La empresa que hace lo que los bancos no quieren
FORBES, 16 de Septiembre del 2015
Las empresas medianas requieren
capital para crecer, expandirse y consolidarse. Las condiciones económicas
existen y los jugadores interesados en invertir también, pero las empresas
necesitan poner orden en la casa para echar mano de la jugosa bolsa disponible.
¿Qué tienen en común una empresa
exportadora de frambuesas, zarzamoras y arándanos con una que se dedica a
hacer series animadas? A primera vista, nada. Para John Walker, socio de Emerge
Latam, mucho. Ambas necesitaban financiamiento y definitivamente no eran el
target para los bancos comerciales, ni tampoco para firmas como Merrill Lynch,
Morgan Stanley o Credit Suisse. La razón principal: “Un deal de 10 o 20
millones de dólares (mdd) no lo voltean a ver”, dice.
Las empresas medianas tienen dos
principales problemas: falta de institucionalización y que la banca comercial
privilegia otro tipo de productos crediticios, como el otorgamiento de tarjetas
de crédito o financiamientos para automóvil o vivienda; sobre todo porque estos
productos resultan más rentables.
“Muchas veces el empresario no
conoce el valor de su compañía, algunas veces no gestiona la empresa con el
valor económico en mente, sino que va tomando decisiones operativas día a día,
sin visualizar el objetivo final”, dice Walker.
Este es un dolor de cabeza para
una gran cantidad de medianas empresas, no conocerse así mismas, no tener
claras sus proyecciones económicas, incluso no saber si necesitan
financiamiento para crecer.
“En ocasiones, lo que necesita la
empresa no es tener un socio financiero, sino que necesita reestructurar una
deuda, o quizá por el nivel de riesgo sí necesita tener un socio y entonces le
recomendamos cuáles son las mejores alternativas”, dice Walker.
Emerge Latam inició operaciones
en 2007 y como en la gran mayoría de los casos nació a partir de detectar una
necesidad no satisfecha: “Yo decidí hacer un cambio en mi carrera. Daba una
clase de Finanzas Corporativas en el Tec de Monterrey y veía muchos proyectos
que necesitaban justamente eso, un asesor financiero que los guiara y que los
pusiera en contacto con estos fondos (de capital privado)”.
Walker, quien trabajó para Grupo
Modelo en el área de Planeación financiera, puso manos a la obra y junto con
Luis Felipe Paz ha apoyado a casi 20 empresas en México. En Sudamérica ya
tienen presencia en Argentina, Brasil y Chile.
En México, existen 140 fondos de
capital privado con apetito de empresas mexicanas medianas, pero deben cumplir
ciertas condiciones: ser compañías innovadoras, que estén relativamente
institucionalizadas, y que operen bajo las reglas y las leyes locales. Estas
empresas deben tener potencial de crecimiento, información oportuna y
confiable para la toma de decisiones, buenas prácticas empresariales y que por
supuesto paguen impuestos.
Si para la banca comercial no
representan un verdadero negocio, por qué para un fondo de capital privado sí
lo sería. Fácil, el esquema es totalmente distinto: “Los fondos de capital
privado, al momento de invertir en estas compañías lo que buscan es en tres,
cuatro, cinco años hacer una salida de inversión, y ahí es donde viene la
verdadera rentabilidad, porque esa salida cómo sucede. Por ejemplo, una empresa
X que vamos a pensar vale 20 millones de dólares, viene un fondo y le inyecta
15 millones a la compañía y se queda con una participación de 40% de la
empresa, y ¿qué hace el fondo? Con lo que él invirtió, la empresa puede crecer,
puede incorporar más activos, o puede expandir su capacidad de producción. Esta
empresa, al cabo de tres, cuatro, cinco años ya no va a valer 20 millones,
ahora vale 60 o 100 millones de dólares. Entonces ahí está la rentabilidad
para el fondo”, dice Walker.
Para Luis Felipe Paz, la banca
comercial en México tiende a ser rígida: “Al final de cuentas está acostumbrada
a prestarle a quien no necesita, a empresas que ya son muy grandes o que dejan
garantías tan importantes que en caso de impago se van contra la garantía y
pues como tienen una cobertura de dos a uno, pues no les importa”.
La banca de desarrollo juega un
papel muy importante en la economía. Este sector tiene como objetivo facilitar
el acceso al financiamiento a personas físicas y morales y proporciona
asistencia técnica. Las áreas económicas a las que dirigen sus esfuerzos son:
industrial, gubernamental e infraestructura, vivienda, ahorro y consumo.
“Yo creo que la banca de
desarrollo ha avanzado mucho en México con programas a través de Nafinsa, como
el programa MIDAS o el del Inadem, entonces sí están haciendo mucho esfuerzo
para que las empresas reciban financiamiento, porque finalmente estas son las
empresas verdaderamente generadoras de empleo de la economía”, dice Walker.
Actualmente existen entre 20,000 y 30,000 empresas medianas en el país. Las
pequeñas y medianas empresas generan más del 80% del empleo en México.
Opciones para que las medianas
empresas consigan financiamiento existen, ya sea vía de banca de desarrollo o
con un fondo de capital de privado, pero el secreto está en poner orden en la
casa: “El año pasado en Guadalajara, a la empresa exportadora de frambuesas,
zarzamoras y arándanos le conseguimos un financiamiento con un banco de
desarrollo internacional con muy buenas condiciones en tasas a un plazo de ocho
años y con dos años de periodo de gracia, digamos, condiciones que hoy un banco
comercial no puede dar”, concluye Luis Felipe Paz.
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