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lunes, 16 de marzo de 2015

batería

Una batería que dure más tiempo, el sueño incumplido de los usuarios


  The Wall Street Journal. - ‎lunes‎, ‎16‎ de ‎marzo‎ de ‎2015

                    Encuesta tras encuesta revelan que hay algo que los consumidores desean que los fabricantes cambien en sus dispositivos. Y año tras año, las empresas sólo hacen gestos tímidos para hacer ese deseo realidad. Se trata de una batería de mayor duración.

Quizás haya escuchado que la tecnología de las baterías es compleja, lo que es cierto. Si la cantidad de energía que puede almacenar una batería nueva sube apenas un poco en un año, se considera un avance. Eso deja a los fabricantes de teléfonos inteligentes, en particular, en una batalla por reducir heroicamente el consumo de energía de cada componente de sus aparatos.

Sin embargo, aunque mejore la definición de las pantallas y los microchips sean más rápidos, todavía tenemos que enchufar nuestros teléfonos cada vez que podemos.

No tiene que ser así. Hay una solución lo suficientemente sencilla. Requiere que una empresa tenga la valentía para convencer a los usuarios de que uno de los aspectos que esperamos de los teléfonos y otros aparatos —que cada año sean más delgados y livianos— es una tendencia que ya no sirve.

El modelo más reciente del iPhone sirve de ejemplo. Hagamos un experimento, comenzando con lo que ha cambiado entre el iPhone 4 y el iPhone 6. En cuatro años, los ingenieros de Apple hicieron que el teléfono fuera 2,4 milímetros más delgado, o alrededor del grosor de tres tarjetas de crédito. A pesar de dotarlo con una pantalla mucho más grande, también le quitaron ocho gramos.

Considerando el tamaño de su actual batería, unos pocos cálculos revelan que es más que razonable que si el iPhone 6 fuera igual de grueso que el iPhone 4, podría tener una batería que durara el doble que la actual.

Apple, por supuesto, jamás haría algo semejante. Ningún fabricante de smartphones lo haría. Considerando la forma en que piensan los consumidores, los que escriben reseñas de electrónicos y probablemente hasta los propios ingenieros de Apple, equivaldría a un suicidio. Los analistas llamarían al teléfono un “ladrillo” y las redes sociales se llenarían de imágenes de comparaciones de los dos aparatos lado a lado, con leyendas negativas.

Pero lo que digo es lo siguiente: en sus dimensiones, los smartphones se convirtieron en “suficientemente buenos” hace un par de generaciones. Pocas personas pensaban en 2010 que sus teléfonos eran un ladrillo hasta que apareció el siguiente aparato más reluciente y, sobre todo, más delgado.

La batalla por teléfonos inteligentes cada vez más esbeltos no tiene que ver con utilidad, sino con la capacidad de alardear.

Apple tuvo una escaramuza con Samsung en 2011, luego de que la empresa surcoreana dijera que su Galaxy S II era el teléfono inteligente más delgado del mundo. La Agencia de Estándares de Publicidad del Reino Unido eventualmente se pronunció a favor de Apple.

De todos modos, ¿por qué les importa a los fabricantes y los consumidores? Creo que la respuesta es obvia: la delgadez y el peso se han vuelto criterios de la excelencia y el diseño, un sinónimo de “alta tecnología”. Apple y sus competidores resaltan la delgadez en cada nuevo lanzamiento de uno de sus productos.

Quienes escriben reseñas de teléfonos y otros aparatos casi siempre siguen esta lógica. Los teléfonos que son más gruesos son descritos como “fornidos”, mientras los más delgados son catalogados como “esbeltos”. Al combinar esto con la cantidad de veces que los críticos de aparatos usan la palabra “sexy” en artículos sobre nuevos modelos, se empieza a tener una idea de que los estándares de belleza irrealistas no se limitan a los juicios sobre otros seres humanos.

Aunque cueste creerlo ahora, muchas de estas mismas críticas en su momento apuntaron a los teléfonos inteligentes de mayor tamaño, llamados “phablets”, es decir un híbrido entre teléfono y tableta. No obstante, luego se popularizaron y en septiembre Apple finalmente lanzó teléfonos más grandes. La demanda ha sido tan robusta que Apple obtuvo más ganancias en un solo trimestre que cualquier otra empresa en la historia. Es un gran ejemplo de que darles a los consumidores lo que realmente quieren puede generar ganancias soñadas.

Uno de los teléfonos más grandes de Apple, el iPhone 6 Plus, tiene una batería que dura mucho más que su primo menor, principalmente debido a su mayor tamaño. Simplemente había más espacio donde Apple pudo incluir batería. Muchos críticos han dicho que esta duración adicional de la batería es tan significativa para su experiencia con el aparato como su pantalla más grande.

Me doy cuenta de que cada fabricante debe hacer compromisos en el diseño de sus dispositivos. Sin embargo, cuando los consumidores son encuestados sobre lo que más les gustaría, la duración de la batería es consistentemente lo primero que aparece en la lista.

Los fabricantes de teléfonos lo están intentando. La duración de la batería sin usar del iPhone se ha mantenido constante a lo largo de los años, pero en general Apple ha aumentado la cantidad de tiempo que se puede pasar navegando por Internet en sus teléfonos. Sin embargo, no es una mejora pareja, ya que algunos modelos tienen un peor desempeño que su antecesor inmediato en algunos parámetros.

Esto no tiene ningún sentido si pensamos en cómo nos estamos volviendo cada vez más dependientes de nuestros aparatos.

La cantidad de tiempo promedio que pasan los estadounidenses en sus smartphones creció más de 60% sólo en los últimos tres años, y ahora pasan más tiempo mirando los teléfonos que la televisión. Considere, asimismo, que la duración de la batería de un teléfono depende mucho de los patrones de uso y que los comportamientos que adoptamos con más fervor que nunca, como ver videos en línea, navegar en Internet y redes sociales, etc., pueden reducir la duración de la batería a una fracción de lo que las empresas promocionan.

Nuestra dependencia de los teléfonos inteligentes se agravará. Aparatos que se usan sobre el cuerpo, la llamada informática de vestir, como el reloj de Apple casi no tienen uso si no están acompañados del teléfono. Los teléfonos se están convirtiendo en centros de toda nuestra vida digital.

Algunos tal vez sostengan que las baterías externas son la respuesta a estos problemas. Sin embargo, si cada vez más gente siente la necesidad de usarlos, ¿qué sentido tiene comprar un teléfono tan delgado?

La realidad para la mayoría de las personas es que pasamos nuestras vidas pensando en tener el teléfono cargado.

No es que piense que Apple y sus competidores se queden de brazos cruzados. (Apple prefirió no hacer comentarios al respecto). Hay motivos para creer, en especial cuando los teléfonos se acercan a un nivel de delgadez que sugiere que reducirlos más los podría hacer menos durables, que los fabricantes de teléfonos podrían volcar su atención hacia la batería la próxima vez. Pero opino que sólo lo harán si lo piden los consumidores.


Mi predicción es que en algún momento de un futuro no demasiado distante, el presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook, o su equivalente en otra empresa, subirán a un escenario para decir algo sin precedentes. Nos dirán que los teléfonos que ofrecen, en circunstancias del mundo real, van a durar no horas, sino días.    

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