Cuatro razones por las que Brasil pierde peso
en América Latina
BBC Mundo - viernes, 27 de
marzo de 2015
Brasil, el gigante latinoamericano que hace
pocos años aumentaba su influencia política y económica global, sufre ahora una
pérdida de peso en la propia región donde debía ser un líder natural.
Así lo señalan analistas, que atribuyen el
sorpresivo cambio a un cóctel de factores domésticos e internacionales que
resulta cada vez más amargo para los intereses brasileños en América Latina.
El nuevo escenario se refleja claramente en
datos que muestran una merma en los viajes presidenciales brasileños en la
región, una caída de exportaciones a países vecinos o una falta de liderazgo en
temas calientes de América Latina.
"Se ha reducido la voz de Brasil afuera,
en la región", le dijo a BBC Mundo Jõao Augusto de Castro Neves, analista
brasileño de la consultora Eurasia Group en Washington.
A continuación, las razones que explican por
qué está ocurriendo lo que parecía improbable hace apenas un lustro.
Los líos domésticos de Dilma
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, está
debilitada dentro de su propio país por un escándalo de corrupción en la
petrolera estatal Petrobras que salpica a su partido. Además de los problemas
económicos, una crisis con aliados en el Congreso y un creciente descontento
social.
Esto ha hecho que las prioridades de Rousseff,
cuyo segundo mandato de cuatro años comenzó en enero, se vuelquen a cuestiones
domésticas en desmedro de su proyección internacional.
La situación contrasta fuertemente con lo que
ocurría durante el gobierno de su antecesor y correligionario Luiz Inácio Lula
da Silva, que actuó como un trotamundos con gran popularidad en la región.
Un análisis realizado por BBC Brasil mostró
que, durante su primer mandato, Rousseff redujo casi a la mitad el tiempo
dedicado a visitar otros países en comparación con el segundo gobierno de Lula
(2007-2010).
Esto ocurrió también en los viajes que ambos
realizaron por Sudamérica, la zona de mayor influencia de Brasil: Rousseff
efectuó 24 visitas a países de la región, mientras que Lula 45 hizo en su
segundo mandato.
A continuación, los problemas económicos
Una economía menos pujante
Menos de cuatro años atrás, Brasil era
declarado la sexta mayor economía mundial y su ministro de Hacienda del momento
decía que antes de 2015 desbancaría a Francia del quinto puesto.
Pero la economía brasileña se estancó desde
entonces.
Reino Unido recuperó la sexta posición que le
había quitado momentáneamente Brasil en 2011. Luego, en 2014 escapó por poco de
la recesión y creció apenas 0,1%, según se anunció oficialmente este viernes.
En 2013 la expansión había sido de 2,7%.
Y este año Brasil podría ser superado por India
como la séptima mayor economía del mundo, de acuerdo a la consultora británica
Economist Intelligence Unit.
Castro Neves recordó que durante el gobierno de
Lula el boom de las materias primas y las crisis en países desarrollados dieron
"un palco mayor" para la actuación internacional de Brasil, que llegó
a expandirse 7,5% en 2010.
"Hoy tienes un escenario económico global
mucho menos favorable y, para un país con recursos limitados como Brasil, eso
es otro constreñimiento", señaló.
El comercio de Brasil con sus vecinos está en
pleno retroceso.
Las exportaciones brasileñas a América Latina y
el Caribe cayeron 14% el año pasado comparadas con el anterior y siguieron
hundiéndose 21,5% en los dos primeros meses de este año respecto al mismo
período de 2014, según datos del gobierno.
Y las compras brasileñas a países de América
Latina y el Caribe también se contraen, aunque menos (8% en 2015 y 16% durante
enero y febrero de este año).
¿Cómo los ha afectado el escándalo de
Petrobras?
Constructoras en problemas
Las grandes firmas constructoras de Brasil eran
hasta hace poco la cara visible de la expansión regional del país, construyendo
desde metros hasta hidroeléctricas en naciones vecinas.
La propia Rousseff ha señalado eso como un
éxito de su política para favorecer los negocios brasileños en América Latina,
generando producción y empleo.
Sin embargo, hoy esas constructoras se
encuentran golpeadas por el escándalo de sobornos en Petrobras, acusadas de
formar un cartel para repartirse contratos. Altos ejecutivos de varias de ellas
fueron presos preventivamente.
Algunas enfrentan ahora problemas de liquidez,
falta de crédito y deudas que vencen a corto plazo. Recientemente han sido
rebajadas las calificaciones de riesgo de firmas como OAS, Queiroz Galvão,
Mendes Júnior y Galvão Engenharia.
Esta última, que también tiene actividad en
Perú, anunció el miércoles que pedirá protección en Brasil contra bancarrota,
ante el agravado deterioro de su situación financiera.
Esta nueva realidad de las constructoras
brasileñas ya afecta planes en la región.
En Uruguay, por ejemplo, fue rescindido un
contrato multimillonario con OAS para construir una planta regasificadora. La
empresa decidió enviar a 700 trabajadores al seguro de paro.
Otros proyectos en la región están bajo la lupa
de los investigadores del "caso Petrobras", que sospechan que el
esquema de sobornos descubierto en la petrolera pudo haberse esparcido por
América Latina.
Los contratos regionales de las constructoras
brasileñas se hicieron mediante un significativo aumento de créditos del Banco
Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
Ahora algunos se preguntan si esta entidad
estatal brasileña seguirá financiando actividades de empresas en una situación
tan delicada y comprometida.
¿Qué tiene que ver China en este asunto?
El avance de China
Contrariamente a lo que ocurre con Brasil, la
influencia económica de China crece de forma sorprendente en América Latina,
donde el gigante asiático ya es el tercer mayor socio comercial.
Sólo el año pasado, los créditos chinos a la
región llegaron a US$22.000 millones, un aumento de 71% respecto a 2013, reveló
un estudio reciente de la Base de Datos Financieros de China y Latinoamérica.
Esa suma de préstamos chinos en 2014 superó los
créditos que la región recibió en conjunto del Banco Mundial y el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) el mismo año.
En una década, Pekín prestó a Latinoamérica
US$119.000 millones. Además del propio Brasil, los principales receptores de
ese dinero son sus principales socios del Mercosur, Venezuela y Argentina,
según el estudio.
Estos datos, así como un reciente acuerdo de
cooperación económica e inversiones firmado por Argentina con China, generan
inquietud en Brasil, donde algunos creen que falta una estrategia clara ante el
avance de Pekín.
"La influencia china en la región y el
acuerdo con Argentina, en particular, afectan los intereses económicos de
Brasil", advirtieron dos analistas vinculados al sector empresarial e
industrial brasileño, André Soares y Fabrizio Sardelli Panzini, en un artículo
publicado la semana pasada en el periódico Brasil Econômico.
Agregaron que para Brasil "el punto
principal es el aumento de la competencia y la probable pérdida de mercado en
servicios de ingeniería y también sobre los bienes importados de China
utilizados en estas obras".
El excanciller brasileño Luiz Felipe Lampreia
evaluó que Brasil podría revertir su pérdida de influencia en la región si
supera sus grandes problemas actuales "y pasa a ser visto nuevamente como
un país fuerte e importante".
"Pero en este momento", agregó en
diálogo con BBC Mundo, "Brasil tiene cartas muy débiles".
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