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domingo, 25 de septiembre de 2016

equilibrio emocional.

 Las increíbles formas en las que la falta de sueño hace su vida más difícil



The  wall street journal- domingo, 25 de septiembre de 2016  

Científicos hacen nuevos hallazgos sobre cómo la falta de sueño puede alterar nuestro equilibrio emocional.

Los Investigadores han descubierto que la gente con privación de sueño tiene dificultades para leer expresiones faciales de otras personas, en particular cuando las expresiones son más sutiles. Son menos capaces de discernir, por ejemplo, si su pareja está molesta o simplemente serena.

Cuando no han dormido lo suficiente, las personas también son menos expresivas en sus emociones. Por ejemplo, sonríen menos, incluso cuando sienten que algo es gracioso. Usando neuroimágenes, científicos están descubriendo ciertos patrones de actividad cerebral que podrían explicar la volatilidad emocional que puede ser causada por la falta de sueño.

“Pocas cosas llegan trastornadas de forma tan rápida y profunda como nuestra estabilidad emocional (...) cuando no estamos durmiendo lo suficiente”, dice Matthew Walker, profesor de neurociencia y psicología de la Universidad de California en Berkeley. Las malinterpretaciones y los lapsus pueden causar estragos en las relaciones.

Los expertos en general recomiendan que los adultos saludables duerman entre siete y nueve horas por noche. Sin embargo, los adultos en Estados Unidos, por ejemplo, dicen que duermen en promedio menos de siete horas por noche, según datos de una encuesta de 2014 a más de 444.000 personas analizadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de ese país. Casi 12% de los encuestados dijo que dormía siete horas o menos.

En un estudio de 2014 publicado en la revista Experimental Brain Research, 49 adultos jóvenes saludables fueron divididos en dos grupos. Uno pasó una noche sin dormir, mientras que el otro pudo dormir normalmente.

Al día siguiente, les mostraron imágenes de rostros que variaban en su grado de expresión emocional. Los sujetos con privación de sueño fueron mucho más lentos en identificar las emociones en todos los tipos de caras y menos capaces de identificar de forma correcta los rostros felices.

Otros estudios también han hallado que la gente privada de sueño es menos capaz de identificar de forma precisa caras enojadas y felices, en particular cuando las expresiones son sutiles. Si bien muchos estudios de privación de sueño dejaron a los sujetos despiertos toda la noche, científicos dicen que los resultados probablemente sean aplicables a la experiencia más común de dormir insuficientes horas de forma crónica.

La privación de sueño puede tener implicaciones para la seguridad pública, dice Namni Goel, investigador de sueño de la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania. El personal militar y los oficiales de policía, señala, a menudo enfrentan situaciones en las que necesitan interpretar de forma precisa las expresiones faciales, y motivaciones, de otros.

“Si uno es más lento en identificar lo que está sucediendo y eso se combina con lo que sabemos, que uno se vuelve más impulsivo cuando está privado de sueño y la toma de riesgos aumenta, eso puede tener consecuencias fatales”, sostiene Goel.

David F. Dinges, profesor del departamento de psiquiatría de la misma universidad, tiene evidencia científica de que la gente con falta de sueño tiende a sobrerreaccionar ante cosas menores.

En un estudio de 2012, él y sus colegas mantuvieron un grupo de sujetos sin dormir por una noche mientras el otro durmió normalmente. Al día siguiente, los participantes realizaron una serie de tareas, incluyendo problemas matemáticos. Algunos eran fáciles y otros más complicados. También recibieron comentarios sobre su desempeño, a veces positivos y otras veces negativos.

Después de completar difíciles problemas matemáticos con comentarios negativos, ambos grupos reportaron estar similarmente estresados, enojados, ansiosos y deprimidos. En cambio, después de resolver problemas fáciles, los sujetos privados de sueño tuvieron mayores niveles de estrés, enojo y ansiedad que el grupo que descansó.

“La privación de sueño baja tu umbral de estrés. Uno básicamente es menos capaz de lidiar emocionalmente con eso. Eso explicaría las respuestas de ira a cosas pequeñas”, señala Dinges.

Catherine Shearon ha notado que los días que duerme seis horas la noche anterior, está más irritable y nerviosa. “Soy mordaz con la gente e impaciente”, dice la mujer de 54 años de Ottawa, que trabaja en ventas educacionales y es también entrenadora personal a tiempo parcial. Pequeñas molestias —como olvidar su cepillo de dientes en un viaje— puede volverse “catastrófico”, dice.

En estudios por neuroimágenes, científicos han descubierto que la privación de sueño puede amplificar la actividad de la amígdala cerebral, una parte del cerebro que juega un papel clave en el procesamiento de emociones, y debilitar la actividad de la corteza prefrontal, que es crucial para regular emociones.

Walker, de Berkeley, ha hallado que cuando los sujetos con falta de sueño ven imágenes perturbadoras —como tarántulas o incendios de casas— mientras se encuentran en máquinas de resonancia magnética, sus amígdalas son 60% más reactivas, comparadas con las de personas que durmieron bien y que ven las mismas fotos.

Esta hiperreactividad del cuerpo amigdalino puede empezar a ocurrir a aproximadamente 6 horas y media de sueño o menos, explica. El sueño de movimientos oculares rápidos, en particular, parece ser crítico para el procesamiento de experiencias emocionales.

“He llamado esto terapia por la noche”, dice Walker.

La mayoría de las investigaciones se ha enfocado en el impacto negativo de la privación de sueño sobre la cognición y el desempeño. Esto es especialmente preocupante para las fuerzas armadas y sectores como la medicina, el transporte por camión y la aviación.


Algunas personas capean la pérdida de sueño mucho mejor que otras. Los investigadores tampoco saben cuánto tarda la gente en recuperarse de los efectos emocionales negativos de la pérdida de sueño.

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