Todos los candidatos se durmieron en cuartos de la Eurocopa, salvo España
Los cuartos de final de la Eurocopa, que acabaron el domingo con la victoria de España ante Italia en Viena, estuvieron marcados por la eliminación de casi todos los favoritos, Portugal, Croacia y Holanda, y la ráfaga de buen fútbol que dejó Rusia con su astro Andrei Arshevin.
El equipo de Guus Hiddink ha sido la gran sensación de la instancia previa a semifinales, tras dar una verdadera lección al ogro Holanda, ese que todos daban casi como campeón, con ráfagas de fútbol rápido, de toque y aceleración, con Arshavin dirigiendo la orquesta y Roman Pavlyuchenko matando.
Al fútbol total que había propuesto el once de Marco van Basten en el 'grupo de la muerte', aplastando a Italia (3-0), Francia (4-1) y Rumanía (2-0), los rusos parecieron robarles la fórmula, creando peligro por las dos puntas, lastimando con remates de larga distancia y penetrando al área a pleno regate.
El 3-1 en el alargue, tras igualar 1-1 en los 90 minutos, fue más que justificado y al final se quedó corto. De hecho, Holanda entera lo reconoció. 'Los rusos han jugado mucho mejor y merecieron el triunfo', resumió 'San Marco', que dejó el banquillo de la 'Oranje' con nuevas promesas.
Pero las fotos de los cuartos también tiene emoción y potencia. Esto último lo puso Alemania, que una vez más apuesta al fútbol físico que le regaló los títulos más importantes de su historia, tres Mundiales (1954, 1974, 1990) y tres Eurocopas (1972, 1980, 1996).
El que lo sufrió en carne propia (3-2) fue el favorito Portugal del as Cristiano Ronaldo, que murió de pie, en el último partido del brasileño Luiz Felipe Scolari en el banquillo luso, sin poder contrarrestar el laboratorio germano de Joachim Low, con su fórmula de tiro libre y cabezazo para sus tanques.
El volante Bastian Schweinsteiger, que había recibido la primera tarjeta roja del campeonato en primera fase, volvió con bronca y dio una clase de cómo ejecutar tiros libres y explotar la fructífera sociedad con sus compañeros del Bayern de Múnich, Lukas Podolski y Miroslav Klose.
La parte de la emoción de la película de los cuartos tiene de protagonista exclusivo a la Turquía de los milagros, que se quiere disfrazar de Grecia -como en la edición de 2004- y hacer frente a todas las adversidades con 'voluntad de superación', como define Klose a su próximo rival de 'semis'.
Nada mejor que la palabra del último gran crack del fútbol, el francés Zinedine Zidane, para graficar la nueva gesta ante Croacia, tras haberlo hecho contra Suiza (2-1) y República Checa (3-2). 'Lo que hicieron los turcos es sorprendente: no les metieron gol en 119 minutos, después les hacen uno y ellos enseguida igualan, para después ganar por penaltis, es algo único', apuntó 'Zizou', tras el 3-1 en los penaltis.
Con un colectivo guerrero y a prueba del golpe psicológico, borraron al cuadrado mágico croata Kranjar-Srna-Modric-Nico-Kovac y dejaron en el camino uno de los candidatos que había sorprendido por su juego casi sudamericano.
El domingo, Italia volvió a su vieja fórmula que le dio la última Copa del Mundo. Sin arriesgar y aguantando los embates de España, llevó el partido a los penaltis, pero esta vez falló desde los 12 pasos y sucumbió ante una España que quiso más y tuvo su recompensa en los penaltis (4-2, 0-0).
Los cuartos de final de la Eurocopa, que acabaron el domingo con la victoria de España ante Italia en Viena, estuvieron marcados por la eliminación de casi todos los favoritos, Portugal, Croacia y Holanda, y la ráfaga de buen fútbol que dejó Rusia con su astro Andrei Arshevin.
El equipo de Guus Hiddink ha sido la gran sensación de la instancia previa a semifinales, tras dar una verdadera lección al ogro Holanda, ese que todos daban casi como campeón, con ráfagas de fútbol rápido, de toque y aceleración, con Arshavin dirigiendo la orquesta y Roman Pavlyuchenko matando.
Al fútbol total que había propuesto el once de Marco van Basten en el 'grupo de la muerte', aplastando a Italia (3-0), Francia (4-1) y Rumanía (2-0), los rusos parecieron robarles la fórmula, creando peligro por las dos puntas, lastimando con remates de larga distancia y penetrando al área a pleno regate.
El 3-1 en el alargue, tras igualar 1-1 en los 90 minutos, fue más que justificado y al final se quedó corto. De hecho, Holanda entera lo reconoció. 'Los rusos han jugado mucho mejor y merecieron el triunfo', resumió 'San Marco', que dejó el banquillo de la 'Oranje' con nuevas promesas.
Pero las fotos de los cuartos también tiene emoción y potencia. Esto último lo puso Alemania, que una vez más apuesta al fútbol físico que le regaló los títulos más importantes de su historia, tres Mundiales (1954, 1974, 1990) y tres Eurocopas (1972, 1980, 1996).
El que lo sufrió en carne propia (3-2) fue el favorito Portugal del as Cristiano Ronaldo, que murió de pie, en el último partido del brasileño Luiz Felipe Scolari en el banquillo luso, sin poder contrarrestar el laboratorio germano de Joachim Low, con su fórmula de tiro libre y cabezazo para sus tanques.
El volante Bastian Schweinsteiger, que había recibido la primera tarjeta roja del campeonato en primera fase, volvió con bronca y dio una clase de cómo ejecutar tiros libres y explotar la fructífera sociedad con sus compañeros del Bayern de Múnich, Lukas Podolski y Miroslav Klose.
La parte de la emoción de la película de los cuartos tiene de protagonista exclusivo a la Turquía de los milagros, que se quiere disfrazar de Grecia -como en la edición de 2004- y hacer frente a todas las adversidades con 'voluntad de superación', como define Klose a su próximo rival de 'semis'.
Nada mejor que la palabra del último gran crack del fútbol, el francés Zinedine Zidane, para graficar la nueva gesta ante Croacia, tras haberlo hecho contra Suiza (2-1) y República Checa (3-2). 'Lo que hicieron los turcos es sorprendente: no les metieron gol en 119 minutos, después les hacen uno y ellos enseguida igualan, para después ganar por penaltis, es algo único', apuntó 'Zizou', tras el 3-1 en los penaltis.
Con un colectivo guerrero y a prueba del golpe psicológico, borraron al cuadrado mágico croata Kranjar-Srna-Modric-Nico-Kovac y dejaron en el camino uno de los candidatos que había sorprendido por su juego casi sudamericano.
El domingo, Italia volvió a su vieja fórmula que le dio la última Copa del Mundo. Sin arriesgar y aguantando los embates de España, llevó el partido a los penaltis, pero esta vez falló desde los 12 pasos y sucumbió ante una España que quiso más y tuvo su recompensa en los penaltis (4-2, 0-0).
Alemania-Turquía, el choque que divide a Berlín
Con 2,4 millones de personas de origen turco que viven en Alemania, principalmente en Berlín, el partido de Alemania-Turquía, por las semifinales de la Eurocopa-2008, el miércoles en Basilea, dividirá a Berlín, que espera medio millón de personas en la Puerta de Brandenburgo.
La comunidad turca es la primera minoría de inmigrantes en Alemania, que con el tiempo se ha ido ganando un espacio en la sociedad alemana, a imagen del volante Hamit Altintop, jugador del Bayern Múnich para quien 'el partido será muy especial porque soy un poco de las dos cosas (turco y alemán)'.
Altintop juega para Turquía, pero también han existido casos inversos. Como el de Mehmet Scholl, de padre turco y nacido en Karlsruhe, que fue internacional germano (36 selecciones) y estrella del Bayern Múnich, donde ganó ocho títulos de Bundesliga, desde 1992 a 2007 (récord).
Aquello sentirán de alguna forma los más de 1,74 million de persona con la nacionalidad turca en Alemania, sobre un total de 6,75 millones de extranjeros, según estadísticas oficiales. De hecho, 415.000 personas de origen turco se han naturalizado alemanas.
El 26,9% de los inmigrantes turcos en Alemania están hace treinta años o más y el 53,1% llevan entre 10 y 30 años en tierra germana.
Los primeros inmigrantes turcos, en una ola de 6.800, llegarn a inicios de los años 60 como 'trabajadores invitados' ('Gastarbeiter') y las cifras crecieron a ritmo sostenido hasta llegar a superar hoy más de millón y medio.
Berlín cuenta con una de las comunidades más grandes, con 120.000 personas, aunque también son numerosos en la zona de la Renania (627.000). Por ejemplo, Duisburgo tiene el 11,7% de turcos.
También hay que tener en cuenta que 540.000 kurdos viven en tierra germana, un 90% de origen turco.
Con esta masa importante de población, varias personalidades se han hecho un lugar preponderante en la sociedad.
Por ejemplo, el director de cine Fatih Akin, de 34 años, ganador de un Oso de Oro en el Festival de Berlín, nació en Hamburgo de padres inmigrantes turcos.
También en el arte, el cantante Tarkán se ha hecho un espacio en la escena y vende millones de discos en Alemania, pese a que dice 'no sentirse ligado al país de Goethe' y haberse marchado a Nueva York.
En la política se destacan Lale Akgün, Sevim Dagdelen, Hüseyin-Kenan Aydin, Ekin Deligöz y Hakki Keskin, cinco diputados de origen turco actualmente en el Bundestag. O el empresario Vural Öger, quien lanzó una línea aérea para unir Estambul con Berlín, para acercar sol a los alemanes y familia a los turcos.
La sociologa alemana Ulrike Ofner, de la Universidad de Berlín, explica que 'es una comunidad particularmente orgullosa de su selección, porque cuando se pertenece a un minoría económica débil y no se siente totalmente aceptada, se busca algo para encontrar esa sensación, aunque también apoya a Alemania'.
'Se sienten a la vez alemanes y turcos', resume la especialista.
Con 2,4 millones de personas de origen turco que viven en Alemania, principalmente en Berlín, el partido de Alemania-Turquía, por las semifinales de la Eurocopa-2008, el miércoles en Basilea, dividirá a Berlín, que espera medio millón de personas en la Puerta de Brandenburgo.
La comunidad turca es la primera minoría de inmigrantes en Alemania, que con el tiempo se ha ido ganando un espacio en la sociedad alemana, a imagen del volante Hamit Altintop, jugador del Bayern Múnich para quien 'el partido será muy especial porque soy un poco de las dos cosas (turco y alemán)'.
Altintop juega para Turquía, pero también han existido casos inversos. Como el de Mehmet Scholl, de padre turco y nacido en Karlsruhe, que fue internacional germano (36 selecciones) y estrella del Bayern Múnich, donde ganó ocho títulos de Bundesliga, desde 1992 a 2007 (récord).
Aquello sentirán de alguna forma los más de 1,74 million de persona con la nacionalidad turca en Alemania, sobre un total de 6,75 millones de extranjeros, según estadísticas oficiales. De hecho, 415.000 personas de origen turco se han naturalizado alemanas.
El 26,9% de los inmigrantes turcos en Alemania están hace treinta años o más y el 53,1% llevan entre 10 y 30 años en tierra germana.
Los primeros inmigrantes turcos, en una ola de 6.800, llegarn a inicios de los años 60 como 'trabajadores invitados' ('Gastarbeiter') y las cifras crecieron a ritmo sostenido hasta llegar a superar hoy más de millón y medio.
Berlín cuenta con una de las comunidades más grandes, con 120.000 personas, aunque también son numerosos en la zona de la Renania (627.000). Por ejemplo, Duisburgo tiene el 11,7% de turcos.
También hay que tener en cuenta que 540.000 kurdos viven en tierra germana, un 90% de origen turco.
Con esta masa importante de población, varias personalidades se han hecho un lugar preponderante en la sociedad.
Por ejemplo, el director de cine Fatih Akin, de 34 años, ganador de un Oso de Oro en el Festival de Berlín, nació en Hamburgo de padres inmigrantes turcos.
También en el arte, el cantante Tarkán se ha hecho un espacio en la escena y vende millones de discos en Alemania, pese a que dice 'no sentirse ligado al país de Goethe' y haberse marchado a Nueva York.
En la política se destacan Lale Akgün, Sevim Dagdelen, Hüseyin-Kenan Aydin, Ekin Deligöz y Hakki Keskin, cinco diputados de origen turco actualmente en el Bundestag. O el empresario Vural Öger, quien lanzó una línea aérea para unir Estambul con Berlín, para acercar sol a los alemanes y familia a los turcos.
La sociologa alemana Ulrike Ofner, de la Universidad de Berlín, explica que 'es una comunidad particularmente orgullosa de su selección, porque cuando se pertenece a un minoría económica débil y no se siente totalmente aceptada, se busca algo para encontrar esa sensación, aunque también apoya a Alemania'.
'Se sienten a la vez alemanes y turcos', resume la especialista.
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