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martes, 3 de marzo de 2015

inflación

La inflación en EE.UU. genera confusión en los mercados


The Wall Street Journal. -   ‎marzo‎ de ‎2015
Las cifras de la inflación mueven los mercados financieros, pero últimamente intentar comprender la inflación ha implicado lidiar con un mundo patas para arriba.

Los precios generales estadounidenses, los que afectan a la gente real, han estado descendiendo con tanta rapidez que dan la impresión de que la economía está enfrentando una peligrosa deflación. Sin embargo, economistas, gestores de dinero y expertos de la Reserva Federal prefieren analizar la inflación sin tomar en cuenta los precios de alimentos y energía. Al hacer esto, que implica ignorar el reciente colapso de los precios del petróleo, el problema de la deflación se desvanece.

Lo que realmente está ocurriendo con la inflación es crucial para los mercados financieros ya que influye sobre la propia economía y la decisión de la Fed sobre cuándo elevar las tasas de interés. Con el tiempo, predicen muchos gestores de dinero, la gente concluirá que lo que está ocurriendo con la inflación es lo opuesto a lo que sugieren los datos en general y que está aumentando ligeramente, lo que es bueno para las acciones y no tan malo para los bonos. Sin embargo, alcanzar una convicción sólida sobre esto podría tomar algún tiempo, señalan.

La incertidumbre ayuda a explicar por qué los mercados financieros experimentaron altibajos la semana pasada. Después de empezar la semana con alzas, el Promedio Industrial Dow Jones concluyó la semana con un descenso de 0,04%, un decepcionante desenlace para un mes en el que creció 5,64% en total. Cerró con un récord de 18.224,57 puntos el miércoles y terminó el viernes en 18.132,70 unidades.

Lo que está complicando las cosas es que los gestores de dinero están tratando de determinar no solo los números en sí, sino lo que hará la Fed al respecto. La Fed ofrece información más abundante sobre la perspectiva de sus integrantes que hace unos años. Divulga sondeos que muestran sus expectativas económicas. Sus líderes dan discursos frecuentes en los que explican sus perspectivas. Esta cantidad de información es sin duda mejor que las escasas migajas que solía proporcionar su ex presidente Alan Greenspan. Sin embargo, al igual que con los datos de inflación, los líderes de la Fed tienen desacuerdos, lo que alimenta la incertidumbre.

“Está simplemente suma más confusión a la bolsa de valores. Hay un exceso de información”, afirmó Kristina Hooper, estratega de inversión de EE.UU. en Allianz Global Investors, que supervisa US$499.000 millones en todo el mundo.

Parte de esto es inevitable: la Fed no ha decidido cuando elevará las tasas de interés. Si no lo sabe, no es ninguna sorpresa que los gestores de dinero tampoco estén seguros.

La Fed estará monitoreando muchos factores, incluyendo alzas salariales. Los datos de inflación ilustran el problema.

Las cifras de precios de consumo de enero, divulgadas el jueves, mostraron que los precios estadounidenses en general cayeron 0,7% durante el mes y disminuyeron 0,1% frente al año anterior. Esto se debió casi por completo a la caída en los precios del petróleo. Sin alimentos y energía, el índice de precios de consumo se incrementó 0,2% para el mes y 1,6% para el año, un poco menos que el objetivo de la Fed de 2%.

La mayoría de los economistas cree que con el tiempo la cifra de inflación general se acercará a la cifra subyacente, que excluye alimentos y energía. Esto se debe a que las oscilaciones en los precios de alimentos y energía son generalmente pronunciadas y temporales. Si esa perspectiva es correcta, significa que las cifras de deflación no ofrecen señales de un verdadero riesgo de recesión ni ningún verdadero riesgo de futuros declives de los precios. De hecho, los precios del petróleo ya parecen haberse estabilizado. Si esto es cierto, la Fed puede ignorar la inflación no subyacente y elevar las tasas a mediados de año, según lo planeado.

Además, los consumidores podrían reaccionar a los menores precios de la gasolina gastando más en otros productos, apuntalando la inflación y el crecimiento económico y haciendo que la Fed se sienta incluso más cómoda con un alza en las tasas.

Es aquí donde aparece un pequeño obstáculo. Las respuestas de los consumidores han sido inconsistentes. El gasto del consumidor aumentó en enero, pero la confianza del consumidor se hundió en febrero.

Con los precios de la gasolina en alza otra vez, los consumidores podrían sospechar que los descensos de los precios no durarán.

“Si la gente percibe algo como transitorio, son menos propensos a gastar dinero”, dijo Hooper, de Allianz. Si los consumidores se mantienen cautelosos, la inflación y el crecimiento podrían ser más débiles de lo previsto y la Fed podría postergar el alza de las tasas. Si los precios del petróleo vuelven a caer, esto podría hundir más los precios generales, creando nuevas preocupaciones.

“Los números de la inflación se mantendrán confusos”, apuntó Michael Hanson, economista senior en Bank of America Merrill Lynch. “Ópticamente, por lo menos, será difícil para la Fed empezar a ajustar cuando la cifra de la inflación general es negativa”.

Esto es parte del motivo por el que cree que la Fed no elevará las tasas hasta septiembre.

Jason Pride, estratega de inversión de Glenmede Trust Co., que supervisa US$29.000 millones en Filadelfia, está de acuerdo con que la Fed puede esperar, pero piensa que no lo hará.

“Parecen haberse convencido a sí mismos de avanzar en junio”, dijo. Por tanto, la Fed podría empezar a aumentar las tasas a mitad de año, indicó, y después quizás avanzar más lentamente, elevándolas en reuniones alternas posteriores.

Con toda esta incertidumbre, una cosa es probable, dice Hooper: “Más volatilidad” en el mercado bursátil. “Tenemos más transparencia, lo que es bueno, pero no necesariamente bueno si hay tantas interpretaciones”, anotó.

La volatilidad sin duda frustrará a quienes intentan invertir en los mercados financieros, pero a largo plazo, probablemente no tengan problemas, acotó Hanson, de Merrill.


“En el corto plazo podría causar incertidumbre”, anotó, pero “si la inflación se está normalizando y la economía sigue creciendo, eso debería beneficiar a los inversionistas”.

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