La mejor táctica para no ser
alimento de trols y bots
Forbes -marzo de 2015
Si de algo podemos estar seguros
es de que a todos nos va a llegar la hora del troleo, así que más vale abrir
los ojos, pues no todos los trols o bots son iguales ni tienen las mismas
intenciones.
Trol es el nombre con el que
identificamos a una especie de seres mitológicos que tienen ligera semejanza
física con los humanos, pero suelen ser violentos e incluso se alimentan de
personas que se encuentran en el camino, exactamente tal y como lo hacen los
acosadores digitales que reciben ese apodo y que podemos encontrar por montones
en los entornos digitales.
Un trol es, en la jerga de
Internet, una especie de acosador virtual que molesta sistemáticamente a otros
usuarios o cuentas sin otra intención que ésa: fastidiar. Muchas veces incitan
a que sus víctimas contesten de forma pasional, lo que las vuelve aún más
vulnerables, pues al calor de la discusión, los usuarios terminan siendo
expuestos por estos personajes.
De algo debemos estar
conscientes: a todos nos va a llegar la hora del troleo. Eso ni siquiera lo
duden. Sin embargo, la facilidad con que salgamos de la crisis depende en buena
medida de las características de nuestros acosadores digitales. No todos los
trols o bots son iguales, y mucho menos tienen las mismas características o
intenciones.
Tampoco debemos confundirlos con
algún cliente molesto, ya que son personas reales que reclaman por algún
servicio que consideran fue mal realizado. En ese caso es importante actuar con
diplomacia y canalizarlo a los departamentos que darán solución a su problema.
He aquí una breve clasificación
de los diferentes acosadores digitales con los que podemos encontrarnos.
Bot: Es el acrónimo de robot y,
como su nombre lo indica, no hay una persona detrás de esta cuenta, sino un
software. Se trata de cuentas masivas que se venden por lotes e inundan las
redes sociales con objetivos muy variados. En ocasiones se utilizan para
“tirar” u ocultar temas de tendencia, o bien para simular que un usuario es
popular. Esto es muy utilizado dentro de la clase política para aparentar
popularidad o interés de la ciudadanía, o porque un supuesto líder de opinión
venderá sus servicios como influenciador digital.
¿Cómo los reconozco? Por lo
general son cuentas que no han sido personalizadas (por ejemplo, en Twitter
tienen la foto de “huevito”) o bien provienen de algún país con el que, por la
naturaleza de la cuenta, no tengamos relación. En Facebook suelen tener como
foto de perfil a una persona muy atractiva, pero no tienen más publicaciones y
tampoco tienen algún tipo de interacción. Suelen repetir siempre el mismo
posteo acompañados de un enlace sospechoso, no cuentan con amigos o seguidores
y por lo general su ciclo de vida es corto, terminan como cuentas inactivas.
¿Qué hago? Cuando se descubren
cuentas de esta naturaleza, lo mejor es ignorarlos y reportarlos como spam.
Trol: Se trata de un acosador
digital que sólo busca molestar o incomodar a un usuario o una comunidad. Por
lo general, no tiene otro objetivo más que sacar de sus casillas a otros
usuarios. Se trata más bien de una actitud sociópata que encuentra en el
comportamiento agresivo una forma de diversión. También existen trols que por
razones ideológicas, partidistas o religiosas tienen comportamientos de acoso
contra los usuarios que identifican como sus “enemigos”.
¿Cómo los reconozco? Por lo
general, son cuentan que representan personajes, no personas. Por ello usan
seudónimos (p.e. “Don Cascarrabias”) y no usan una foto de perfil real. Escudos
de sus equipos de futbol, memes o personas famosas son la forma de
identificarse. Como podríamos esperar, sus contenidos son muy limitados y se
vuelven monotemáticos. Sólo interactúan con pocas personas y son incisivos sobre
un mismo tema. Suelen insultar y tener argumentos poco racionales.
¿Qué hago? Hay que seguir la
regla de oro: no alimentar al trol. Es poco prudente iniciar una discusión con
estos personajes. Lo mejor es ignorarlos y, si es posible, bloquearlos.
Trol bajo demanda: Si bien no es
una práctica nueva, se vuelve cada vez más común contratar cuentas para que
acosen a ciertos usuarios en las redes sociales. Esto es un verdadero problema,
puesto que estamos hablando de agencias que pueden organizar equipos de decenas
de personas para que molesten a alguien o, por el contrario, que apoyen a sus
clientes. Es difícil detectar a este tipo de trol, puesto que contratan a
personas que administren varias cuentas con el fin de dar cierta autenticidad a
los perfiles. Así, podemos observar que estos trols publican con regularidad,
interactúan con otros usuarios y tienen una personalidad ficticia evidente.
Suelen atacar en grupo cuentas muy específicas, pues son contratados para tal
fin. Los administradores de dichas cuentas firman contratos de confidencialidad
que los someten a costosas multas si se filtra que alguna es un trol.
¿Cómo los reconozco? Es muy
difícil, pues a pesar de ser cuentas falsas, tienen una personalidad definida.
Sin embargo es común que observemos fotos de perfil un tanto exageradas, o bien
robadas de otros usuarios. Además, una revisión a sus perfiles nos dejará ver
que cuentan con interacciones limitadas, la mayor parte de su contenido es
generado por otros usuarios y que no hay rastros de su actividad en el mundo
físico.
¿Qué hago? Al igual que con los
trols, lo mejor es ignorar, bloquear y reportar.
Slacktivista: Son personas
reales, que no necesariamente son mal intencionadas; sólo han encontrado que
algunas cuentas en las redes sociales representan el origen de algún problema
con el que están en desacuerdo. Son una especie de activistas de sillón que no
están dispuestos a hacer otra cosa que no sea compartir contenidos, regalar
likes a diestra y siniestra e insultar algunas cuentas que las ven como
políticamente incorrectas.
¿Cómo los reconozco? Por lo
general son usuarios reales que actúan por tendencia, por la fiebre del
momento. Su rango de acción se limita al mundo digital y pocas veces actúan en
el mundo físico. No obstante pueden convertirse en un verdadero dolor de cabeza
si no se actúa rápido, pues llegan a tener consecuencias concretas, tal y como
sucedió con la tienda Maskota.
¿Qué hago? Es necesario actuar
con rapidez y establecer contacto con líderes de opinión que nos ayuden a explicar
la situación que nos puso en crisis. Tomar acciones encaminadas a solucionar o
aclarar la problemática y socializar a través de los distintos canales
digitales.
Los bots y los trols son un
verdadero obstáculo para los procesos de comunicación en las redes sociales,
pues confunden y generan crisis innecesarias a través de los canales donde
tienen presencia. Por otra parte, también representan un negocio para quienes
han sabido explotarlos e incluso rentarlos. Por ello debemos tener los ojos
bien abiertos y, antes de dejarnos llevar por su juego, estar conscientes de
que contestar enojados no es la mejor estrategia.
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