¿Por qué los delanteros argentinos son los más
contundentes del mundo?
The Wall Street Journal. - sábado,
28 de marzo de 2015
Los delanteros se han sumado a la soya y la
carne vacuna como algunas de las principales exportaciones de Argentina.
El país sudamericano —finalista del último
Mundial— tiene una larga y famosa tradición futbolera. Pero ahora parece estar
exportando un género de futbolistas, el delantero goleador, como nunca antes.
Llegó al punto en que en encuentran argentinos en la cima, o casi, de la tabla
de goleadores en ligas de todo el mundo.
Comencemos en Europa. Luego de los partidos del
fin de semana, Sergio Agüero, del Manchester City, fue el segundo mayor
goleador de la Premier League inglesa (aunque desde entonces cayó al tercer
puesto). En España, Lionel Messi, del Barcelona, otra vez marca el ritmo de La
Liga con 32 goles en 27 apariciones. Luciano Vietto, del Villareal, se ubica en
octavo lugar. Y en la Serie A de Italia, los dos máximos goleadores eran
argentinos: Carlos Tévez de la Juventus y Mauro Icardi del Inter. También había
dos argentinos en el top cinco: Gonzalo Higuaín del Napoli y Paulo Dybala de
Palermo.
Las otras dos principales ligas europeas no
tienen tantos goleadores argentinos, pero la Bundesliga de Alemania tiene a
Franco Di Santo, del Werder Bremen, en el quinto lugar de la tabla de
goleadores, mientras Lucas Barrios, del Montpellier, es el séptimo en la Ligue
1 de Francia. (Barrios nació y se crió en Argentina, pero juega para Paraguay,
el país donde nació su madre).
El principal goleador en Grecia, Jerónimo
Barrales, del Asteras Tripolis, también es argentino, y el país sudamericano
también está representado en Portugal a través de Eduardo Salvio, del Benfica,
que se ubica noveno.
Si vamos a Asia encontramos a Jorge Sebastián
Sáez en el Al-Wakrah (décimo en Qatar) y, en Australia, Marcelo Carrusca, del
Adelaide, se ubica octavo en la A-League.
Al cruzar el Pacífico y llegar a México, hay
más. Si bien los mexicanos tienen una larga tradición goleadora desde los días
de Hugo Sánchez, hoy las tablas de goleadores están dominadas por argentinos
como Julio Furch del Veracruz (primero), Matías Alustiza del Puebla (segundo) y
el trío que comparte el tercer lugar: Diego González del Santos Laguna, Gabriel
Hauche del Tijuana e Ismael Sosa de la UNAM.
En Sudamérica, son aún más omnipresentes. Fuera
de su país de origen, hay argentinos encabezando la tabla de goleadores de la
liga en Chile (Pablo Calandria del O’Higgins) y Ecuador (Daniel Neculmán de
River). En Venezuela, Tulio Etchmaite de Portuguesa se ubica tercero, mientras
en Bolivia Martín Palavicini del Universitario está segundo y Mauro Bustamente
del San José es cuarto. Incluso han ocupado a su rival y también potencia,
Brasil. La temporada pasada, Hernán Barcos del Gremio terminó quinto, mientras
Darío Conca del Fluminense fue décimo.
Lea a continuación: Cómo se explica esta
situación
¿Cómo explicar esta situación?
Una vez que se toma en cuenta la mínima
posibilidad de que sea tan solo una enorme coincidencia global, entran en juego
otros actores.
Argentina, por supuesto, es una potencia
futbolística y genera grandes cantidades de jugadores en general, no sólo
delanteros. Pero cuando la economía argentina tiene problemas y no hay mucho
dinero en la liga interna, hay un incentivo tanto para los clubes como para los
jugadores para irse al exterior.
Una dinámica similar se registra en Brasil,
aunque es más pronunciada en Argentina, en parte debido a que el mercado
interno es más pequeño y es más difícil retener a los mejores jugadores.
Un estudio de la firma de marketing deportivo
Euromericas lanzado en noviembre reveló que 2.715 argentinos jugaban al fútbol
profesional en el exterior. Más que cualquier otro país y más que los 2.356
jugadores de Brasil, a pesar de que su población es casi cinco veces mayor que
la de Argentina.
Dicho de otro modo, cuando se considera que la
principal liga argentina, la Primera A, se compone de 30 clubes y que cada uno
tiene entre 25 y 30 profesionales argentinos en sus planteles, uno se da cuenta
de que hay casi el triple de argentinos jugando al fútbol profesionalmente
fuera del país.
Vender jugadores argentinos en el extranjero
obviamente es una buena forma de conseguir divisas. Y, posiblemente debido a
que los clubes suelen pagar fuerte sumas por los jugadores prolíficos, vender
delanteros argentinos es más lucrativo que negociar el pase de defensores. Eso
podría explicar por qué el país produce más delanteros que otras posiciones,
aunque anteriormente era conocido por sus excelentes defensores centrales y
mediocampistas.
También influye un recambio natural. Producir
un delantero en Argentina y, tan pronto como se pueda conseguir un precio
decente, venderlo. Eso deja espacio para su reemplazo, que, se espera, se
convertirá en un jugador que podrá ser vendido a un precio alto en unos años.
Los jugadores argentinos en general han
resultado ser bastante adaptables a otros países. A diferencia de los
brasileños o la mayoría de los africanos, crecen hablando español, lo cual
facilita hacer negocios no sólo en mercados lucrativos como España o México
sino también en el resto de América del Sur y Central. Debido a que tantos
argentinos pueden rastrear con facilidad su ascendencia española o italiana,
también les resulta más simple obtener un pasaporte de España o Italia, que, a
su vez, les da acceso a las ligas europeas.
Por lo tanto, la omnipresencia de los
delanteros argentinos se debe tanto a factores económicos como a otros
técnicos. Y mientras sigan probando lo que valen, es difícil imaginar que se
detenga la línea de ensamblaje.
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