Cómo vender un elefante
FORBES- 17 de Mayo de 2016
Vender un elefante es una de las
cosas más sencillas que existe. Sólo hace falta un poco de imaginación y
creatividad. Y mis 6 principios ‘abrecráneos’.
De mi taller “Cómo vender un
elefante… varias veces” te comparto 6 principios ‘abrecráneos’, que te ayudarán
a pensar de forma distinta. Porque todo está en ¿cómo creemos y creamos
nuestros productos?, ¿cómo fomentamos nuestros miedos comerciales y cómo
rompemos con ellos?
La importancia de crear,
promocionar, publicitar y vender un producto para conseguir el éxito deseado
tiene que ver más con la imaginación, la presentación y la forma, que con
aquello que estás vendiendo.
Lo que debes saber
Siempre que las ventas van mal,
se aparece como telaraña mental una extraña sensación que nos hace
preguntarnos: por el espacio que tiene la gente para almacenar elefantes en
casa, el tamaño de la trompa de lo que tenemos en stock o si se está siendo
verdaderamente llamativo el empaque de 4×4 metros.
Y es que tontamente los miedos
entran: ¿No será que la gente ahora esté comprando periquitos australianos? Ten
cuidado de temer que la gente esté comprando aves, porque son chiquitas, y tú
tengas que vender aquel ¡animalón!
La realidad
Vender un elefante es una de las
cosas más sencillas que existe. En mi taller normalmente paso a uno de los
asistentes al centro. Y le pido que me lo venda.
Las más veces, los que aún no
saben vender elefantes pasan de largo la emoción que esto puede generar en los
clientes potenciales; no se dan cuenta de que en el fondo todos queremos que me
lo venda, y para nosotros sería increíble llevárnoslo a casa. ¿Te imaginas
anclarlo a la camioneta en su enorme jaula y mostrárselo a tus hijos? ¿Te
imaginas cuántos nuevos amigos harías en el camino?, ¿cuántos se darían cuenta
de que no eras tan aburrido como parecías? ¿Te imaginas la facturación al
cobrar las entradas en el patio trasero?, ¿cuántos niños no quisieran subirse
al elefante?
Y entonces ahora todos queremos
vender elefantes. Por las súper comisionsotas de los extras. Y es que los
extras pueden ser enoooormes y muy bonitos, como la bañera del elefante, la
“ropita”, la corona, los asientos para los niños. El manejador en una iguala
con grandes beneficios. Puedes crear, incluso, una asociación de apoyo a los
elefantes, y cobrar por miembro, etc.
Principios
1. Deja de temer y no empieces a
hacer elefantes chiquitos.
Cuando las personas oyen “Venta
nocturna de elefantes” siempre piensan en espacios enormes, trompotas y
orejotas iluminadas con luces de colores.
Si ya estás anichado y te ha ido
bien en otras ocasiones, entonces por qué dudas de lo que haces. Nadie se mete
a una jaula chiquita con elefantes grandotes sin quitarles la vista de encima.
Acuérdate de cuando una importante cadena de hamburguesas creyó que lo mejor
era apostar la mayor parte de la publicidad a las ensaladas. Y perdió. Mientras
su competencia le multiplicaba la facturación con publicidad atascada de tocino.
¿Si el éxito de las Krustyburguers son las “tapa arterias”, las personas no van
a ir a tu lugar por lechuguita, no crees? Tu producto tiene ciertas
características innatas. No hagas el ridículo. Los elefantes a fuerza deben ser
grandototes; si no, no llaman la atención.
2. Si tu elefante es grandotote,
y deseas generar expectativa, no lo enseñes.
El principal error de los
vendedores de elefantes es que no juegan con las emociones del cliente. El
cliente siempre tiene que ser primero espectador. Casi todos los vendedores de
elefantes los presentan descubiertos, pero eso no es efectivo. Ponle una
mantotota encima. Y comienza por decir lo increíble que es el tamaño del
producto que quieres mostrar. Hazlo cada vez más grande. Utiliza música, si es
necesario. Haz un redoble y permítele al cliente potencial –una vez que su
emoción esté desbordante y no pueda más– jalar la manta. Comienza a jugar con
la mente del comprador potencial. Y recuerda que entre más tapado está, se ve
más grande. Utiliza mantas de colores claros, porque los colores oscuros
adelgazan.
3. Si el cliente potencial piensa
que el color verde de tu elefanta la hace ver “enferma”, píntala de rosa, ponle
chapas y enchínale las pestañas.
Es hora de revivir a la elefanta.
Y ¿qué hacen las elefantas deprimidas? Exacto: ir al salón de belleza. Si el
tuyo es elefante, pararle las greñas como el futbolista del momento puede ser
la opción. A veces es cuestión de imagen. Un refresh podría caerle excelente.
Aquí es cuando la publicidad hace la diferencia: ponlo a “pambolear” con
Ronaldinho. A todos nos gusta ver un elefante haciendo deporte. Aprovecha los
contrastes y hazlo llamativo.
4. Si los elefantes se están
acumulando en stock: no pierdas la calma.
Los vendedores nerviosos no
venden bien, porque caen en la zona de debilidad, hacen promociones tontas y
terminan por malbaratar el enorme poder del paquidermo.
Cuidado con cómo están tus
nervios. Los elefantes se contagian de tu nerviosismo. Y un elefante nervioso
da pisotones.
El enfoque debe estar en el comprador.
En la venta. En el trato. Piensa en relajar a tu comprador. Consiéntelo.
Ofrécele el masaje que enloquece a los elefantes. Hazlo sentir inmenso. Sentir
el reconocimiento que nos hace falta nos llena y nos hace regresar. Úntalo de
aceites aromáticos, dile cómo esto a los elefantes les encanta. Platícale que
lo que más le gusta a los elefantes es “los masajes de pies”. Y en el momento
en el que más relajado esté… ¡no la riegues y muestres tu preocupación por los
elefantes que están en stock!, no seas ¡bruto! Háblale de la suave brisa que la
trompa de un elefante avienta. Tu trato y servicio le harán recordar que él
también tiene algo de elefante y regresará por dos o tres. Y tú, sonriente, le
ahorrarás el gasto de envío.
5. Si nadie se ha enterado de los
nuevos elefantes que llegaron de Asia, ¡haz un desfile fenomenal!
Con bombo y platillos o sonidos
de trompas grises. Vístelos, péinalos y ponlos guapos. Un elefante que se
siente guapo, camina con más gracias en los desfiles.
Sal a la calle, utiliza los
medios a tu favor. Puedes gritar que hay elefantes desfilando en insurgentes y
parando el tráfico. Es momento del marketing de guerrilla. Pero hazlo en
grande. No escatimes. Recuerda que es mejor una gran estrategia de marketing de
guerrilla que llenará las primeras planas de los periódicos que pagar por ello.
Sé de lo más llamativo e inteligente. Vuélvete marketero. No conozco lugar
donde un desfile de elefantes no llamaría la atención. Recuerda que enseñar un
elefante a los demás es fácil. ¡Hazlo grandotote!
6. Remarca cada uno de los
beneficios de tener un elefante en casa.
Un elefante es una inversión, si
de negocios se trata. Si hace calor ya no es necesario comprar ventilador,
porque las orejas hacen lo propio. Su tamaño nos da sombra. Y lavar el coche
será más fácil y económico, porque no necesitaremos electricidad para el lavado
a presión. Un elefante puede hacer muchas cosas por ti cuando requieres podar
el césped. Retirar la hierba del jardín o incluso aplastar nueces para un pay.
Siempre hay formas de reconocer los beneficios de tu producto o servicio. Sólo
hace falta un poco de imaginación y creatividad para promocionar o vender un
producto.
Alejandro Meza-Coach fundador de
Impulso Humano México. Desarrollador de metodologías poco convencionales en
Coaching y Capacitación para organizaciones y empresarios.
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