Todos pueden llegar
Paraguay ya está. Brasil y Argentina, casi. Chile pelea. ¿El resto? Todos tienen chances
Lo dije siempre: este sistema de eliminatorias no me gusta porque favorece -como en el tema de los descensos en Argentina- a los más poderosos. ¿Quiénes son los más poderosos? Los que tienen más trayectoria, porque es un hecho que en el fútbol hay que revindicar continuamente la superioridad para demostrar quiénes son verdaderamente los supuestos más fuertes. Pese a esta aclaración, repito que los más poderosos se ven beneficiados con este sistema.
No les hablaré de Paraguay porque ya lo hice el lunes pasado. Sólo les voy a comentar que sufrió otra vez porque, como les decía, jugó más como contragolpeador que como dominador.
Me voy a referir a lo que pueden sentir las dos potencias del fútbol del continente, Argentina y Brasil, que ahora ven como los otros equipos les complican la vida más de lo hacían en el pasado, haciéndolos vivir un presente no muy claro y con muchas dudas en su accionar.
Uno puede encontrar explicaciones el día después del partido, pero antes es imposible porque ambos equipos tienen jugadores que forman parte de los clubes más importantes de Europa.
Hagamos un repaso. En el Milan están Ronaldinho, Kaká, Pato, Dida, Cafú. En el Real Madrid vemos a Heinze, Gago, Higuaín, Saviola. En Inter tenemos a Zanetti, Burdisso, Cambiasso, Cruz, Crespo, Julio César, Adriano, Maicon& Como observan, están llenos de argentinos y brasileños.
Como muestra es suficiente, pero no nos aclara mucho con respecto a las actuaciones que tienen en sus selecciones en comparación con las que realizan en sus clubes.
Se podría decir que no hay mucho tiempo para trabajar el sistema, que están cansados y que se les habla para no recargar el cansancio. O tal vez no se encuentra la fórmula justa entre los muy buenos jugadores, porque no son compatibles en sus estilos y características futbolísticas. Y entonces, llegados a este punto, entraríamos en el terreno de elegir cueste lo que cueste. Es decir, se tendrían que tomar decisiones dejando afuera jugadores importantes en sus clubes, para así llegar a encontrar el mejor sistema para contar con la actitud positiva que necesitan equipos con mentalidad fuerte como Argentina y Brasil.
Éstas que menciono son determinaciones difíciles y delicadas de tomar, por la gran susceptibilidad de los jugadores si no son protagonistas y tienen que ubicarse en un rol secundario. Pero si todos son concientes de que están para sumar juegue quien juegue, todo sería más fácil.
Si esto ocurriera, llegaríamos al ideal de que los futbolistas se dieran cuenta de que lo más importante es encontrar un muy buen funcionamiento, porque así se beneficiaría la selección por la cual muchas veces nos llenamos la boca diciendo "yo viajo esté como esté y juego donde me pongan".
Los técnicos nos damos cuenta algunas veces de las situaciones si nos dejan el tiempo para cambiarlas, pero otras el problema radica en que no tenemos ese tiempo, y encima no le encontramos la solución pese a las decisiones importantes que tomamos.
Igualmente, Argentina y Brasil no pueden tirarse a dormir la siesta porque los demás equipos se lo permiten, como le pasó a Ecuador que, después de ir ganando en los primeros 45 minutos, se dejó estar permitiendo que Venezuela le diera vuelta el resultado de una manera bastante sencilla.
Y atención: que los DTs no se confundan con lo que les dicen los de afuera, como escuché decir ayer que a Brasil le faltaba Ronaldinho. Porque esos consejeros se olvidan muy pronto de que jugó todos los partidos anteriores de las eliminatorias, incluso el 0-0 contra Bolivia, o que fue uno menos en los Juegos Olímpicos.
Esto lo digo porque sabemos que hay jugadores importantes pero ninguno imprescindible, como tampoco lo es un técnico. Y como muestra tenemos el Mundial de 1962, en Chile, cuando Pelé se lesionó en el segundo partido y apareció Amarildo para romperla y darle el bicampeonato a Brasil.
Faltan ocho partidos, y los próximos se juegan dentro de cinco meses, lo que abre la chance de estudiar bien todas las situaciones posibles, cuestión que dentro de un año puedan disfrutar, sobre todo Argentina, el placer de participar en el Mundial 2010.
Los que están complicados harán lo imposible para revertir la situación, sabiendo que hoy por hoy -y si nos fiamos de los números- Paraguay está adentro seguro, Argnetina y Brasil también por potencial -aunque lo deben confirmar- y Chile tiene firmes intenciones de meterse entre los 4 primeros, de prepo. Queda entonces un puesto, el quinto, para los otros seis equipos. Y se definirá de acuerdo con los altos y bajos en sus perfomances.
Hay 6 puntos entre el quinto -Uruguay- y el último -Perú-. Y como los uruguayos, ecuatorianos y colombianos les querrán pelear el cuarto puesto a Chile, también Venezuela, Bolivia, Perú tienen todo su derecho de pretender el quinto puesto el de repechaje.
El que pasará un Noel y un fin de año tranquilo será Paraguay. Los demás a seguir preocupándose, sabiendo que no tienen mucho espacio para equivocarse, porque sino pasarán un duro invierno sin Mundial en Sudamérica.
Felicidades.
Paraguay ya está. Brasil y Argentina, casi. Chile pelea. ¿El resto? Todos tienen chances
Lo dije siempre: este sistema de eliminatorias no me gusta porque favorece -como en el tema de los descensos en Argentina- a los más poderosos. ¿Quiénes son los más poderosos? Los que tienen más trayectoria, porque es un hecho que en el fútbol hay que revindicar continuamente la superioridad para demostrar quiénes son verdaderamente los supuestos más fuertes. Pese a esta aclaración, repito que los más poderosos se ven beneficiados con este sistema.
No les hablaré de Paraguay porque ya lo hice el lunes pasado. Sólo les voy a comentar que sufrió otra vez porque, como les decía, jugó más como contragolpeador que como dominador.
Me voy a referir a lo que pueden sentir las dos potencias del fútbol del continente, Argentina y Brasil, que ahora ven como los otros equipos les complican la vida más de lo hacían en el pasado, haciéndolos vivir un presente no muy claro y con muchas dudas en su accionar.
Uno puede encontrar explicaciones el día después del partido, pero antes es imposible porque ambos equipos tienen jugadores que forman parte de los clubes más importantes de Europa.
Hagamos un repaso. En el Milan están Ronaldinho, Kaká, Pato, Dida, Cafú. En el Real Madrid vemos a Heinze, Gago, Higuaín, Saviola. En Inter tenemos a Zanetti, Burdisso, Cambiasso, Cruz, Crespo, Julio César, Adriano, Maicon& Como observan, están llenos de argentinos y brasileños.
Como muestra es suficiente, pero no nos aclara mucho con respecto a las actuaciones que tienen en sus selecciones en comparación con las que realizan en sus clubes.
Se podría decir que no hay mucho tiempo para trabajar el sistema, que están cansados y que se les habla para no recargar el cansancio. O tal vez no se encuentra la fórmula justa entre los muy buenos jugadores, porque no son compatibles en sus estilos y características futbolísticas. Y entonces, llegados a este punto, entraríamos en el terreno de elegir cueste lo que cueste. Es decir, se tendrían que tomar decisiones dejando afuera jugadores importantes en sus clubes, para así llegar a encontrar el mejor sistema para contar con la actitud positiva que necesitan equipos con mentalidad fuerte como Argentina y Brasil.
Éstas que menciono son determinaciones difíciles y delicadas de tomar, por la gran susceptibilidad de los jugadores si no son protagonistas y tienen que ubicarse en un rol secundario. Pero si todos son concientes de que están para sumar juegue quien juegue, todo sería más fácil.
Si esto ocurriera, llegaríamos al ideal de que los futbolistas se dieran cuenta de que lo más importante es encontrar un muy buen funcionamiento, porque así se beneficiaría la selección por la cual muchas veces nos llenamos la boca diciendo "yo viajo esté como esté y juego donde me pongan".
Los técnicos nos damos cuenta algunas veces de las situaciones si nos dejan el tiempo para cambiarlas, pero otras el problema radica en que no tenemos ese tiempo, y encima no le encontramos la solución pese a las decisiones importantes que tomamos.
Igualmente, Argentina y Brasil no pueden tirarse a dormir la siesta porque los demás equipos se lo permiten, como le pasó a Ecuador que, después de ir ganando en los primeros 45 minutos, se dejó estar permitiendo que Venezuela le diera vuelta el resultado de una manera bastante sencilla.
Y atención: que los DTs no se confundan con lo que les dicen los de afuera, como escuché decir ayer que a Brasil le faltaba Ronaldinho. Porque esos consejeros se olvidan muy pronto de que jugó todos los partidos anteriores de las eliminatorias, incluso el 0-0 contra Bolivia, o que fue uno menos en los Juegos Olímpicos.
Esto lo digo porque sabemos que hay jugadores importantes pero ninguno imprescindible, como tampoco lo es un técnico. Y como muestra tenemos el Mundial de 1962, en Chile, cuando Pelé se lesionó en el segundo partido y apareció Amarildo para romperla y darle el bicampeonato a Brasil.
Faltan ocho partidos, y los próximos se juegan dentro de cinco meses, lo que abre la chance de estudiar bien todas las situaciones posibles, cuestión que dentro de un año puedan disfrutar, sobre todo Argentina, el placer de participar en el Mundial 2010.
Los que están complicados harán lo imposible para revertir la situación, sabiendo que hoy por hoy -y si nos fiamos de los números- Paraguay está adentro seguro, Argnetina y Brasil también por potencial -aunque lo deben confirmar- y Chile tiene firmes intenciones de meterse entre los 4 primeros, de prepo. Queda entonces un puesto, el quinto, para los otros seis equipos. Y se definirá de acuerdo con los altos y bajos en sus perfomances.
Hay 6 puntos entre el quinto -Uruguay- y el último -Perú-. Y como los uruguayos, ecuatorianos y colombianos les querrán pelear el cuarto puesto a Chile, también Venezuela, Bolivia, Perú tienen todo su derecho de pretender el quinto puesto el de repechaje.
El que pasará un Noel y un fin de año tranquilo será Paraguay. Los demás a seguir preocupándose, sabiendo que no tienen mucho espacio para equivocarse, porque sino pasarán un duro invierno sin Mundial en Sudamérica.
Felicidades.
Carlos Bianchi es el octavo goleador de la historia del fútbol mundial y el técnico que más títulos ganó en el fútbol argentino. Surgió como jugador en Vélez Sarsfield de su país, donde fue campeón en 1968, para luego destacarse en distintos clubes de Francia. Allí inició su carrera como técnico, antes de volver a la Argentina para ganar 15 títulos locales e internacionales, seis con Vélez y nueve con Boca Juniors. También dirigió a la Roma de Italia y al Atlético de Madrid de España y es eterno candidato a conducir a la Selección Argentina. Ha escrito para diversos medios de prensa y también se ha desempeñado como comentarista televisivo en distintos canales de Latinoamérica y del mundo.
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