La vida no es color de rosa… ni en Facebook
Forbes -
miércoles, 4 de marzo de 2015
Hoy, un empleado sólo necesita una red social
para expresar sus quejas respecto a su entorno laboral o conocer cómo es
realmente la empresa a la que desea ingresar.
Un estudio realizado en 1988 por el organismo
francés de estudios sociales y económicos exponía que dos de cada tres
empleados consideraban a sus empresas causantes de numerosas fallas, y
manifestaban quejas personales con respecto a las mismas. Hoy, los empleados en
cualquier parte del mundo no requieren de encuestas; sólo necesitan una red
social para expresar sus quejas respecto a su entorno laboral o para conocer
cómo es realmente una empresa a la que se desea ingresar.
El mismo estudio planteaba que el 54% de los
empleados no se sentía bien informado respecto a su empresa y que mucha
información hacia el exterior de la misma no era transmitida internamente, por
lo que se informaban sobre su propia empresa a través de los medios de
comunicación. Tengo la impresión de que no se ha avanzado mucho en ese aspecto,
sobre todo en empresas con operaciones en Latinoamérica.
Un ambiente laboral desfavorable con falta de
información interna y el acceso a las redes pueden eventualmente convertir a
cada empleado en un vocero que ponga en entredicho la calidad, responsabilidad
y prestigio de una empresa.
A fines de enero pasado (2015), Facebook,
considerada como una de las mejores compañías de tecnología en la cual
trabajar, enfrentó quejas de sus empleados en la red social Quora (fundada por
Adam D’Angelo, antiguo Chief Technology Officer de Facebook). En esta red, los
usuarios hacen preguntas o dan respuestas sobre empresas, y pueden comentar y
valorar las opiniones mediante votos positivos o negativos.
Según los comentarios en esa red, la vida en
Facebook no es de color rosa. Varios desarrolladores de software, fuentes
anónimas e ingenieros y ex empleados de la empresa expresaron que en Facebook
hay muchas cosas que disgustan a sus colaboradores. Por ejemplo:
“Me trataron como basura.” Un ex empleado
asegura que le pidieron hacer una serie de tareas inadecuadas, como ir a la
lavandería por la ropa de su director.
“Probablemente ha sido mi peor experiencia
laboral hasta la fecha.” Según otro ex empleado, que cubría una licencia por
maternidad, nadie le ayudó ni le orientó sobre su nuevo trabajo. “Serví a dos
de los peores jefes.”
“Las instrucciones no estaban claras, todo
había que adivinarlo.” Un ex empleado denunció que en su equipo ni siquiera
hubo retroalimentación.
“Durante seis semanas al año estoy trabajando
24 horas al día 7 días a la semana.” Keith Adams, ingeniero de Facebook,
expresó que durante las guardias no salen ni el fin de semana: “No asisto a
muchas reuniones sociales y, lo más importante, tengo que estar ‘pegado’ y
responder inmediatamente al teléfono, aunque suene por la noche.”
Focebook no es la única empresa de la que se
han quejado sus empleados (con seudónimos o nombres ficticios para evitar ser
reconocidos), pero sobre todo sus exempleados. En todas las industrias y en
todo tamaño de corporativos se dan, a través de internet, quejas que van desde
largas horas de trabajo y conflictos con los superiores, hasta un clima laboral
negativo y favoritismos y crecimiento personal sólo hacia algunos
“privilegiados”. El problema no es sólo que surjan comentarios, sino que todos
ellos son considerados por quienes eventualmente aspirarían a entrar a trabajar
a alguna de estas empresas.
¿Para qué comunicar?
Según datos del portal Bumeran, especializado
en el desarrollo de software orientado a procesos de recursos humanos, de 7,200
profesionistas interesados en cambiar de empleo, el 28% recurre al personal
interno y ex trabajadores para conseguir información, un 26% se inclina por
pedir referencias entre sus conocidos y el 19% se informan en los sitios de
internet previo a la toma de una decisión de cambio de empleo.
La razón es sencilla: quienes trabajan o han
trabajado en una empresa conocen su realidad y pueden orientar sobre datos
como: clima laboral, capacitación, planes de carrera, apertura a la
comunicación, o si la realidad corresponde a lo dicho en la inducción. Desde
luego, cada quien habla desde su personal experiencia, pero cuando es evidente
que el ambiente laboral es desfavorable, que hay inconsistencia entre los
valores corporativos y su vivencia al interior, y, específicamente en cuestión
de comunicación, falta información, la comunicación es sesgada –especialmente
ante alguna crisis– y se da más hacia el exterior que hacia el interior, las
opiniones no pueden ser favorables.
Cuando trabajé para una empresa internacional
de la industria alimenticia, me encontré con el reto de integrar todo un
sistema de comunicación hasta entonces sólo canalizado a través de la revista
interna y desarticulado entre todas las vicepresidencias, lo que daba la
impresión de que al interior existían tantas empresas como vicepresidencia
tenía el corporativo. Lo importante era crear un concepto medular del cual se
desprendiera toda la comunicación a través de diferentes canales a partir de la
información que cada vicepresidencia necesitaba transmitir, pero, sobre todo,
que los empleados en todos los niveles y áreas de la corporación estuvieran
puntualmente informados por la propia empresa y no por agentes externos.
A guisa de ejemplo, cuando la Vicepresidencia
de Mercadotecnia decidió lanzar una nueva campaña de publicidad invirtiendo una
fuerte suma en la contratación del artista juvenil del momento, la opción de
comunicación fue a través de un video “detrás de cámaras” que ilustró la forma
en que las diversas áreas involucradas participaron y los complejos esfuerzos
técnicos de producción. Ese video fue presentado a todo el personal en el país,
justo antes de que iniciara la campaña en televisión nacional. Los
colaboradores fueron informados por la empresa, y cada uno se convirtió en un
vocero entre sus familiares y amigos, ante quienes presumieron saber cómo se hicieron
esos comerciales.
Conocer cómo fabrican, empacan y distribuyen
sus productos requirió de entrevistar a operarios en cada área (darles cara
ante sus compañeros) y elaborar reportajes impresos y video grabados que
mostraran a todos los colaboradores el papel que cada uno desempeña para
alcanzar los objetivos del negocio.
Mantener un clima de comunicación interna
constante es fundamental para la buena marcha de cualquier empresa. Pero para
que ésta sea efectiva requiere de una adecuada planeación partiendo del
principio de que los colaboradores son el primer público de la empresa. Todo lo
que se construya al interior en términos de cultura corporativa será lo que se
comunique al exterior por parte de los propios empleados.
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