Alfabetización, una de las prioridades
globales
FORBES- 13 de septiembre de 2019
Está probado que los proyectos educativos
que buscan propiciar momentos de aprendizaje a lo largo de la vida son más
efectivos que los programas paternalistas que entregan dinero.
Desde 1967, cada 8 de septiembre
se llama a las naciones del mundo a tomar conciencia y acción en favor de la
alfabetización. Este día se dedica a la lucha diaria que se realiza o se debe
realizar para no dejar a nadie atrás.
En México, de acuerdo con las
últimas cifras presentadas por el INEA (Instituto Nacional para la Educación de
los Adultos) en el país hay 3 millones 704 mil 998 personas adultas que no
saben ni leer ni escribir y pertenecen a sectores altamente vulnerables de la
población como adultos mayores, personas con discapacidad, jornaleros
agrícolas, indígenas y madres solteras.
De acuerdo con los estándares
internacionales, México ya es un país libre de analfabetismo, pues el
porcentaje de personas en esa condición está por debajo del 4% que establece
Unesco desde diciembre de 2018 (tarea que tiene el mérito único de la Campaña
Nacional de Alfabetización y Abatimiento al Rezago Educativo emprendida de 2012
a 2018). Sin embargo, México, al igual que muchos otros países del mundo sigue
teniendo un reto importante, atender a la población indígena que sigue siendo
altamente susceptible al abandono y la marginación.
Del total de personas adultas en
situación de analfabetismo en México, 1.3 de millones hablan una lengua
indígena y viven aún bajo los usos y costumbres de sus comunidades de origen.
Desde la creación del INEA, este
se ha destacado a nivel internacional por el desarrollo de un Modelo de
Educación para la Vida y el Trabajo (MEVyT) que en su versión bilingüe enseña
en lenguas indígenas a los mexicanos mayores de 15 años los saberes y
desarrolla competencias.
La comunidad internacional ha
decidido poner a la alfabetización como una de la metas de desarrollo
sostenible que además de garantizar un derecho humano, habilita a la persona
para alcanzar las metas de equidad, igualdad y dignidad.
Los esfuerzos alrededor del mundo
deberán estar encaminados para fortalecer los proyectos de sociedades
inclusivas, solidarias, en las que los desafíos que impone el mundo
globalizado, digitalizado y polarizado, se superen de forma más efectiva con
ciudadanos libres de rezago educativo y preparados para desarrollarse en
contextos multiculturales, multilingües y cada vez más diversos.
La Unesco, sigue en pie de lucha
por un mundo en el que los proyectos de educación a lo largo de toda la vida
sea el centro de las políticas públicas educativas. A través de sus
iniciativas, países como México, han desarrollado a lo largo de los años
programas de alfabetización de calidad, tendientes a la inclusión y con
perspectiva de género.
Está más que probado que los
proyectos educativos que buscan propiciar momentos de aprendizaje a lo largo de
la vida son más efectivos que los programas paternalistas que entregan dinero a
jóvenes y adultos; al desarrollar planes y programas educativos con un sentido
de inclusión y largo plazo se fomenta el espíritu emprendedor que contribuye al
desarrollo económico y fortalece los vínculos entre sectores industriales.
El Día de la Alfabetización debe
servir también como detonante de la reflexión a nivel político y de gestión, al
integrar de manera coherente los paquetes económicos con las políticas públicas
que privilegien la educación y no el clientelismo ni las dádivas.
Tareas titánicas como las que
conlleva abatir el rezago educativo y combatir el analfabetismo, deben ocupar
un lugar prioritario en la planeación presupuestal para poder desarrollar
planes de continuidad sin sesgos políticos y genuinos en el compromiso de empoderar
y dignificar a través de la educación a quienes más lo necesitan pues el
analfabetismo es una deuda histórica que se requiere con urgencia saldar.
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