El efecto Tesla impulsa la demanda de litio
The wall street journal- mayo de
2016
Los vehículos eléctricos de Tesla
Motors Inc. no sólo han sacudido la industria automotriz, sino que también
están reconfigurando los mercados de metales.
La automotriz del empresario Elon
Musk y otros fabricantes de autos eléctricos están demandando grandes
cantidades de este material liviano, apodado “petróleo blanco” por su uso en
las baterías de iones de litio con las que funcionan los vehículos eléctricos.
Los precios del carbonato de
litio subieron 47% en el primer trimestre frente a la cotización promedio de
2015, según los datos más recientes de Benchmark Mineral Intelligence. El año
pasado, los precios del litio avanzaron 28% pese a que la mayoría de los
metales y las materias primas estaba por los suelos, según Benchmark.
Un informe del banco de inversión
neoyorquino Goldman Sachs Group Inc. estima que la demanda de litio podría
triplicarse hasta 2025, a 570.000 toneladas, impulsada fundamentalmente por su
uso en los autos eléctricos y los teléfonos inteligentes.
Tesla proyectó la semana pasada
ventas de 500.000 automóviles para 2018 y la producción de un millón de
unidades para 2020, gracias en parte al lanzamiento de su Model 3, que valdría
en Estados Unidos unos US$35.000, alrededor de la mitad del precio de su sedán
Model S. La compañía informó que los pedidos de su Model 3 se acercan a
400.000.
Esos vehículos requerirán grandes
cantidades de litio. “Para fabricar medio millón de unidades al año (…)
necesitaríamos básicamente absorber toda la producción mundial de iones de
litio”, dijo Musk el 31 de marzo, cuando presentó el Tesla Model 3. Goldman
Sachs calcula que una batería del Model S contiene más litio que 10.000
smartphones.
Aunque la corteza terrestre
contiene enormes cantidades de este metal —el más liviano de la tabla
períodica—, es difícil extraerlo. La mayoría de los yacimientos se encuentran
en lugares remotos y plantean desafíos técnicos y logísticos importantes. En
todo el mundo hay alrededor de media docena de grandes depósitos de litio en
producción, distribuidos entre Chile, Argentina y Australia.
A diferencia de otras materias
primas, el litio carece de un mercado al contado y no se negocia en ninguna
bolsa. Los precios se acuerdan directamente entre compradores y vendedores.
Buena parte de la demanda
proviene de China, donde el gobierno está usando baterías de litio en buses
eléctricos y otros vehículos. NextEV, un fabricante chino que planea presentar
su primer auto eléctrico el próximo año, podría aumentar el consumo de litio.
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sobre el litio
En poco más de un año, el precio
del equivalente a una tonelada de carbonato de litio se disparó de US$6.000 a
principios de 2015 hasta un máximo de US$20.000, dice Anthony Tse, director
gerente de Galaxy Resources Ltd., una compañía que opera depósitos de litio,
con activos en Argentina, Australia, Canadá y China.
Galaxy posee en Argentina Sal de
Vida, un depósito ubicado entre las provincias de Salta y Catamarca que se
halla dentro del denominado “triángulo del litio”, un área que comprende partes
del norte de Chile, el sudoeste de Bolivia y el noroeste de Argentina.
China y el resto de Asia están
impulsando la demanda. De acuerdo con un informe de Nomura, China representó
68% del consumo mundial de baterías de litio en 2015. Se prevé que esa cuota
crezca debido a que el país se está volcando cada vez más a las baterías de
litio para alimentar su sector de transporte. Beijing ha dicho que para 2020
quiere tener en las carreteras cinco millones de vehículos con nuevas fuentes
de energía y 200.000 autobuses eléctricos. “Eso implicará un fuerte crecimiento
continuo de la demanda de litio en ese país”, señala Tse, de Galaxy.
El litio, en todo caso, no es el
único beneficiario de lo que algunos han pasado a llamar “el efecto Tesla”. La
demanda de aluminio, que se usa para fabricar autos más livianos, y de cobre,
un conductor de electricidad, también podría crecer. Un auto eléctrico, por ejemplo,
usa 60 kilos de cobre, cuatro veces más que uno con motor diésel, según el
productor cuprífero Mantos Copper. Por otra parte, los analistas advierten que
la demanda de platino y paladio podría disminuir. Estos metales se usan
principalmente en convertidores catalíticos, pero no en las baterías de los
vehículos eléctricos.
A pesar de la voraz demanda de
litio de parte de los fabricantes de autos eléctricos, algunos advierten que el
metal podría más adelante ser víctima de un exceso de suministro, como suele
suceder con otras materias primas. Algunos ejecutivos del sector sostienen que
la demanda podría ser robusta durante tres a cinco años. Después, sin embargo,
la oferta podría exceder la demanda.
Graham Kerr, presidente ejecutivo
de South32 Ltd., se muestra cauteloso a la hora de invertir en un mercado
basado en una tecnología de baterías de rápida evolución. “(El litio) es uno de
esos típicos commodities de nicho que pueden ser la sensación del momento, pero
si la tecnología se mueve en otra dirección, no tiene usos [alternativos]
múltiples”, enfatiza.
Algunas grandes mineras mundiales
miran con atención el alza de los precios del litio, pero no han decidido si es
hora de ingresar. “Vamos a observarlo (...) pero incluso en algunas de las
proyecciones más optimistas, es un mercado relativamente pequeño”, dice Andrew
Mackenzie, presidente ejecutivo de BHP Billiton Ltd. Agrega, no obstante, que
es un mercado que la mayor minera del mundo probablemente no explotará.
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