Las oportunidades son para
aquellos que se atreven a innovar
FORMAS- 12 de Mayo de 2016
El crecimiento económico
dependerá cada vez más de qué tanto las personas están dispuestas a innovar
para enfrentar lo establecido y cambiarlo.
El reacomodo que vive la economía
global y sus actores traerá en el futuro un crecimiento en las empresas y
personas que desde hoy le apuestan a innovar e invertir en lo que muchos
consideran ‘divergente’.
No son pocos los que piensan que
estamos en crisis. El ruido mediático de una posible recesión va más allá de
conjeturas, pero no se trata de ninguna de los dos. La situación actual es
reflejo de un cambio en los cimientos mismos del modelo económico. El Foro
Económico Mundial habla de la falta de una definición común para lo que
conocemos como economía colaborativa o sharing economy. Precisamente, la
multiplicidad de manifestaciones de este modelo hace que su definición sea casi
inasible, pero el cambio está latente, sobre todo en ciudades donde la
eficiencia de recursos y la inversión en capital local sigue en aumento.
La incertidumbre económica crece,
pues nunca habíamos experimentado tantos cambios y tan abruptos. Cada vez somos
más propensos a vivir en la repetición de la teoría del cisne negro de Nassim
Nicholas Taleb, concepto que habla de hechos improbables e impredecibles con
consecuencias a su vez desconocidas. Según el autor, se trata de eventos
extraños que no se ajustan a ninguna expectativa. La incertidumbre es
constante, las personas viven el día a día en un estado de crisis perpetua.
Como indica el futurólogo Peter Schwartz en su teoría de las crisis en cascada:
no terminamos una cuando ya estamos en otra.
Aquello que sostenía el sistema económico
que conocemos cambia hacia una reestructuración e incluso hacia una posible
desaparición. Tres ejemplos tangibles:
En 1908, cuando Henry Ford creó
The Ford Motor Company y los automóviles se hicieron masivos, el petróleo
despegó gracias al consumo de gasolina. De 2008 a 2014 alcanzó precios por
encima de los 100 dólares por barril. Hoy se encuentra por debajo de los 30
dólares. Nuevas alternativas se plantean con los carros eléctricos, cuyo
mercado podría estabilizarse en 2020.
China, la segunda mayor economía
del mundo, experimentó un crecimiento a doble dígito en los años 70 y parte de
los 80. Hoy vive un crecimiento lento, de 3 y 4%, y su deuda total pasó de 7
billones de dólares a 28 billones entre 2007 y 2015.
Sólo en Estados Unidos, el consumo
de carne ha bajado en la última década y dado paso a lo vegetariano y a otro
tipo de proteínas. Hoy la carne cuesta la mitad de lo que costaba en 1970 y hay
discusiones éticas y ambientales sobre su impacto. La producción de comida,
especialmente de carne, se hace cargo de 70% del consumo de agua en el mundo.
A mediano plazo, los cambios en
la economía serán motivados por grandes hechos que forman parte del futuro:
La super población de las
ciudades. Para 2025, 2.6 billones de personas vivirán en ciudades y gastarán
70% más en productos y servicios.
Se cree que en 2030, dado el
crecimiento poblacional y cambio climático, la mayoría de la población sufrirá
de algún tipo de escasez de agua, electricidad y comida.
También, se espera el crecimiento
de nuevas mentalidades gracias a factores como la multiculturalidad. En 2035,
un tercio de la población infantil y adolescente de Estados Unidos será latina.
La masificación y evolución de la
tecnología representada a través de la cuarta revolución industria: impresión
3D, internet de las cosas y realidad virtual, entre otros.
El cambio poblacional se hará más
evidente en los próximos años: en 2050 habrá más personas de 60 años que de 15
años.
Plan de crisis
El año pasado tuve la oportunidad
de conversar con Peter Schwartz, por supuesto sobre el futuro, y cuando le
pregunté ‘cuál era la principal esperanza de la próxima década’ no dudó en
contestar que ‘será la innovación y aquellos que se atrevan a innovar en un
contexto cada vez más cambiante y difícil (serán) los que lleven la humanidad a
un mejor lugar’.
El secreto parece estar en ser
resiliente. Las personas son movidas por ‘motivaciones humanas’ que las
grandes empresas conocen y aplican constantemente. Desde la necesidad de
seguridad (financiera) hasta el amor, sentido de pertenencia, autoestima,
poder, vitalidad, control, felicidad y vida social.
Eso implica que muchos están
moviendo sus negocios hacia prácticas de respuesta en tiempo real y las empresas
—propias o no— trabajan en cambios radicales en sus modelos de negocios. Un
espíritu de supervivencia que lleva a la creación de estrategias e
implementaciones para no dejarse llevar por el fracaso.
Así, algunas personas, pymes,
corporaciones y gobiernos aprovechan la aridez de este cambio económico para
mitigar la incertidumbre del presente.
Algunos ejemplos
Hace poco los gigantes Campbell
Soup y General Mills se lanzaron a invertir en pequeños productores orgánicos
y locales, un mercado de competidores divergentes que apoyan y sustentan nuevas
industrias.
Bill Gates y Elon Musk,
cofundador de PayPal, entre otros billonarios, se comprometieron a comienzos
de 2016 a invertir cerca de 2,000 millones de dólares (mdd) en investigaciones
en energía y electricidad.
Más de 50% de ceos de marcas de
lujo han empezado a cambiar sus modelos de negocios a partir de la escasez de
recursos. Veremos más programas sostenibles dentro de la industria del lujo.
La Ciudad de México vivió hace
poco los más altos índices de contaminación en 13 años. Como repuesta, Uber
lanzó durante dos días UberGreen, una opción ecoamigable para que sus usuarios
solicitaran el servicio de carros eléctricos. Israel quiere hacer de la nación
de las startups un modelo de conocimiento mundial sobre innovación y
emprendimiento, que cambie de ser generador de nuevos negocios a acelerador de
innovación en mercados emergentes.
Peter Thiel y Accel Partners
abandonaron la inversión en redes sociales para darle paso a fondos que apoyen
la educación e investigación relacionados con la ciencia, ingeniería y
tecnología.
Alphabet, el holding creado por
Google que reestructura su negocio para enfocarse y ampliar su portafolio
pensando en el futuro, pero que a su vez no tiene la seguridad de arrojar
ganancias en el mediano plazo.
La startup Nootrobox innova en
campos no explorados: comida que mejora la capacidad cognitiva humana, y pasar
de lo cotidiano a un contexto científico.
África se perfila como el
siguiente territorio de inversión por el crecimiento de su poblacióncon menor
de 30 años, además de tener los índices más altos de urbanización, un
catalizador para la innovación. Desde 2015, Coca-Cola se ha dedicado a comprar
empresas satélite como Suja Juice, productor de jugos orgánicos de prensado en
frío.
Lo que se conoce en economía como
costo de oportunidad (aquello a lo que se renuncia al elegir algo / el costo de
una inversión no realizada versus la ganancia que genera otra) son el motor e
inspiración de quienes invierten, innovan y amplían sus negocios. Se debe
entender que no todas las pérdidas son absolutas y no todas las ganancias
construyen valor. El crecimiento económico cada vez más dependerá de qué tanto
están las personas dispuestas a enfrentar lo establecido y cambiarlo.
*Luis Carlos Chacón es futurista
de Bautista, Consultora de Tendencias y Estudios del Porvenir.
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