Hombres de Canaán
Raúl Wiener
Encontró en el país poderosas amistades, desde el presidente García hasta Rómulo León.
Ya pronto no faltará un sufrido compañero que demande reconocer el “sacrificio” de Rómulo León en su larga carcelería de ocho meses, sin haber entregado a nadie de los nuestros. Y es que, a decir verdad, más allá de algunos excesos de lenguaje, el rata beneficiado por
Historia 1:
“Es demasiada teoría para hacer una pendejada”. Quien se expresa con tanta fineza es Danilo López, segundo de Canaán en Fortluck, su empresa de construcciones, y está hablando con Rómulo León, el representante de los dominicanos en el Perú, ex ministro del APRA y con acceso a los más alto niveles del poder. Discuten sobre los documentos que había que llenar para acceder a la licitación de hospitales. Y la pendejada a la que se refiere, son en realidad hasta tres pendejadas: (a) lograr una recalificación de la empresa en Consucode muy superior a la que consiguieron inicialmente, para poder contratar con el Estado por grandes sumas; (b) conseguir que los amigos de
Los contactos
Para que funcionara toda la tramoya eran necesarios diversos contactos que eran proveídos en todos los casos por el ex ministro: (a) con la presidencia de
Historia 2:
“Oye, hermano, más contentos no pueden estar porque les hemos hecho un faenón”. Así hablaba Bieto Químper, celebrando con Rómulo León, al otro lado de la línea, la concesión de cinco lotes petroleros, en el zócalo y en la selva, a favor de Discovery Petroleum de Noruega, para el que trabajaban el abogado y miembro del directorio de Perupetro, y el ex ministro y lobbysta, dentro del gobierno. El faenón consistió en influir a la empresa petrolera del Estado (Petroperú) para que se asociara con
Historia 3:
“No sabemos la cantidad. Yo voy a poner todo sobre la mesa y ahí hacemos la distribución”. Rómulo León le explica al ex ministro Abel Salinas sobre los beneficios obtenidos por el lobby hecho ante Petroperú para favorecer a un consorcio peruano-chileno en el transporte de gas licuado.
Se podría seguir. Pero lo que está claro es que en estas historias había un grupo de personas, cuyo eje era Rómulo León, que se valían de vínculos con el gobierno y las instituciones del Estado para promover intereses privados y lograr ventajas en los procesos de contratación y que cobraban elevadas sumas de dinero por ello. Pero a pesar de que aquí no hay forma de enredarse, el juez Barreto y
Primero negaron valor de prueba a los audios y pretendieron que no existían para fines legales. Luego trabaron la revisión de la información electrónica de las computadoras requisadas a León y de la documentación en su poder. Más tarde descartaron formalmente la existencia de una asociación ilícita (banda) detrás de los posibles delitos, dejando a cada uno de los implicados como participante individual, y favoreciendo al líder de estas actividades que era Rómulo León. Finalmente fueron liberando uno a uno a los bandidos, consagrando la impunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario