El dinero fácil abre paso a los
bonos a 100 años en Europa
The wall
street journal - mayo de 2016
Los europeos apuestan por el
largo plazo.
Las empresas y los gobiernos
están optando por emitir deuda en euros a plazos cada vez más largos a medida
que las políticas expansivas del Banco Central Europeo les permiten conseguir
financiamiento barato con un horizonte de vencimiento de hasta un siglo.
Es una buena noticia para los
emisores de deuda, pero no tanto para los inversionistas.
El gobierno español vendió el
miércoles 3.000 millones de euros (US$3.430 millones) en bonos a 50 años con un
interés anual de 3,45%. No fue el único. El gigante estadounidense de salud e
higiene Johnson & Johnson lanzó una emisión multimillonaria de cuatro
tramos en euros, el mayor de los cuales vence en 2035.
Las colocaciones del miércoles
culminan una serie de emisiones de plazos largos de parte de empresas y
gobiernos en Europa.
La preferencia por deuda de
plazos más largos se produce en un momento en que las medidas de estímulo del
BCE han reducido los rendimientos de los bonos y los costos de endeudamiento en
toda la zona euro. Ante el aumento de la deuda con un rendimiento negativo, los
inversionistas han dado prioridad a los bonos de plazos más extendidos que
ofrecen retornos positivos.
Los bonos de plazos más largos
también son atractivos para inversionistas institucionales como los fondos de
pensiones o las aseguradoras que tienen pasivos también de largo plazo.
Los vencimientos más largos, no
obstante, acarrean riesgos. El valor de los bonos se vuelve más vulnerable a
los cambios en las tasas de interés, comparado con los valores de plazos más
breves, y el inversionista adquiere un compromiso de mayor plazo con el riesgo
crediticio de un gobierno o una empresa.
“El impacto del BCE se refleja en
el traslado de la demanda hacia el lado largo de (la curva) del bono”, dijo
Fred Zorzi, director de deuda sindicada global de BNP Paribas SA.
En su campaña para impulsar la
suba de la bajísima inflación de la zona euro, el BCE ha lanzado una serie de
medidas de estímulo. Su programa de compra de deuda soberana, que será ampliado
en junio para abarcar deuda corporativa, ha elevado el precio de los bonos y
reducido su rendimiento, que se mueve en dirección opuesta. Los rendimientos
también han caído conforme el BCE empezó a fijar tasas negativas para los
bancos que querían depositar su exceso de efectivo en el banco central, lo que
en la práctica los incentiva a invertir en bonos del gobierno.
La política del BCE contribuyó a
aumentar el stock de deuda global con rendimientos negativos a US$9,4 billones
al 5 de mayo, según los estrategas de Bank of America Corp., equivalente al
23,6% del total de los activos de renta fija en el mundo. A comienzos de año,
la cifra llegaba a sólo US$5,6 billones.
En este entorno, los bonos con
vencimientos más largos y retornos más altos cobran popularidad. “Hay mejores
formas de encontrar una mayor rentabilidad que limitarse a comprar bonos más
riesgosos”, dijo Mitch Reznick, codirector de crédito de Hermes Investment
Management. “Preferimos comprar bonos de mayor calidad con vencimientos más
prolongados” en lugar de los bonos chatarra, es decir con una calificación por
debajo de grado de inversión, observó.
Los gobiernos y las empresas
están aprovechando la demanda.
El vencimiento promedio de las
colocaciones de deuda sindicada de los gobiernos de la zona euro subió de cerca
de 10 años en 2014 a alrededor de 15 años en 2015, según los cálculos de
Goldman Sachs Group Inc. El banco de inversión estadounidense prevé que en 2016
el vencimiento promedio ascenderá a 25 años según los actuales niveles de
emisión.
Cuando los rendimientos son tan
escuálidos, pagan menos por la venta de bonos con vencimientos más prolongados.
Francia vendió en abril 9.000
millones de euros en deuda dividida en un tramo que vence en 2036 y otro que lo
hace en 2066, pagando un interés de 1,25% y 1,75%, respectivamente. Cuando el
gobierno emitió bonos a 50 años en 2005 y 2010, el interés fue de 4%.
Bélgica realizó en abril su
primera emisión de bonos a 50 años.
Algunos gobiernos han ido más
lejos. Irlanda y la propia Bélgica han vendido bonos de 100 millones de euros a
100 años en acuerdos privados este año.
Las colocaciones de Irlanda y de
España —en la que los bancos a cargo de la venta recibieron órdenes de más de
10.000 millones de euros— demuestran que los inversionistas también están
dispuestos a comprar deuda de largo plazo de países que hace algunos años nadie
quería tocar. El gobierno italiano evalúa su primera oferta de bonos a 50 años,
señaló una fuente cercana.
No se trata solamente de
gobiernos europeos. México colocó el año pasado un bono a 100 años por 1.500
millones de euros con un cupón anual de 4%.
Las empresas también se han
volcado a la deuda de mayor plazo. El tramo más grande de la emisión de 4.000
millones de euros de Johnson & Johnson fue la de vencimiento más largo:
1.500 millones de la divisa europea a nueve años. Royal Dutch Shell vendió el
lunes 1.000 millones de euros a 12 años y 750 millones de euros a ocho años.
La mayoría de los inversionistas
considera los bonos de empresas con vencimientos de más de 10 años como de
mayor plazo.
En EE.UU., muchas compañías han
emitido deuda a 30 años. Los bonos a 50 años, no obstante, siguen siendo una
característica muy europea debido a las tasas más bajas de la región.
Cerca de la mitad de las ventas
de bonos corporativos en euros tienen vencimientos de 10 años o más, según
Joseph Faith, estratega de crédito de Citigroup Inc., un alza frente al 5% de
comienzos del año.
Conforme se prolongan los
vencimientos, aumentan los riesgos.
Jean Sayegh, gestor de portafolio
sénior de Lyxor Asset Management, indicó que los bonos de plazos más largos son
más apropiados para inversionistas como fondos de pensiones y aseguradoras que
tienen que calzar activos y pasivos de largo plazo y no se preocupan por los
movimientos diarios de los precios. Otros inversionistas, no obstante, se
sentirán menos inclinados a comprar deuda a períodos tan largos “debido a la
volatilidad”, aseveró.
Los fondos de pensiones y las
compañías de seguros tienen que pagar anualidades fijas a los clientes durante
varios años y han tenido problemas en un período caracterizado por los bajos
rendimientos, por lo que los bonos de plazos más largos son una opción atractiva.
“Para inversionistas como
aseguradoras y fondos de pensiones que necesitan rendimientos, esto puede ser
una cobertura natural para sus pasivos de mayor plazo”, dijo Lee Cumbes,
responsable de deuda del sector público de Barclays PLC.
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