Bolivar

El nuevo bolívar de Chávez

Desde el primero de octubre los precios de los bienes y servicios en tiendas, comercios y demás tipos de negocios en Venezuela se deben denominar en bolívares (Bs.) y en bolívares fuertes (Bs.F.).
El bolívar fuerte es el resultado de dividir en mil el precio de la moneda actual y estará en las calles a partir del 1º de enero de 2008.
Durante los próximos tres meses todos los locales comerciales deberán mostrar las dos denominaciones para que los usuarios se familiaricen con los nuevos valores.
Los procesos contables y la facturación el resto de 2007 se harán en bolívares normales, según el Superintendente Aduanero y Tributario, José Vielma Mora, quien explicó que por ahora no habrá sanciones para quienes no cumplan con la norma porque se trata de un período de educación e información.

Dos monedas
A partir del 1º de enero, y durante seis meses, los venezolanos podrán utilizar los dos tipos de moneda en las transacciones comerciales mientras se sacan de circulación los billetes del antiguo bolívar, de acuerdo a información del Banco Central de Venezuela (BCV).
Según el BCV, los billetes de bolívar fuerte tendrán innovaciones en materia de seguridad y llevarán motivos ambientales y étnicos.
Las monedas también cambiarán su diseño y entre ambos se emitirán más de dos mil millones de piezas.
El costo de crear el bolívar fuerte será superior a US$340 millones, incluyendo la adquisición de maquinaria y materiales para, entre otros, elaborar y fabricar las monedas y publicitarlo, de acuerdo al diario "El Universal".
Según el ministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas, quien explicó en el canal estatal los alcances de esta política, con esta medida se busca cerrar un ciclo histórico de inestabilidad de precios y demostrar que la economía venezolana se ha fortalecido.
"Durante 26 años, la inflación nos condujo a agregarle ceros y más ceros a la unidad monetaria venezolana", dijo.
Ahora, agregó, con la reconversión de la moneda se combatirá la inflación y se logrará el crecimiento de la economía real y de la productividad.

No convence
Pero no todos están de acuerdo con las bondades de tener una nueva moneda de mayor valor. Economistas reconocidos en este país como Orlando Ochoa y José Guerra, coinciden en que la nueva moneda no será fuerte porque nace en medio de una incertidumbre política y económica y, además, de manera muy apresurada.
Ochoa sostiene que se trata básicamente de un cambio cosmético de la moneda a la que se le quitarán tres ceros en una época en que se prepara una reforma constitucional y advierte que no hay una política coherente para controlar la inflación además que el gasto público sigue creciendo.
Para Guerra una reconversión monetaria que se hace con una inflación alta nace débil. "El bolívar está devaluado en términos reales, ya que los cálculos se hacen con base en el control de precios, pero el valor real de los productos en la calle es otro", dijo.
El analista se refiere a la cotización del dólar en el mercado paralelo que supera, por más del doble de su valor, a la divisa oficial (Bs 2.150).
Los economistas aseguran que una reconversión monetaria debe formar parte de una política integral que no existe. Afirmación que el ministro Cabezas refuta asegurando que el proceso va a estar acompañado de otras políticas económicas, en los ámbitos fiscal, cambiario y monetario, las cuales aún no han sido suficientemente explicadas.

En la calle
Pese a que el decreto ley de Reconversión Monetaria se publicó hace más de seis meses y que se especificó que el 1º de octubre los precios debían indicarse en las dos denominaciones, algunos negocios aún no han aplicado la medida.
De acuerdo a la prensa local, en general los supermercados, las farmacias, panaderías y peluquerías ya se pusieron al día con esta obligación, pero los que no lo han hecho dicen que no es una tarea fácil, como tampoco lo es convencer a los clientes de que se trata del mismo precio.
Y aunque el gobierno asegura que se frenará cualquier especulación, los comerciantes dicen que en el redondeo de precios, es decir, al pasar a dos decimales los precios de los productos que antes eran en miles y ahora serán en céntimos, los nuevos valores, en general, se redondearán hacia arriba, lo que traería un efecto inflacionario e iría contra de la ley.
Según la ley, si un producto cuesta hoy 5.724 bolívares, a partir del 1º de enero del próximo año debería costar 5,72 bolívares fuertes ya que su tercer decimal es inferior a cinco. Por el contrario, si el tercer decimal es superior a cinco entonces el segundo decimal aumentaría.
Desde ya algunos comerciantes en este país, por desconocimiento o por viveza, han comenzado a remarcar sus productos de manera arbitraria. Según un diario vespertino de circulación nacional ellos culpan a la inflación.