Monsanto redobla su apuesta en la
disputa con Argentina por regalías
The wall street journal- mayo de
2016
La disputa de Monsanto Co. con
Argentina por los pagos de regalías por semillas subió un nuevo escalón el
martes cuando el gigante agrícola estadounidense decidió cancelar sus planes
para lanzar nuevas semillas de soya en ese país y anticipó la posibilidad de
retirar otras que ya vende.
El fabricante de semillas viene
analizando con el gobierno de Argentina un plan de cobro de regalías que, en su
opinión, son necesarias para recuperar la inversión en la soya genéticamente
modificada que puede repeler destructivos gusanos o resistir herbicidas.
Pero los funcionarios agrícolas
de Argentina han cuestionado el esfuerzo de Monsanto de cobrarle a los
agricultores.
“Aunque el gobierno de Argentina
ha expresado ante nosotros su compromiso de apoyar un entorno propicio para la
inversión continua y el desarrollo a largo plazo de la agricultura a través del
reconocimiento de los derechos de propiedad intelectual y el reconocimiento de
los contratos privados, las recientes acciones no son coherentes con esa
posición”, dijo en un comunicado Brett Begemann, presidente de Monsanto.
El Ministerio de Agroindustria de
Argentina declinó comentar el martes.
El mes pasado, el ministro
Ricardo Buryaile dijo que la compañía estaba jugando duro con una nueva
administración que estaba tratando de resolver el asunto. “No se puede poner en
la cabeza una pistola a un gobierno a cuatro meses de haber asumido”, dijo
Buryaile.
Argentina es uno de los mayores
mercados internacionales para las empresas agrícolas de Estados Unidos, pero el
país ha atravesado problemas económicos. Argentina produjo el año pasado
aproximadamente el 13,6% de los cultivos transgénicos del mundo, y las ventas
de semillas y pesticidas en 2015 generaron aproximadamente un 5,8% de las
ventas globales de Monsanto, de US$15.000 millones. La empresa no revela las
ventas de semillas de soya en el país.
Monsanto, que tiene sede central
en St. Louis, estado de Missouri, ha tenido problemas para preservar la
protección de los genes de sus semillas en Argentina.
Las patentes sobre una versión
anterior de la soya genéticamente modificada, diseñada para resistir el
herbicida Roundup de Monsanto, no se aplicaron allí y las semillas fueron
ampliamente replicadas. Monsanto ha dicho que no espera recaudar las regalías
correspondientes a esas semillas.
Posteriormente, Monsanto llegó a
un nuevo acuerdo con Argentina que le permitió cobrar por adelantado a los
agricultores por los genes de la soya o cobrarles a los productores en el
momento de vender sus cosechas a los elevadores de granos y terminales de
exportación.
Sin embargo, nuevas resoluciones
de Ministerio de Agricultura de Argentina, bajo la administración del
presidente Mauricio Macri, plantearon interrogantes sobre si el gobierno
permitiría que las compañías continuaran analizando los granos en busca de los
genes de Monsanto para luego cobrarles las regalías a los productores.
Monsanto ha argumentado que esas
resoluciones no son válidas porque sus genes de soya están patentados.
Ahora, la compañía no lanzará en
Argentina un nuevo tipo de semilla de soya, llamado Roundup Ready 2 Xtend,
diseñada para resistir un herbicida más potente, y que Monsanto tenía previsto
comenzar a vender en octubre. Monsanto prevé continuar la venta de semillas de
Intacta RR2, que soportan glifosato y repelen los gusanos, aunque está
revisando ese negocio y también podría retirar esas semillas, indicó.
Dardo Chiesa, presidente de
Confederaciones Rurales de Argentina, que representa a unos 120.000
agricultores, señaló que Monsanto está tratando de lograr que el gobierno
aplique una ley de patentes en lugar de la ley de semillas de Argentina, lo que
podría permitir a la empresa cobrar reiteradamente por regalías.
El modelo actual, dijo, está
generando disputas legales entre los agricultores, las empresas de
almacenamiento de granos y los exportadores.
“Si Monsanto quiere venir a
Argentina y armar lío en el mercado, entonces no deben venir en absoluto”,
dijo. “Si esta disputa continúa va a terminar en manos de abogados y cada vez
que eso sucede, todo el mundo pierde. Para la próxima cosecha, tendremos que
debatir una nueva ley”.
Monsanto enfrenta un desafío
similar en la India. Allí, el Ministerio de Agricultura implementó este año un
tope a los precios que Monsanto y su socio local, Mahyco, pueden cobrar como
regalías sobre las semillas biotecnológicas de algodón, ante lo cual las
empresas dijeron que se verían obligadas a reevaluar sus negocios en el país.
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