La guerra de Vietnam nunca acabó: el
"Ejército perdido de la CIA"
El Confidencial - mayo de
2016
El conflicto nunca acabó. Al
menos para 170 personas que siguen luchando en las montañas de Laos. Cercados
por las fuerzas laosianas, son los restos de un 'ejército' creado por la CIA
La guerra de Vietnam nunca acabó. Al menos
para unos centenares de personas que siguen combatiendo en lo más profundo de
la jungla que envuelve las montañas de Laos, luchando y muriendo por una guerra
que terminó oficialmente en 1975. Cercados por bases del Ejército laosiano,
esos 170 hombres, mujeres y niños que hoy se esconden en las zonas más
inaccesibles de la región de Phu Bia son los restos de un 'ejército' creado por
la CIA con miembros de la etnia hmong, una fuerza de combate que llegó a contar
con decenas de miles de guerrilleros. Su misión era detener el avance de los
norvietnamitas en Laos y hostigar la crucial ruta Ho Chi Minh, utilizada para
enviar suministros y armamento al Sur de Vietnam. Y los hmong, que ya habían
luchado junto a los franceses en la II Guerra Mundial y en la Guerra de
Indochina, se emplearon a fondo.
Hacia 1971, la mayoría del
"ejército de la CIA" se componía de guerrilleros de 16 años o de más
de 45. El resto había muerto. Y, dado que el destino de la "guerra
secreta" de Laos dependía del devenir de los acontecimientos en Vietnam,
tras la caída de Saigón el partido comunista laosiano también se hizo con el
poder. A los pocos días, el Pathet Lao anunció su intención de
"extinguir" a los hmong, considerados el brazo armado de la
contrarrevolución. EEUU solo evacuó a unos cuantos, principalmente los mandos.
La inmensa mayoría quedó atrás. Muchos se exiliaron en Tailandia, pero quienes
se quedaron en Laos sufrieron una persecución implacable, fueron internados en
campos de reeducación, asesinados, miles desaparecieron. Huir a la selva y
seguir luchando fue la única alternativa viable para muchos. El Ejército de
Laos los persiguió y, hoy en día, pese a que oficialmente niega incluso su
existencia, sigue haciéndolo.
El Confidencial entrevista al
exagente de la CIA Jack Jolis, responsable de uno de los programas de la que
fue la mayor operación de la agencia, ahora que el periodista David Beriain ha
recogido en un documental ('El ejército perdido de la CIA', que se estrenará el
24 de mayo en DiscoveryMax) las pruebas vivas de este 'ejército' perdido tras
llegar hasta los escondites de los últimos hmong que resisten en la jungla.
Pregunta. ¿Cómo se creó el
'ejército' hmong? ¿Cuál era su misión y cómo combatía en esta "guerra
secreta"?
Respuesta. El equipo no era muy
numeroso. Había 55 agentes de la CIA sobre el terreno. En total, unos 100
estadounidenses, sumando el personal de apoyo, auxiliados por la aerolínea
privada de la agencia, que era Air America. Yo acababa de regresar a Vietnam
cuando uno de los agentes de la operación resultó gravemente herido. Tenía 24
años, estaba en el lugar adecuado en el momento adecuado, y me presenté
voluntario. Me explicaron la importancia de mantener todo en secreto, sobre
todo por los Acuerdos de Ginebra de 1962, en los que Laos quedaba como un país
neutral.
Nuestro trabajo era reclutar
civiles, o a guerrilleros que parecieran civiles y que no formasen parte de los
batallones hmong, y darles el entrenamiento necesario para enviarlos a zonas
con presencia de norvietnamitas, que intentaban infiltrar divisiones en el sur
de Vietnam. Les entrenaba, les explicaba qué información necesitaba y
seleccionábamos áreas. Infiltrábamos a los equipos con aspecto de campesinos
con ayuda de helicópteros. Cuando encontraban zonas con presencia de tropas
norvietnamitas o depósitos de munición, dejaban unas sondas que emitían señales
de radio. Entre 18 y 36 horas después, sobrevolábamos la zona para recogerlos.
Tras recuperar al equipo, avisábamos a la aviación estadounidense, que
bombardeaba el lugar señalado [Laos es el país más bombardeado de la historia].
La operación fue un éxito,
destruimos muchas fuerzas enemigas y nunca perdí a un miembro del equipo, uno
de los logros que me hacen sentir más orgulloso. Les llamábamos "los
valientes". Los otros 54 agentes de la CIA asesoraban a las guerrillas
hmong.
P. En el documental se describe
esta operación como la mayor de la historia de la CIA, una agencia con una
interminable lista de operaciones desde 1948 contra gobiernos y partidos
comunistas en todo el mundo.
R. Fue la mayor operación en
aquel momento. Desde entonces, diría que Afganistán en 2001, cuando se venció a
los talibanes, fue más grande. No sé cómo pueden medirse estas cosas, pero
probablemente sí, fue la mayor. Y no solo la mayor, fue muy singular, porque
nunca antes la CIA había hecho algo como aquello, a semejante escala. La
agencia había realizado anteriormente algunas pequeñas operaciones
paramilitares en América del Sur, pero a una escala reducida, no como esto. Y
nosotros aprendimos sobre la marcha. No había un plan de acción, no había una
guía.
P. ¿Quiere decir cuando llegó a
Laos y comenzó a 'trabajar'?
R. Como individuos, sí, aunque en
mi caso la operación ya llevaba en marcha desde 1962. Me refiero a la agencia
en su conjunto. Para ellos no había una libro de texto en el que aprender cómo
hacer una operación de ese calibre. Aprendieron sobre la marcha.
P. ¿Fue sencillo convencer a los
hmong para que se convirtieran en aliados militares de los EEUU?
R. La CIA no inventó a los hmong.
Los hmong llevaban luchando contra los chinos desde hacia un millón de años,
desde siempre. Y podría decirse que luchaban contra casi todos... querían que
les dejasen en paz, vivir en sus tierras. En los tiempos modernos ya habían
sido aliados de los franceses cuando estos luchaban en la guerra colonial
contra el Viet Minh. No era que los hmong, llamados entonces los miao, fueran
anticomunistas ni nada parecido; la mayoría de ellos era antivietnamita. Lo que
pasa es que los vietnamitas eran comunistas.
En 1962, cuando se firmaron los
Acuerdos de Ginebra y se suponía que Laos debía ser neutral, todos los
efectivos militares fueron retirados del país. Pero, por supuesto, los
norvietnamitas no prestaron la mínima atención a los acuerdos y enviaron a
miles de los suyos a Laos. Así que el presidente [John F.] Kennedy, que no
quería romper los acuerdos de forma tan inmediata, preguntó al director de la
CIA, Richard Helms, qué podían hacer. Exploraron las posibilidades y
descubrieron que estaba esta gente, llamados hmong, que ya entonces estaban
combatiendo contra los vietnamitas. Luchaban con ballestas y con armas de la
Segunda Guerra Mundial que habían obtenido de los franceses. Era con lo que
combatían, pero estaban luchando. Así que no tuvimos que convencerlos, fue un
matrimonio de conveniencia. Los hmong, por supuesto, estaban muy contentos de
tener a un aliado tan poderosos como Estados Unidos, de disponer de transporte
en helicópteros, recibir armas, asistencia médica, comida, todo... Y la agencia
se encontró allí un ejército casi formado.
No eran mercenarios en el sentido
tradicional de la palabra, no tuvimos que convencer a esta gente para que
luchase. Nunca fueron realmente 'el ejército de la CIA', esa es la forma
sencilla de describirlo, pero nunca nos pertenecieron. La agencia asesoraba al
general Vang Pao, quien era el líder civil y militar, pero al final él tenía la
última palabra. Si la CIA tenía un opinión y Pao tenía otra, la suya era
siempre la que se imponía. Así que
realmente eramos solo asesores. ¿Fueron útiles para nuestra causa? Sí, no hay
duda, eran fantásticos. William Colby, director general de Inteligencia en los
setenta, llegó a decir de Vang Pao que fue "el mayor héroe de la guerra de
Vietnam". Y esa es una declaración monumental, porque hubo mucha gente
implicada en aquel conflicto.
P. Y después, en 1975, fueron
abandonados a su suerte...
R. Por supuesto que la tragedia
de 1975 fue algo terrible. Pero no fue una derrota militar, fue una derrota
política. No sé si estás familizarizado con lo que pasó, pero, de repente,
llegaron el Watergate y Nixon y el nuevo Congreso. Los demócratas en enero de
1975 cortaron súbitamente toda la ayuda, todo, no solo municiones y armamento,
también el dinero para el combustible de las aeronaves, cada dólar... cortaron
la asistencia a los survietnamitas, a las operaciones en Camboya, a todo. Así
que, de un día para otro, todo el que estaba en Laos empaquetó sus cosas y
dijo: 'Perdón, esto es muy triste, pero nos vamos, adiós'. Yo no estaba allí
por aquel entonces, me había ido a finales de 1970. Sea como sea, los hmong
fueron parte del colapso general de 1975. Y el colapso de 1975 fue político, no
militar.
P. ¿Me está diciendo que incluso
en 1975 la guerra de Vietnam todavía podía ganarse?
R. Déjame decirte algo, mi
opinión no es realmente una opinión. Si analizas los documentos de aquella
época, verás que lo que te digo es cierto. En 1973 los EEUU habían
prácticamente ganado la guerra de Vietnam, y el objetivo de nuestra guerra, que
era lograr un Gobierno estable no comunista en el sur, se había logrado. La
mayor parte de las unidades de combate estadounidenses estaban ya fuera del
país, creo que había alrededor de 50.000 efectivos en Vietnam en 1973, pero
eran todos unidades de apoyo, inteligencia, de la fuerza aérea, de logística...
pero las unidades de infantería estaban todas fuera. Las unidades
norvietnamitas, porque aquí de lo que hablamos realmente es del Ejército
norvietnamita, dado que el Vietcong ya no existía, estaban de nuevo en el norte
de Vietnam. Había dos divisones desplegadas en el norte de Laos, pero ya no
bajaban hacia el sur. La guerra se había acabado.
Si esa situación se hubiese
mantenido hasta ahora, con asesores americanos y con un pequeño remanente de
tropas estadounidenses... La situación en Vietnam en 1973 era similar a la de
Corea en 1953, cuando no había combates. No era una situación en la que el enemigo
levanta una bandera blanca y se rinde, pero la misión en Corea era detener la
agresión desde el norte. Y la detuvimos. Lo mismo que en Vietnam en 1973, la
agresión había sido detenida. Ya no había combates.
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