Inteligencia de negocios o cómo aventajar a la
competencia
Forbes - jueves, 5 de marzo de 2015
Los beneficios de conocer las intenciones del
enemigo en la guerra son tan claros que resulta paradójico que la inteligencia
de negocios y la analítica nos parezcan poco factibles para aventajar a la
competencia.
Cuando hablamos de Inteligencia Militar
pensamos en batallas, espías y tramas sorprendentes: literalmente de película.
Recientemente, Descifrando Enigma (The imitation game) trajo de nuevo a la
atención pública las épicas batallas libradas en los terrenos de los mensajes
cifrados y los códigos secretos durante la Segunda Guerra Mundial. Los
beneficios directos de conocer las intenciones del enemigo son tan claros que
aun al paso del tiempo y a la distancia nos resultan vigentes y cercanos. Es
paradójico, entonces, que la Inteligencia de Negocios y la Analítica en ocasiones
nos parezcan ajenas y poco factibles para tratar de aventajar a nuestros
competidores. La verdad es que hay muchas coincidencias entre este tipo de
organizaciones más allá que el simple hecho de tener nombres similares.
El departamento dedicado a entender y descifrar
los mensajes secretos de las potencias del Eje utilizando la máquina Enigma fue
uno de los secretos mejor guardados por los Aliados durante la guerra. Esta
información permitió evitar el hundimiento de barcos, entender los planes enemigos
y otras situaciones que permitieron ganar muchas batallas. Entre las causas que
explican el éxito de esta oficina están los individuos dedicados a descifrar
los códigos secretos, sofisticados equipos de cálculo para auxiliarlos, antenas
y equipos de intercepción de transmisiones de radio, entre otros, es decir,
hablamos de recursos humanos y tecnología.
Además de los mencionados recursos debemos
incluir dos aspectos críticos: su organización y su forma de trabajo (cultura,
conocimientos especializados y procesos). La organización conocida como
Bletchley Park (BP, por el sitio en que se ubicaba), tenía un proceso que
además de descifrar un mensaje, determinaba el impacto de su contenido en las
acciones estratégicas de los Aliados. ¡Desde luego que esto resulta familiar!
Por esto podemos comparar su estructura con una organización moderna de
Inteligencia de Negocios y Analítica (BIA, por las siglas en inglés de Business
Intelligence & Analytics).
Integración de la Información. En BP tenían
estaciones de radio que interceptaban los mensajes y se transcribían en papel
por un ejército de operadores; en este punto, los mensajes eran mar de letras
sin ningún sentido. Para asegurar la calidad de la transcripción se hacían
proceso de doble captura, verificación y supervisión.
Para una organización de BIA, esto equivale a
la extracción, transformación y carga (ETL) de grandes volúmenes de datos
operativos, para almacenarlos en forma eficiente (Data Ware House); también
debe considerar la calidad de esta información, para que contenga sólo un
mínimo de errores (data quality & data cleansing).
Generación de Reportes. Dentro de BP, los
mensajes eran clasificados por su fuente y horario de intercepción. Con esto se
determinaba a qué área serían destinados; eran escritos en grupos de cinco
caracteres que facilitaban su lectura y también se identificaba donde iniciaban
y terminaban.
En una organización de BIA, los datos son
organizados en reportes que facilitan su lectura y distribución; para esto se
usan herramientas de visualización, cubos o reportes dinámicos, entre otros.
Análisis. Una vez que los mensajes estaban en
forma adecuada para su decodificación, en BP un grupo estudiosos de disciplinas
estadísticas y matemáticas les aplicaban técnicas para determinar el código con
el que se habían cifrado; otros individuos los traducían al inglés. Para hallar
un código se empleaban diferentes artefactos de cálculo electromecánicos como
el Colossus, considerada la primera computadora moderna. Un código descifrado
permitía la interpretación de todos los mensajes de una fuente durante todo ese
día.
En el caso de las organizaciones de BIA se debe
contar con áreas que usen métodos analíticos avanzados para obtener información
“oculta” en los datos, como patrones, tendencias, segmentaciones y modelos de
calificación. Esto no se puede hacer en forma efectiva sin la ayuda de una
tecnología adecuada, como equipos de cómputo, redes y soluciones analíticas que
permitan utilizar métodos como la minería de datos, regresiones, pronósticos y
generación de escenarios.
Estrategia. Una vez decodificado un mensaje
debía ser interpretado para determinar el impacto en la guerra: una solicitud
urgente de combustible podría significar circunstancias tan disímiles como no
contar con agua caliente o un ejército que estaba a punto de quedar inmóvil.
Literalmente debían escoger las batallas que les convenía ganar. Otro aspecto
interesante era que entre los individuos destinados a esta tarea se encontraban
matemáticos (como Alan Turing), analistas bursátiles y jugadores de ajedrez, no
sólo militares, es decir, estrategas de varias disciplinas. De manera análoga,
una vez que los centros de competencia de Analítica han identificado
escenarios, probabilidades de riesgo o patrones de comportamiento, las áreas de
negocio utilizan esta información para identificar áreas de oportunidad o
riesgos relacionados con las decisiones que instrumentan la estrategia de la
organización.
Sorprendentemente, en muchas ocasiones esta
información secreta no está en manos de nuestros contendientes, sino
“incrustada” en los datos que nosotros mismos hemos almacenado, sólo que no es
evidente. Las áreas de Inteligencia de Negocios y Analítica, equiparables al
MI6¹, son una combinación de recursos humanos, cultura, procesos y tecnología
que nos permite hacernos de esta valiosa información. El proceso debe ser
completo, desde la extracción y limpieza de los datos, su organización,
análisis y finalmente la toma de decisiones estratégicas. Si no aplicamos estas
lecciones a nuestras organizaciones de Analítica corremos el riesgo de no
descubrir a tiempo los “secretos” que podrían permitirnos generar una mejor
estrategia para competir exitosamente en nuestros mercados.
¹Servicio de Inteligencia Secreto Británico
durante la Segunda Guerra Mundial, también usado en la ficción como el sitio
donde trabajaba James Bond.
Francisco Olvera es director de Expertos de
Negocios de SAS.
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