
competencias y desarrolla actividades deportivas y artísticas es lo que hace al
hombre universal. El futuro no está ya exclusivamente en la adquisición de
conocimientos. Si bien tienen un valor, se vuelven obsoletos en un mundo en el que
los emprendedores son los que marcan la pauta y hacen una diferencia en la
economía del conocimiento rompiendo paradigmas y retando ciertas formas de
hacer las cosas. En el mundo de hoy, lo importante no es saber todo, sino saber
cómo obtener la información. Como dicen los ingleses, lo importante no es
saberse todas las palabras y su significado, sino saber usar el diccionario.
En conclusión, la única forma de
dar ese salto cuántico –si es lo que queremos realmente hacer– es aprovechar el
momento de cambio y usar los cambios a favor para crear un modelo educativo
mexicano que sea disruptivo y use todas las herramientas para hacer una
diferencia. Quizá sea ahora el momento de que Estado y organizaciones de la
sociedad reeditemos nuestra misión y pasemos de querer que se ejecute el modelo
actual a ser protagonistas del modelo disruptivo. Es necesario reinventarnos
empezando por el papel del Estado y la sociedad, el uso de la tecnología, el
papel del maestro y el acceso a contenido en línea para ir al lugar que
queremos. Hacer otra cosa sería “arreglar el modelo actual”, y nos tomaría
–siempre y cuando Finlandia no avance– 50 años en alcanzarlos. ¿Qué es lo que
queremos y quién dijo yo?
Jorge Flores Kelly-Líder nato,
MSc., economista, consultor de negocios, creador del portal El Catalista,
mentor de Endeavor, autor del libro México Piensa+. Conferencista en
TEDxCondesaRoma.
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