The El miedo impulsa el precio
del crudo
Wall Street Journal. - mayo de
2016
Los cortes de suministro de
petróleo han llegado a su máximo nivel en más de una década, lo que ha
impulsado la llamada “prima del miedo” que ha contribuido a elevar los precios
a cerca de US$50 el barril.
Cerca de 3,5 millones de barriles
al día no han podido llegar al mercado debido a interrupciones como los ataques
de milicias en Nigeria, los incendios forestales en Canadá y la agitación
política en Libia. Se trata de más de 3% del total global, según ClearView
Energy Partners LLC. Jacques Rousseau, director ejecutivo de hidrocarburos de
la firma de investigación calcula que la cifra es, probablemente, la mayor
desde que la guerra de Irak en 2003 afectó la producción.
Al mismo tiempo, hay menos
recursos para llenar los vacíos. La capacidad ociosa a la que la Organización
de Países Exportadores de Petróleo puede recurrir de forma expedita ha
disminuido y el exceso de suministro de otros productores, incluyendo las
empresas de hidrocarburos de esquisto de Estados Unidos, ha cedido conforme las
compañías reducen operaciones ante los bajos precios.
“No hay mucho suministro
adicional”, dijo Ann-Louise Hittle, analista líder del mercado de crudo para la
consultora de energía Wood Mackenzie. “Es ahí cuando empieza a verse el regreso
de una prima de riesgo al mercado. Es absolutamente previsible y es, en nuestra
opinión, apenas el comienzo”.
Los desastres naturales y las
perturbaciones políticas en los países productores de petróleo pueden detener
la producción e interrumpir las rutas de envío. Eventos de esta naturaleza han
impulsado históricamente los precios del crudo porque los operadores se
preocupan sobre la disponibilidad de suministros futuros.
Sin embargo, en 2014 y 2015 el
mercado ignoró casi todos los cortes ocasionales de suministro, desde las
sanciones sobre Irán hasta el cierre de terminales en Libia. Los operadores se
concentraron, en cambio, en el creciente exceso de oferta producido por las
empresas de esquisto estadounidenses, lo que causó un descenso de 76% en los
precios antes de que tocaran fondo en febrero.
No obstante, los operadores
señalan que a partir de abril, cuando fracasaron las negociaciones entre los
principales países exportadores para congelar de la producción, la reducción de
los suministros provocada por interrupciones imprevistas ha sido el principal
motor detrás del alza del crudo.
El precio de referencia en
EE.UU., conocido como WTI, pasó de US$27 el barril en febrero a US$50 el barril
durante la jornada del jueves. El viernes, el barril se ubicó en US$49,33, un
descenso de 0,3%. El Brent, la referencia global, ha tenido una trayectoria
similar y el viernes alcanzó US$49,32 por barril.
Una huelga de trabajadores
petroleros en Kuwait en abril interrumpió temporalmente casi la mitad de la
producción del país. Incendios forestales en Alberta, Canadá, obligaron este
mes a cerrar las plantas de producción en la región de arenas bituminosas.
La milicia autodenominada
Vengadores del Delta del Níger asumió la responsabilidad por los atentados a
plantas de producción y a una terminal de exportación de crudo en Nigeria, cuya
producción ha caído a su menor nivel desde 2009.
Algunos creen que el aumento de
los cortes de suministro está relacionado con los menores precios del crudo. Cuando
el petróleo se abarata, los presupuestos de los países productores sufren las
consecuencias. Eso dificulta que los gobiernos eleven el gasto para sofocar la
agitación social y priva a las plantas productoras del dinero necesario para
mantenimiento y recuperación.
“Con un barril a US$100, usted
puede ocultar muchos de los problemas con dinero”, dijo Helima Croft, directora
de estrategia de materias primas de RBC Capital Markets. “2016 está resultando
ser el año del ajuste de cuentas para los productores más débiles”.
Algunos analistas estiman que el
impulso en los precios derivado de las interrupciones se está desvaneciendo. El
gobierno canadiense levantó la orden de evacuación obligatoria en ciertas zonas
petroleras de Alberta y la producción de Kuwait ha vuelto a la normalidad.
Algunos analistas incluso prevén
un alza de las exportaciones de Libia, donde la agitación política ha mantenido
la producción por debajo de su capacidad durante años.
“Parte del optimismo tiene que
ceder”, dijo Rob Haworth, estratega sénior de inversión en U.S. Bank Wealth
Management, que administra US$128.000 millones. “Esto tiene ciertos límites”.
Otros analistas no están muy
seguros de que se acabarán las interrupciones.
Irak, Nigeria y Venezuela
representaron, en conjunto, 25% de la producción total de la OPEP en abril,
según la Agencia Internacional de Energía. Cada uno de ellos tiene problemas de
recortes o está amenazado por posibles interrupciones.
Irak trata de mantener alta su
producción en medio de las amenazas de Estado Islámico. Numerosos analistas
advierten que la producción podría caer en Venezuela debido a los crónicos
cortes de electricidad en un país en plena crisis económica y a las disputas
sobre pagos a proveedores internacionales de servicios petrolíferos.
Los atentados de militantes
continúan en Nigeria, incluyendo el que tuvo lugar el jueves pasado ligado a
una instalación de Chevron Corp. “Usted podría estar viendo un recorte
sostenido durante un largo período”, advirtió Croft, de RBC, sobre la
producción total del país.
Las interrupciones imprevistas de
la producción de crudo alcanzaron su mayor nivel desde al menos 2003, cuando la
guerra en Irak detuvo brevemente casi toda la producción de ese país, según los
analistas.
Durante la Primavera Árabe de
2011 y el derrocamiento del líder libio Muamar Gadafi, las interrupciones de
suministro ayudaron a catapultar los precios mundiales del crudo por encima de
US$110 por barril en promedio ese año y 2012, frente a un promedio de alrededor
de US$80 por barril en 2010.
Desde finales de 2012, los cortes
de suministro globales han retirado más de dos millones de barriles diarios de
crudo del mercado mundial, según los cálculos ClearView. A mediados de 2014, el
temor a la pérdida de producción después de que Estado Islámico pasara a
controlar algunas ciudades iraquíes ayudó brevemente a elevar los precios por
encima de US$110 el barril.
Si la oferta estuviera creciendo
rápidamente, las interrupciones podrían no tener un gran impacto en los
precios. Sin embargo, la producción en EE.UU. y otras partes del mundo han
descendido conforme las empresas recortan el gasto.
“Hoy, no parece que vamos a ver
un retorno a las condiciones de exceso de suministro”, predijo Bo Christensen,
analista jefe de Danske Invest, que gestiona US$100.000 millones en activos.
“Eso hace que el mercado sea susceptible a otros tipos de riesgos, incluidos,
por supuesto, los geopolíticos”.
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