Cinco
lecciones de negocios de los Rolling Stones
The wall
street journal - mayo de 2016
La grandeza de los Rolling Stones
—su impresionante producción de música y letras, las décadas de peleas y
embrollos en los tabloides, los estadios a reventar— opacan un hecho aún más
interesante: durante las últimas cinco décadas, este grupo formado en un bar de
Londres en 1962 ha sido una de las empresas más dinámicas, rentables y
perdurables del mundo. En el curso de mi largo estudio de la banda de rock más
grande del mundo he extraído cinco lecciones o estrategias que cualquier
presidente ejecutivo o emprendedor debería tener en cuenta cuando planea a
largo plazo.
Escoja el nombre correcto.
Originalmente, la banda se llamaba “Little Boy Blue and the Blue Boys”. Brian
Jones, entonces guitarrista principal y cara pública de la banda, le dio a ésta
su nombre definitivo la noche anterior a su primera presentación oficial. La
inspiración se la dio la cubierta de uno de sus discos favoritos: The Best of Muddy
Waters. La canción cinco del lado A se llamaba Rollin’ Stone.
Fue el manager del grupo de esa
época, Andrew Oldham, quien completó la transformación meses después. “¿Cómo
esperan que la gente los tome en serio cuando ni siquiera pueden escribir su
nombre correctamente?” Entonces los Rollin’ Stones se convirtieron en los
Rolling Stones. El nombre comunicaba todo lo que hacía falta saber sobre las
raíces del grupo y el tipo de música que tocaban.
Sepa lo que el mercado quiere de
usted. Cuando los Stones escucharon en la radio el primer sencillo de los
Beatles, Love Me Do, todavía estaban viviendo en una pocilga londinense,
acostándose tres en una cama para no sentir frío. Para cuando los Stones
conocieron el éxito con su propio sencillo, los Beatles ya habían ocupado el
espacio de los chicos lindos, queribles y que no matarían una mosca. Eso les
cerró un mercado, pero les abrió otro.
“Para cuando salimos, los Beatles
estaban usando sus sombreros blancos”, explicó Keith Richards. “¿Dónde nos
dejaba eso?”. En lugar de tratar de convertirse en los nuevos Beatles —como lo
hicieron muchas otras bandas—, los Stone se convirtieron en lo opuesto. Si los
Beatles eran los chicos buenos, ellos serían los malos; si los Beatles eran el
amor, ellos serían el sexo. Reconocieron un nicho de mercado y lo ocuparon.
Ruegue, pida prestado, robe. En
una época en la que las listas británicas de música pop estaban llenas de
bandas blandas, Brian, Keith y Mick Jagger optaron por el blues de Chicago. Los
Stones empezaron como una banda de covers, interpretando versiones bastardeadas
de canciones que ellos adoraban. Trataron de copiarlas exactamente pero no
pudieron evitar mancharlas con sus propias experiencias.
La primera composición real de
Mick y Keith muestra este proceso en acción. Grabada en 1965, The Last Time
tiene todos los elementos que se convertirían en características de sus mejores
canciones: el riff de apertura, el ritmo, el tema infame. La canción sigue
estrechamente una versión de la canción góspel This May Be the Last Time por
los Staple Singers, pero Keith reelaboró la canción y le agregó garra y
velocidad. El mayor cambio fue la letra. Un himno sobre Jesús y el Día del
Juicio se convirtió en una canción pop sobre chicas y desgracias adolescentes.
Suelte el ancla antes de que lo
hunda. Los Stones fueron la creación de Brian Jones, quien impresionó a Mick y
Keith cuando lo escucharon tocar en Londres. Pero para fines de los años 60,
Jones estaba en problemas, una víctima temprana del uso de drogas. Faltaba a
las sesiones y desaparecía cuando estaban de gira. El 8 de junio de 1969, Mick,
Keith y Charlie Watts fueron a la casa de campo de Brian y lo despidieron. Un
mes después, Jones estaba muerto, lleno de pastillas y alcohol, ahogado en su
propia piscina.
¿Por qué han durado los Stones
mientras que otros grupos han desaparecido? Siempre que le hago esta pregunta a
algún veterano, recibo la misma respuesta. Es por Mick y su lucidez, su falta
de sentimentalismo. Las personas demasiado consideradas no alcanzan el gran
éxito.
Nunca deje de reinventarse. Los
Stones han pasado por al menos cinco iteraciones estilísticas: banda de covers,
pop y rock ácido de en los 60, groove de los 70 y New Wave de los 80. En un
punto perdieron la capacidad y elasticidad para reinventarse —envejecieron—,
pero el hecho de que lo hayan hecho tan bien durante tanto tiempo explica su
inagotable relevancia.
Los Stones han vivido y han
muerto y renacido una y otra vez. El resultado de esto es que para distintas
generaciones de adultos, el sonido de sus años de secundaria es el de los
Rolling Stones. Los Beatles probablemente los superan en éxitos, pero no se les
aproximan en capacidad de reinvención. Los Beatles se reinventaron una vez, tal
vez dos. Los Stones lo han hecho tantas veces que bien podrían ser inmortales.
—El nuevo libro de Rich Cohen,
The Sun & The Moon & The Rolling Stones (algo como El sol y la luna y
los Rolling Stones), de la editorial Spiegel & Grau, se distribuye a partir
del 10 de mayo en inglés en Estados Unidos.
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