El marketing es como
el amor, y enamorar es facilísimo
FORBES - miércoles, 23 de septiembre de 2015
Para dejar en claro qué es el
verdadero marketing, pensemos en él como en el sentimiento más universal: el
amor. Sí, el marketing exitoso se trata de relaciones, no de transacciones;
algo así como el amor verdadero.
A veces me canso mucho de oír
términos como “marketing digital”, “content marketing”, “marketing online”,
“marketing experiencial” y toda una serie de vocablos que acompañan a la
palabra marketing, todas ellas como si se tratara de un “nuevo marketing”,
cuando no se dan cuenta de la gran ignorancia que demuestran dichos “gurúes” al
establecerlas, y que la única constante es precisamente eso: el MAR-KE-TING, y
cualquier sobrenombre o título que se le anteponga al consumidor final le viene
valiendo un reverendo cacahuate.
Y es que el marketing lleva más
de un siglo siendo lo que es y esencialmente sigue siendo el mismo; incluso,
sus inicios son tan antiguos como la civilización misma. Lo siento por aquellos
que pensaban que Philip Kotler era el padre de la mercadotecnia; de hecho,
antes que él ni siquiera naciera, ya existía la American Marketing Association
y otros profesionales anteriores que lo han perfilado y perfeccionado como
cualquier tema, pero el hecho de que se confunda el marketing con tan sólo
publicidad o medios hace que emerjan oportunistas para tratar de venderse a sí
mismos con diversos tipos de marketing.
La definición de marketing es
sencilla: “Satisfacción del consumidor de manera rentable.”
Y aunque a ese acto tan simple se
le ha complicado de diversas maneras y con diferentes acercamientos, el
marketing verdadero y llano es y será centrado siempre en el cliente consumidor
o usuario, no en nuestra empresa, no en el producto o servicio y no en los
accionistas; eso, aunque muy importante, es secundario al fin último.
Por ello, y para dejar en claro
qué es el verdadero marketing, quiero que pensemos en él como en el sentimiento
más universal como lo es el amor. Y aclaro: no en términos cursis e idílicos,
sino en esa reacción química en el cerebro que ocurre cuando estamos enamorados
y no nos deja pensar claramente y de manera racional. Y es que enamorarse es
facilísimo; de hecho, hay un blog que recomiendo de Mandy Len Catron, profesora
de la Universidad de British Columbia en Vancouver, que hace referencia a un
estudio del psicólogo Arthur Aaron y desarrolla The Love Story Project, donde
con tan sólo 36 preguntas y una larga sesión de miradas sostenidas provoca el
enamoramiento (ojo adolescentes y “forever alones” que me leen, aquí hay un tip
para tener pareja y encantado les envío las 36 preguntas y la dinámica
implícita), porque el enamorar es relativamente sencillo, al igual que lograr
la primera venta, y a eso es lo que me refiero con la publicidad o con los tan
llevados y traídos nuevos medios digitales: llamar la atención es facilísimo;
sólo hablemos de sexo, bebés, mascotas o lo relevante para nuestro público
objetivo y ¡pum!, tenemos asegurado el primer atisbo de atención. Lo complicado
viene después: en cómo cerrar o mantener el amor vivo y vigente o, en otras
palabras, cómo conseguir el tan deseado “engagement” con el consumidor, aquello
que nos permite cobrar lo que queramos y tener ventas aseguradas aun antes de
lanzar el producto por lo tan deseado y codiciado que se vuelve.
De hecho, el secreto de esas 36
preguntas que les platico en este artículo es que van subiendo de intensidad
personal, lo cual nos pone vulnerables y nos baja la guardia poco a poco, sin
darnos cuenta, y nos van mostrando tal cual somos (claro, si respondemos de
forma sincera y sin pensar en el tan negativo “qué dirán”), y es precisamente
lo que enamora y lo que, como mercadólogos, tenemos que hacer: ser honestos,
claros y sencillos, teniendo en mente que si bien no somos “moneditas de oro”,
tenemos que ofrecer algo realmente relevante, útil y de largo plazo a nuestro
público objetivo, el cual muchas veces ni sabemos quién o quiénes son, y
siempre en términos de beneficios del usuario, no en características de producto
o servicio. El marketing exitoso se trata de relaciones, no de transacciones;
algo así como el amor verdadero.
Cesar Enríquez Morán-Presidente
Fundador de la American Marketing Association capítulo Ciudad de
México.Especialista en Creatividad y Mercadotecnia con más de 20 años de
experiencia.
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