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viernes, 24 de octubre de 2008

Madrid

"Yo se la pasé a Evaristo, pero fue casi sin querer"

FOTOS: El Real Madrid cayó por primera vez en la Copa de Europa el23 de noviembre de 1960. Fue frente al Barça, en el Camp Nou. Vicente Train, portero madridista aquella noche, y Ferran Olivella, lateral derecho azulgrana, lo recuerdan así.fotos con leyenda

El Madrid había ganado las cinco primeras Copas de Europa e iba a por la sexta. Campeón vigente, quedó exento de la primera eliminatoria la temporada 1960-61. Apareció en octavos de final y le tocó el Barça, que se había impuesto al Lierse en dieciseisavos: 2-0 en el Camp Nou y 0-3 en Bélgica. No había liguilla y el sorteo era puro. Duelo de ida y vuelta; el que perdía, a la calle.

Aquel Madrid era el de Di Stéfano. Más Del Sol. Más Canario. Más Mateos. Más Herrera. Más Puskas y Gento. El portero era Vicente, llegado desde el Espanyol. De él cuidaban Pachín, Marquitos, Santamaría, Casado, Vidal Aquel Barça, el mejor de su historia. "Junto al de las Cinco Copas", precisa Olivella. Era el de Kubala. Más el emergente Suárez. Más Villaverde. Más Evaristo. Más Kocsis y Czibor. Atrás, un vasco, Jesús Garay (con el dinero de su traspaso construyó el Athletic en San Mamés una tribuna; los aficionados, en agradecimiento, le llamaron Tribuna Garay) y el resto, gente de la casa, toda internacional: Ramallets, Olivella, Rodri, Gracia, Vergés, Segarra, Gensana El Madrid era el rey de Europa; el Barça, el aspirante.

Los partidos
La ida de aquellos octavos se jugó en Madrid y acabó empate a dos. La vuelta vio el triunfo del Barça por 2-1. El partido ha pasado a la historia por el gol del brasileño Evaristo de Macedo a Vicente, el que hoy recordamos, y porque el árbitro inglés míster Leafe anuló cuatro goles al Madrid en feudo azulgrana. Evaristo jugó en el Barça entre 1957 y 1962 y después en el Madrid, hasta 1965.

"La ida ya fue polémica", se arranca Vicente. Nos adelantamos por 2-0, con goles de Mateos y Gento, y ellos descontaron con uno de Luis Suárez. Muy al final (minuto 88) el árbitro (otro inglés, míster Ellis) pitó penalti en una acción mía sobre Kocsis, de verbena. Si hubo falta fue fuera del área y él llegó desde posición de fuera de juego El caso es que Luis marcó y empató el partido de manera injusta".

Olivella sale al cruce: "Si fue así como cuentas (él no jugó) debió ser como aquel a Velázquez en el 69, el de Guruceta en el Camp Nou. Rifé lo derribó fuera del área Fue mi última temporada en activo, no jugué el partido pero lo seguí desde la tribuna. Esto es un juego y todos nos equivocamos". El 2-2 le ponía la eliminatoria en ventaja al Barcelona, para la vuelta, aquella noche de noviembre de 1960. "Primero marcó Vergés, antes de la media hora. Fue un tiro que se coló entre las piernas de Pachín. El partido se puso al rojo vivo y en el minuto 68 llegó el gol de Evaristo", relata Olivella.

Y como en muchísimas ocasiones, un gol de aquella trascendencia tuvo su truco: "Miren la foto: de ninguna manera ese cabezazo puede producirse tras un centro, va demasiado bajo. Detrás de Evaristo aparece un jugador del Madrid. Entre sus piernas se adivinan las mías Instantes antes, yo le pasé la pelota a Evaristo casi sin querer. Fue a la salida de un córner que botó Kubala. Aquella noche jugó de extremo derecha. Había llegado Suárez y el 10 era suyo. Laszi ocupó aquella posición enfilando el final de su carrera. Era, salvando las distancias, como el Beckham que llegó al Bernab se colocaba de 7 y mandaba unos centros maravillosos. Se produjo el córner y yo, que rara vez me sumaba al ataque, lo hice. El Madrid no se lo esperaba y cuando se la pedí a Laszi, a puro grito, no salieron a por mí. Me llegó la pelota y chuté, no quise centrar. Ni a Evaristo ni a nadie. Tiré a puerta y me salió un centro que él cazó ante la salida de Vicente. Se la pasé, pero casi sin querer..."

Cosa de dos
La fotografía del gol que eliminó por primera vez al Madrid de su Copa de Europa la consiguieron dos fotógrafos de Barcelona: Quique Pérez de Rozas, de la Agencia EFE, tío de Emilio, el periodista de El Periódico de Catalunya y de El Larguero, y Nicolás González, de Mundo Deportivo.

"Con el dinero que me dieron por ella como premio me fui de viaje de novios", explica Nicolás. Emilio recuerda el laboratorio de su casa (los Pérez de Rozas son historia de la información gráfica catalana) como un tremendo caos. "Llegaban, revelaban las fotos del día, que podían incluir un partido de fútbol, un incendio o la inauguración de un mercado, y las enrollaban y guardaban en un papel pegajoso donde ponían la fecha del día en que se tomaron, ni un detalle más. El original debe estar en EFE Es un milagro que se haya conservado; esa foto y todas las de aquella época de mi familia".

Vicente carraspea recordando el gol y mirando de reojo la foto, tan amarga para él. "Vi salir el remate de Olivella y salí creyendo que llegaba a la pelota. Casado estaba junto al palo, guardando el desenlace del córner, por delante andaba Pachín, más lejos Vidal... El caso es que no llegué: Evaristo se adelantó, le venía de frente y se aprovechó. ¡Menudo jugador era Evaristo!" Olivella deja esta reflexión divertida: "Él, como Di Stéfano, Kubala, Puskas, Villaverde, los genios de aquella época, te daban la pelota con cariño, ¿me explico? La pelota se puede dar de dos maneras: con cariño o una pedrada; ellos optaban por lo primero y los que jugábamos a su lado disfrutábamos muchísimo".

Más tarde, en el minuto 86, Canario marcó el gol del Madrid y poco después Di Stéfano sostiene que Marquitos le quitó el empate: los blancos se volcaron a la desesperada sobre Ramallets y se produjo un centro a la olla. Marquitos, en su afán goleador, lo cabeceó fuera. Alfredo siempre dijo que si se la hubiese dejado habría empatado el partido.

La charla con Olivella y Vicente se produce en un restaurante de Barcelona. Nos acompaña Andrés Astruells, director adjunto de Mundo Deportivo, al que le hemos alegrado el día: "Vicente era el ídolo de mi niñez y Olivella, el primer jugador al que entrevisté".

2-1 y el Madrid eliminado. ¡No para Vicente! "Hombre, miren ustedes, es que nos anularon cuatro goles en aquel partido de vuelta en el Camp Nou". Olivella se encoge de hombros. "¿Cuatro? Te juro que no me acuerdo".

En otro podría parecer una broma: no en Olivella, un caballero del deporte, que en más de una ocasión mantuvo que ni Franco ni centralismo ni gaitas: "El Madrid aquel ganó lo que ganó e hizo historia porque era el mejor. Pero de esos cuatro goles anulados no me acuerdo".

La queja
Vicente, llamado El Grapas (se lo puso la afición españolista porque sus grandes manos le recordaban las del mítico Gaspar, coetáneo de Ricardo Zamora en la meta periquita) no se rinde. "Fueron cuatro goles anulados, digo yo que alguno fue legal... Siempre pensamos que después de cinco Copas de Europa consecutivas a la UEFA le apetecía cambiar de campeón y la eliminatoria con otro equipo español le vino al pelo: el de siempre fuera y otro, dentro".

Pero no acertó: el Barça llegó a la final de la sexta Copa de Europa y la perdió (3-2) ante el Benfica. Fue la tarde triste de Berna, cuando los palos cuadrados de la portería repelieron cuatro remates de gol de los delanteros azulgrana. "Tras aquella experiencia decidieron que fueran redondos", recuerda Olivella, que se resigna: "Fue una gran decepción pero debo reconocer que aquel Benfica pre Eusebio, con José Augusto, Santana, Aguas, Coluna, era formidable".

Santiago Bernabéu bajó al vestuario a consolar al equipo tras la derrota, tras el gol de Evaristo. "Nos dio ánimos, ¡qué iba a decir el hombre...!", cuenta Vicente quien reafirma su teoría del asalto con este dato: "Apenas un mes después del 2-1, el 4 de diciembre, visitamos el Camp Nou en Liga y ganamos por 3-5. Yo no tengo dudas: con un arbitraje normal habríamos eliminado al Barça y ganado la sexta en 1961, cinco años antes que los Ye-yés: la suya habría sido la séptima...".

Es el recuerdo de una noche histórica en la boca de dos protagonistas que empezaron a jugar en otras demarcaciones. "Yo, de portero en mi barrio, el Poble Sec de Barcelona", se destapa Olivella. "Pues yo de interior pero me cansé de correr", descubre Vicente.

Vivencias de tiempos en los que el dinero era... el que era. "Por ganar la Eurocopa del 64 (Olivella fue el capitán de España entonces) nos dieron 150.000 pesetas". A Vicente, un año en el Madrid le rentaban "como cinco en el Espanyol". No se quejan. Saben que jugaron en la Edad de Oro de nuestro fútbol.

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