Lecciones de gobernabilidad en
WhatsApp
FORBES-23 de Mayo de 2016
Las generaciones anteriores a la
actual aprendimos de gobernabilidad y democracia a la edad del voto, sin
entender qué significaba. Hoy, los chavos pueden aprender de forma simple y
sencilla.
Escuchando a un grupo de jóvenes
de 17 años contando sus aventuras en sus grupos de WhatsApp, me vino a la mente
una reflexión sobre cómo estos chavos están aprendiendo sobre gobernabilidad y
si este parámetro será lo que determinará la forma de gobernar en el futuro.
El primer razonamiento es que las
generaciones antes de estos chavos aprendimos de gobernabilidad a la edad del
voto, sin entender qué significaba, más que un derecho-obligación, que alguien
nos gobernara, y de ahí como borreguitos a entrar al mundo cívico, cuando más,
si a alguien le gustaba la grilla escolar, pues empezaba antes, pero sin mucho
razonamiento más allá de eso.
Ahora en las escuelas se
organizan debates. Desde la primaria hacen presentaciones públicas, etcétera.
Ya se están calando de distintas maneras, pero en esta plática con ellos me di
cuenta de que el WhatsApp se está convirtiendo en una enseñanza de
gobernabilidad. Ahí van el contexto y los hechos:
Un grupo de amigos crea un grupo
en WhatsApp para comentar, seguir en contacto y “platicar”, según ellos. Uno de
ellos toma la iniciativa de formar el grupo, y por ese simple hecho se
convierte en el administrador. Con el tiempo se van cediendo los derechos del
administrador, hasta que existen cuatro administradores. El inicial, de ser
activo, se convierte en pasivo y cede la estafeta a un segundo administrador.
Éste, en un momento dado, habilita a otros dos administradores, y veladamente a
un tercero. Los dos nuevos administradores se ponen locos y empiezan a molestar
al grupo, sube de tono la situación, y estos dos administradores, de puntada y
broma, quitan los derechos de administrar a los dos primeros, quienes
originalmente los habían habilitado, y toman el control y siguen creando caos
en el grupo. El último administrador habilitado, desesperado y en son de broma,
toma la administración del grupo, los quita de la administración y, en son de
broma, hasta los saca del grupo; después de contacto por chats personales, los
vuelve a incorporar. El grupo se tranquiliza y sigue todo normal. Lo simpático
del asunto es que el último administrador me pregunta, ¿esto fue como un golpe
de Estado, es como una democracia o qué es?
Antes de la pregunta, toda la
historia era un juego normal entre jóvenes. Después, al investigar la situación
y las reglas no escritas que se habían creado con el paso del tiempo, me di
cuenta de lo que está pasando y lo que están viviendo los chavos a través de
esta aplicación:
El grupo es como una Estado, como
una sociedad cualquiera y normal, donde, de entrada, conviven todos felices y
sin reglas, son amigos. Alguien toma el liderazgo y abre el grupo, ya sea por
servicio o por control. Después de un tiempo comparte el control con alguien
más, por cansancio o desinterés. Ese nuevo administrador, por cansancio, debilidad
y/o por flojera, cede el liderazgo a otros dos, quienes tienen ansias de poder
y/o control, y empiezan a hacer destrozos y dan un golpe de grupo (Estado). En
secreto, el segundo administrador le comparte a un tercero, pues asume que es
ecuánime y que podría resolver adecuadamente. Este último, ante la situación da
un contragolpe a los golpistas, para crear caos, y con esto volver a la
normalidad…
Esto, señores, son lecciones de
gobernabilidad. Están aprendiendo socialmente a autogobernarse. Más allá de la
convivencia en los grupos escolares, esta aplicación, sin querer, da lecciones
y potencia la gobernabilidad social y les da el poder de la administración a
una velocidad e intensidad impresionantes.
Si nos damos cuenta, es una forma
muy simple y sencilla de aprender gobernabilidad y democracia. ¿Se imaginan a
estos chavos en el futuro?, ¿cómo van a enfrentar la política en el futuro? En
uno y dos sexenios van a ser los actores principales de la política y la
sociedad.
Nuestros políticos en la actualidad
no alcanzan a entender esto, no lo ven. Ellos siguen con sus prácticas
dinosáuricas. Claro, ahora bien modernos en redes sociales, pero, curiosamente,
muy lejos de este entendimiento. Ya irán muriendo poco a poco. Nos urge.
Marco V. Herrera-Estratega,
innovador y experto en asuntos públicos. Fundador de Grupo Public y
conferencista. Su pasión es el análisis político, los modelos de negocio y el
futuro de la humanidad.
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