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miércoles, 10 de octubre de 2007

Higuita

René Higuita: "Aún me quedan sueños por cumplir"
(FIFA.com)
Excéntrico, espectacular, colorido y arriesgado. El colombiano René Higuita marcó una época en el mundo de los arqueros con sus inolvidables y audaces intervenciones en varios equipos del mundo y la selección cafetera.

Alejado de aquellas jornadas que lo catapultaron a la gloria en el fútbol sudamericano, René vive ahora en Venezuela. Allí, donde defiende los colores de los Guaros de Lara, también acaba de celebrar sus 40 años. Esos que le marcan, como al buen vino, experiencia y calidad. Horas después de haber soplado las velitas, Higuita compartió un exhaustivo repaso a su vida junto a FIFA.com: su carrera, la Copa Mundial de la FIFA Italia 1990, el inolvidable Escorpión, sus fracasos y lo que viene. "Pienso seguir jugando hasta los 45", asegura.

Señor Higuita, tarde pero seguro: ¡feliz cumpleaños!
Muchas gracias (ríe), la verdad que la he pasado muy bien. Festejamos tranquilos, aquí en el hotel, con mucha serenidad.

¿En qué momento le llegan los 40 a René Higuita?
Me encuentran tranquilo, en un momento feliz. Esperaba esta oportunidad hace mucho tiempo y me preparé para eso. Asentándome en el fútbol de Venezuela con las ventajas propias de la edad: tengo mayores conocimientos que antes. Cuando pasa el tiempo, uno está más convencido de lo que hace.

Suele decirse que no hay nada mejor que un arquero maduro. En ese caso, usted lleva ventaja...
Creo que sí. Se hacen las cosas más serenas y, como dije antes, se lleva un mejor conocimiento del puesto. Eso se puede ver en cada intervención.

¿Cómo ve al fútbol venezolano actualmente?
Está en evolución y cuenta con futbolistas de grandes condiciones técnicas. Lógicamente, el principal problema era lograr que ellos mismos se convencieran de ello. Pero está sucediendo ahora. La selección, en ese sentido, es un fiel reflejo de lo que ocurre en su fútbol: mejora en su rendimiento, brinda buenos partidos y saca algunos resultados positivos. Pero cuando se espera que pegue el salto definitivo, se cae. De todos modos, lo más importante es que el equipo ha ganado respeto. Ya nadie tiene el partido ganarlo antes de jugarlo, y eso no es fácil de conseguir.

Recién mencionaba cómo era jugar a los 40 años. ¿Sigue arriesgando como siempre?
Depende de cómo se juegue. Si el equipo necesita que me mueva como líbero, entonces lo hago sin ningún inconveniente. De lo contrario, me quedo aportando lo mío debajo de los tres palos.

¿El Escorpión es cosa del pasado?
¡Se sigue practicando! Podría aparecer en cualquier momento, habrá que estar atento...

Pese al paso de los años, suponemos que sigue utilizando la ropa interior azul, ¿verdad?
¡Siempre! A fines de la década del 80', el Atlético Nacional no podía ganarle al Millonarios. En eso llegó Carlos Perea y fuimos juntos a ver a una señora que leía la suerte y ese tipo de cosas. Nos dijo que alguien nos había hecho alguna brujería y nos envió una correa y calzoncillos azules para todos los jugadores. Anduvimos bárbaro: ganamos todo y llegamos a conquistar la Copa Libertadores. Desde entonces, aún los uso.

Háblenos de su trayectoria. ¿Qué recuerdos atesora de la Copa Mundial de 1990? Ese torneo lo catapultó a la fama fuera de Sudamérica...
Recuerdo que fuimos a Italia con un equipo inexperto que no conocía nada sobre los rivales. Pero teníamos condiciones y marcamos una etapa para el fútbol colombiano, sin dudas.

¿La gente aún le recuerda el gol de Roger Milla?
Diría que me recuerdan por dos acontecimientos en mi carrera: ese gol de Camerún, en el que salí a jugar con los pies, y la atajada del Escorpión. Pero es algo parejo. El que me felicita por el Escorpión, al instante me recuerda aquel gol de Milla. Y el que me reta por aquel error, me habla enseguida de la atajada de Wembley. Así es el fútbol y también la vida: hay ganadores y perdedores, buenos y malos, flacos y gordos, altos y bajos. Uno debe tomarlo con naturalidad.

¿Se arrepintió alguna vez de esa jugada?
No, no. Salí a jugar con los pies y me equivoqué, pero ya ha quedado en el pasado.

Muchos dicen que los grandes arqueros deben ser un poco locos. ¿Coincide con esa afirmación?
Bueno, algunos también dicen que los genios tienen algo de locura. Pongámoslo de esta forma: antes decían que los arqueros que jugaban mucho con los pies estaban locos, pero hoy las decisiones de la FIFA y las nuevas reglas de juego llevan a que tengamos que hacerlo todavía más. Tan equivocados no estábamos entonces.

En sus últimos años le ha sucedido de todo: estuvo en la cárcel, sufrió una suspensión por dopaje, participó en reallity shows de televisión y llegó a entrenar arqueros. ¿Qué le han dejado todas esas experiencias?
Son cosas que me ha traído la vida y tengo que aceptarlas como tal. Uno ha protagonizado algunas hazañas y otras situaciones no tan buenas, pero lo importante es que ante cada obstáculo encontrado uno ha crecido un poco más. Eso es bueno para servir como ejemplo a los demás, a enseñar que no hay que equivocarse. Soy un agradecido a Dios por todos los obstáculos que me ha colocado adelante y que me ha ayudado a superar. Lo bueno es poder transmitir eso a los niños y las generaciones futuras.

¿Cree que se lo juzgó mucho?
No lo sé, he vivido una vida normal con cosas buenas, regulares y malas. Por suerte, mis hijos son los primeros en recibir esas enseñanzas.

Volvamos al fútbol, ¿cómo ve a la selección colombiana?
Creo que nos va a representar muy bien en las eliminatorias para Sudáfrica. Tiene todo lo que se necesita: respeto, buen fútbol y jugadores de categoría en todos los puestos. No me sorprende que haya tenido una etapa difícil últimamente, pues de eso se trata el fútbol: a veces se gana, a veces se pierde. Ojalá que empiece a ganar y que todos aquellos que no la apoyaron se suban al bus de la victoria.

¿Le quedan muchos sueños por cumplir? ¿Podemos decir que hay Higuita para rato?
Bastante, sí. Mi meta es jugar hasta los 45 años y es por eso que no acepté ninguna de las propuestas que me han llegado últimamente. Me han invitado a participar de la política, hacer televisión y dirigir equipos o arqueros. Pero prefiero atajar, por lo que esta etapa es el inicio de un sueño. El resto quedará pendiente para cuando me retire. Mientras tanto, sigo juntando conocimientos para volcar en el futuro. Aún me quedan sueños por cumplir.

¿Qué arqueros le gustan actualmente?
Me agrada la tranquilidad del Pato (Roberto) Abbondanzieri para manejarse bajo los tres palos, el nivel de (Iker) Casillas y las actuaciones de (Gianluigi) Buffon. Lo que hizo en Alemania 2006 fue una reivindicación para el puesto: con sus actuaciones, fue fundamental para conseguir el título. Eso no pasa seguido. Sin ir más lejos, Brasil ha ganado varios mundiales sin exigir a sus arqueros.

La última, ¿qué le gustaría que se diga de René Higuita cuando se retire del fútbol?
Esperemos, aún falta mucho y pueden pasar muchas cosas. Pero lo mejor que pueden decir es que Higuita fue un hombre como tantos otros. Un ser humano común que ha cometido errores, pero que ha tenido sus virtudes también.

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