La misteriosa audiencia que
decide sobre las series de TV que salen al aire
The wall street journal- mayo de 2016
Gerald Cuesta miraba con
incredulidad el gráfico, donde las líneas seguían descendiendo.
El libretista de televisión
observaba la reacción de una audiencia de prueba para Babylon Fields, una serie
que estaba tratando de vender a la cadena estadounidense NBC para la temporada
2014-2015.
El peculiar drama sobre muertos
regresando a la vida tuvo un despegue decente con un focus group. Pero una
escena de canibalismo envió los puntajes a niveles de “sótano de la abuela”,
dijo Cuesta. “Justo en ese momento supe que no saldríamos al aire”, agregó.
El libretista tenía razón. A
pesar de que la presidenta de NBC Entertainment, Jennifer Salke, era fan de
Babylon, los muertos de Cuesta no resucitaron después de esa prueba.
El escritor no guarda rencor
contra estos jueces misteriosos. “Es simplemente parte del proceso. Si va a
crear televisión, las posibilidades de que suceda esto son enormes.
En las últimas semanas, muchos
libretistas y productores en el mundo de la televisión estadounidense vivieron
en carne propia el dolor de Cuesta. Esta es la época del año en la que las
cadenas de televisión del país planean su programación de horario estelar para
la próxima temporada. Las series, comedias y concursos que logran salir al aire
en la televisión de EE.UU. son las que luego invaden la programación de los
canales de cable alrededor del mundo.
Entre los shows que han superado
el proceso de selección está una versión para la pantalla chica de la película
Arma mortal, la comedia The Good Place, sobre una odiosa mujer que quiere
cambiar su comportamiento y el drama Designated Survivor, sobre un miembro del
gabinete que termina en la presidencia luego de un ataque en Washington.
Las pruebas de programas nuevos,
conocidos como pilotos, son parte clave del proceso de selección. La presión
por encontrar nuevos éxitos se está intensificando en una industria acosada por
una audiencia fragmentada y la competencia de los medios digitales.
La firma que ha hecho el papel de
juez y jurado de buena parte de la industria del cine y la televisión por más
de 50 años es Screen Engine/ASI. La empresa somete a prueba unos 250 pilotos al
año. Programas que recibieron el visto bueno en el pasado incluyen ER, Modern
Family (la comedia con Sofía Vergara) y American Horror Story.
La prueba más tradicional para un
piloto es reunir a cerca de 50 personas —la mitad hombres y la mitad mujeres—
en una sala de proyección. Los televidentes son reclutados según su edad,
género y raza, así como el grupo demográfico principal al que apunta la cadena
de televisión. “Es como organizar una boda”, dijo Kevin Goetz, presidente
ejecutivo de Screen Engine/ASI.
La audiencia de prueba ve un show
y le asigna un puntaje con un aparato portátil que tiene un dial, el cual
mueven hacia la derecha o la izquierda dependiendo de si les gusta o no lo que
están viendo.
Entre tanto, algunos nuevos
participantes del mercado están tratando de cambiar el proceso para mejorar lo
que se percibe como desventajas del modelo tradicional.
Amazon.com carga pilotos de sus
nuevos programas a su servicio de streaming donde una gran cantidad de miembros
de su audiencia puede calificarlos antes de que la empresa tome una decisión.
Los especialistas en nuevos medios BuzzFeed y Vox ven el uso potencial de videos
en línea como un terreno de prueba para ver qué se podría desarrollar como un
programa de televisión. Netflix dice que no somete a prueba sus shows.
Por su parte, ASI está probando
ahora si los programas son tan atractivos como para ver en jornadas maratónicas,
en una era en la que mirar varios episodios de series durante una sola sentada
se ha vuelto común. Durante una prueba para un show de TV por cable, la
audiencia de prueba miró 10 episodios de un programa en el transcurso de cuatro
días, participando en focus groups intensos durante este lapso para determinar
“en qué punto de la temporada quedaron enganchados o perdieron el interés”,
dijo Goetz.
Muchos en la industria detestan
la idea de que personas desconocidas decidan qué sale al aire o que les digan
que un show cuyo desarrollo les costó millones de dólares es malísimo.
Warren Littlefield, ex presidente
de NBC Entertainment, dice que las pruebas son “absolutamente desgarradoras”.
La mayoría de los shows, añadió, no salen muy bien de este proceso, y eso es
especialmente cierto para programas que son un poco diferentes. Tal vez el show
más famoso que tuvo un puntaje muy pobre entre la audiencia de prueba fue
Seinfeld, que terminó siendo un éxito rotundo para la cadena NBC.
Littlefield cree que las pruebas
para determinar un atractivo masivo son menos relevantes porque hay tantas
opciones en los canales de cable que tienen tramas más osadas y atraen una
audiencia más pequeña, pero fiel.
“La investigación apuntaba a
limar las asperezas que podrían ofender o alejar a una audiencia grande. Hoy
buscamos esos bordes irregulares y los acogemos”, dijo.
También hay programas que se
realizan con la mira en las audiencias internacionales, especialmente los
dramas de una hora.
HBO no hace ninguna prueba de
audiencia. “Nuestra apuesta es en la visión creativa y usted nunca puede medir
eso mirando únicamente el piloto sin ningún contexto”, dijo Mike Lombardo,
presidente de programación de HBO.
De todas formas, estas pruebas
tienen bastantes seguidores. “No creo que seamos tan inteligentes y que sepamos
qué quiere ver el resto del país”, dijo Preston Beckman, un ex programador de
las cadenas Fox y NBC.
David Nevins, presidente
ejecutivo del canal de cable premium Showtime, dice que usa las pruebas para
ver qué personajes e historias específicas son acogidos por los televidentes.
Las pruebas le pueden decir si el televidente está “confundido, enganchado o
aburrido”, lo cual ayuda con el proceso de edición, señaló.
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