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viernes, 9 de septiembre de 2016

corrupción

 Detrás de la corrupción hay cobardía


FORBES- 9 de septiembre de 2016
Siempre habrá los valientes para señalar actos de corrupción, pero hasta ahora son pocos para que se genere un gran cambio. Los cobardes son los más, tristemente, y mientras esto siga así, el país no podrá cambiar.

No hay quien lo niegue: personas corruptas han saqueado a nuestro país, lo tienen endeudado, diezmado, empobrecido y entristecido. Lo que ha sucedido en este país es increíble e inaudito, pero ¿por qué se ha permitido?, ¿qué nos ha llevado hasta aquí?

Muchas son las causas de la corrupción en el país: un sistema de justicia que no funciona y que opera sólo a favor de los que están en las estructuras de poder, una ambición desmedida por el dinero y lo material, un sesgo histórico en el que aquellos en posiciones privilegiadas sólo ven por los suyos, el nepotismo, el sistema partidista que monopoliza funciones, la burocracia ineficiente y de poca visión, etc., etc.

Sin embargo, hay una causa muy poderosa y muy poco estudiada o mencionada, que es la COBARDÍA. Así es, detrás de la corrupción está lo cobardes que somos para denunciar y señalar actos faltos de ética y moral.

Ningún acto de corrupción como desvío de fondos, presupuestos inflados, colusión de empresas con el gobierno, ocultamiento de información y falta de transparencia, compra de votos, coerción, etcétera, es completamente secreto. No, alrededor de cada acto de corrupción hay testigos, siempre, pero éstos se están quedando callados.

Todos hemos sido testigos de casos de corrupción pero somos cobardes para señalarlos o denunciarlos. Seguramente tú sabes de algún familiar con alguna empresa que le vende al gobierno a precios inflados para dar “comisiones” por fuera, pero no le dices nada ni a él ni lo denuncias. Tal vez sabes de algún empresario que burla impuestos con estrategias fiscales pero no dices nada, o conoces a algún funcionario que emplea a familiares en puestos en su administración, sin que éstos tengan las capacidades para dichas funciones. No niegues que conoces a quien compra productos pirata, quien se cuelga con diablitos de la luz, o quien le dio una mordida al del centro de verificación para que su auto viejito pasara la prueba; pero en todos estos casos tampoco has dicho nada.

Cobardes fueron aquellos que supieron de la estrategia de contratación de empresas fantasma en el gobierno de Javier Duarte en Veracruz y no lo denunciaron a tiempo. Cobardes fueron las miles de personas que supieron que Guillermo Padrés, en Sonora, construía una presa en su rancho y no lo denunciaron. Cobardes fueron los que vieron lo que hacía Humberto Moreira en Coahuila y Rodrigo Medina en Nuevo León utilizando el presupuesto a discreción y no lo señalaron a tiempo y por los medios apropiados. Cobardes son quienes atestiguan a ministerios públicos y jueces permitiendo tales acciones sin denunciarlos.

Sí, somos cobardes por no denunciar o señalar a aquellos que explotan trabajadores, a quienes destrozan el medio ambiente para aumentar su rentabilidad, a quienes integran ingredientes malos en sus productos y le ocultan la verdad al consumidor.

En muchas ocasiones te has enterado de un acto de corrupción inicial que después termina en un acto de corrupción de proporciones gigantescas, pero tu cobardía para señalarlo dejó que éste siguiera creciendo y, lo que es peor, ahora te afecta a ti, a tu familia y a todos los conciudadanos.

Detrás de la cobardía hay impureza, no sentirte libre de culpa y creer que eventualmente tú serás el señalado o denunciado. No niego que detrás de la cobardía existe también el miedo a ser perseguido injustamente, así como el miedo a ser aislado de grupos empresariales, políticos, de amigos y hasta familiares. Pero la situación que el país vive hoy requiere de valientes.

Siempre habrá los valientes, los que vencerán el miedo para señalar estos actos iniciales o gigantescos de corrupción, pero hasta el momento se ha demostrado que son pocos para que se genere un gran cambio. Los cobardes son los más, tristemente, y mientras esto siga así, el país no podrá cambiar.



Ricardo Perret-Socio Director de Mindcode y BrainScan, empresas de Innovación y estudios del inconsciente del consumidor. Autor de 5 libros de innovación. Conferencista y consultor internacional.

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