¿Por qué debes saber para qué
usas internet?
FORBES- 18 de Mayo de 2016
Saber para qué usas la
supercarretera de la información te puede ayudar a abrir ventanas de
oportunidad que hasta ahora han sido exploradas casi con timidez.
Estamos viviendo una revolución
muy similar a la que provocó Gutenberg tan pronto sacó la primera Biblia de las
prensas de su imprenta. La forma de aproximarse a la lectura cambiaría en ese
momento y para siempre. La costumbre de leer en voz alta para una audiencia
quedaría en el pasado, y la lectura se haría en silencio a partir de ese
descubrimiento. La reunión en comunidad quedaría en los anales de la Historia y
el hábito de meter la nariz entre las pastas de un libro se reservaría a la
intimidad. Así, quienes hemos atestiguado la transformación que ha traído
internet, estamos obligados a comprender sus alcances.
En poquísimos años hemos pasado
de una realidad virtual a la dependencia total de una conexión WiFi. En un
coloquio sobre comunicaciones en el siglo XXI me sorprendió escuchar a un
panelista decir que si no existes en la red, no existes. Las tuercas del
cerebro se me descolocaron. Hace menos de dos años leí en un grafiti la
siguiente consigna: “Lo que sucede en la red es real.” Las palabras se leían en
una pared frente a las oficinas de Yahoo!, en San Francisco, California. Era la
manifestación necesaria para hacer notar que nuestras acciones virtuales traen
consecuencias tangibles. Hoy tenemos la silueta desdibujada si internet no nos
reconoce.
Ya sabemos que el mundo gira a
gran velocidad y que el péndulo de los hechos oscila rapidísimo. Lo que hoy es
tendencia, mañana deja de tener significado. Hace apenas unos años —menos de
diez—, tener un sitio en internet era estar a la vanguardia; hoy, si no hay una
huella que te haga presente, pareces condenado a la inexistencia.
Aparentemente, todos estamos conscientes de ello y a nadie le sorprende la
relevancia que ha tomado la red en nuestra cotidianidad; sin embargo, no
sabemos en qué usamos internet.
La Unión Internacional de
Comunicación estima que 40% de la población mundial es usuaria de internet, y
además lo hace en forma regular. Navegamos en busca de algo: información,
datos, personas, objetos. Es decir, buscamos noticias de lo que está sucediendo
en tiempo real, accedemos a conocimiento investigando a través de lo que nos
ofrece la red, convivimos con amigos, familiares, conocidos y desconocidos a
través de las redes sociales, mandamos y recibimos correos electrónicos.
Básicamente, la mayoría de quienes acceden a internet, lo hacen a sitios que
consideran gratuitos.
En esta condición, muchos
emprendedores pretenden darse a conocer en forma virtual. Los internautas optan
por lanzar nuevos productos o servicios al ciberespacio, con la conciencia de
que les resultará gratis y muy redituable. Hay la creencia, cada vez más
popular, de que una campaña en redes sociales será un gran acierto, y se deja
de lado la gran competencia que existe y la necesidad de un experto que maneje
estos rubros. Se pierde de vista que la gente accede alegremente a los
servicios que no le representan desembolsos y tiene mucho cuidado cuando hay
una moneda de por medio. Es más, muchos siguen mostrando miedo cada vez que les
piden datos para identificarse, como dirección, teléfono… y, de plano, entran
en pánico si les piden el número de seguridad de la tarjeta de crédito.
Las visitas más comunes, según
Marketing direct, son a sitios como:
Buscadores tales como Google, YouTube,
Wikipedia.
Redes sociales que les permitan
contacto con otros usuarios: Facebook, Match, TinkerAFB.
Medios para allegarse
información, sitios de blogs o agencias noticiosas.
Sitios de comercio electrónico
tales como Amazon, eBay, espacios que hacen más corta la cadena de suministro y
que quitan intermediarios del entorno.
Espacios de compañías que venden
software o protección de equipos como Microsoft o McAfee.
Sitios que ofrecen servicios como
Gmail.
Diversión y entretenimiento. Los
sitios que dan oportunidad a las personas para jugar en forma gratuita son muy
concurridos por los internautas.
La eficiencia en la adaptación a
estos cambios es el mejor mecanismo de gestión, y en muchos casos, la forma de
sobrevivencia de una empresa o un proyecto. El movimiento cibernético nos ha
precipitado grandes cambios: ya no nos relacionamos como antes, ya no
investigamos como antaño, hacemos las cosas en forma diferente, y por lo
general, las hacemos de la mano de un aparato que nos conecta a la red.
Este cambio es un elemento
relevante que ya debe incorporarse en forma seria a la planeación, organización
y desarrollo de la empresa para poder ser evaluado y controlado. El grado de
desarrollo parece estarnos engullendo y nos sorprende la velocidad con que lo
hace. Sorprende más la falta de incorporación a los procesos de valoración
empresarial.
Además, la supercarretera de la
información, como se le ha llamado, tiene muchas más posibilidades que
involucran grandes oportunidades que se han explorado con cuidado, casi con
timidez. Los cambios que ha traído el internet introducen nuevas herramientas
que nos llevarían a tener un mundo más igualitario y a aumentar las
oportunidades. La digitalización nos puede ayudar a acercar servicios.
Por ejemplo, la banca en línea
puede ser de gran ayuda para las personas que por diferentes causas no pueden
acceder a la sucursal física. Las personas mayores, los clientes
convalecientes, la gente con problemas de movilidad son segmentos de mercado
que están ahí para hacerlos crecer.
La educación en línea es otro
ejemplo. Personas que no tienen la posibilidad de desplazarse a las aulas,
pueden acceder al conocimiento a través de estudios en línea. La construcción
de conocimiento a ritmos personalizados y a partir de la rendición de pruebas
de entendimiento se convierte en la red en una alternativa viable.
Los factores de convergencia
entre la tecnología y la comunicación son el pilar de la innovación. Internet
se vuelve la palanca de creatividad y el camino para hacer de lo diferente una
oportunidad de negocios. Según María Mónica Cavagna, maestra de Comunicación
Institucional de la Universidad Panamericana, la red ha generado un salto
cualitativo en los procesos empresariales y da cuatro ejemplos claros:
— Uber es la compañía más grande
de taxis y no posee un solo vehículo.
— Facebook es el medio de
comunicación más popular del mundo y no genera ningún contenido.
— Alibaba es la empresa más
importante de comercio electrónico en línea y no tiene inventarios.
— Airbnb es el mayor proveedor de
alojamiento en el mundo y no es dueño de bienes raíces.
Sin duda, al igual que los
contemporáneos de Gutenberg, hemos sido convocados a testificar grandes
cambios. Las cosas ya no se hacen como antaño, y lo de antes no es vigente hoy.
Reflexionar sobre los usos y costumbres de internet es relevante. Saber que en
un solo día se intercambian 100,000 millones de correos nos da la dimensión del
tema.
Sí, saber para qué usamos
internet nos puede ayudar a ver ventanas de oportunidad que están abiertas para
nosotros.
Cecilia Durán Mena- le gusta contar. Poner en secuencia números y
narrar historias. Es consultora, conferencista, capacitadora y catedrática en
temas de Alta Dirección. También es escritora.
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