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viernes, 30 de noviembre de 2007

Definiciones

¿Dictadura o gobierno autoritario?

La Real Academia Española de la Lengua ha lidiado durante casi tres siglos con el manejo de definiciones y conceptos polémicos.

Desde su creación en 1713 ha visto nacer y desparecer regímenes políticos y ha estado registrando la evolución de la lengua, adaptando definiciones o borrando palabras.
En esta ocasión la Academia se enfrenta a un nuevo reto: satisfacer a grupos antagónicos que exigen la definición precisa de "franquismo".
Actualmente lo define como "Movimiento político y social de tendencia totalitaria, iniciado en España durante la Guerra Civil de 1936-1939, en torno al general Franco y desarrollado durante los años que ocupó la jefatura del Estado".

Polémica
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, un movimiento que trabaja desde hace siete años en el reconocimiento de las víctimas de la Guerra Civil española, cree que "definir como tendencia totalitaria a una dictadura que violó sistemáticamente y durante casi cuatro décadas los derechos humanos es extremadamente inexacto".
Emilio Silva, presidente de esa asociación, encabeza una campaña para que el Diccionario de la Real Academia Española defina al franquismo como "dictadura que ejerció una terrible represión para conservar el poder durante 40 años y que nació de un golpe militar el 18 de julio de 1936".
Silva cree que la definición actual "es casi un monumento al franquismo" y, actualmente, una nueva Ley de la Memoria Histórica busca erradicar en España todo aquello que sirva para enaltecer el gobierno del general Franco.

La Fundación Franco
BBC Mundo consultó la opinión de la Fundación Francisco Franco sobre la definición actual en el diccionario de la Academia.
Félix Morales, vicepresidente de esa Fundación, desconocía que el diccionario definía al franquismo como un sistema de tendencia totalitaria.
Morales sostiene que el franquismo fue un sistema autoritario porque estaba basado en la autoridad pero rechaza que se le califique como totalitario.
"El gobierno de Franco no fue totalitario, fue un gobierno de concentración política, no de un partido único. El arco político de esos años estaba reflejado en los gobiernos de Franco", explicó Morales.
Para Morales el franquismo "enorgullece a muchos españoles; fue una época en la que se logró una situación de orden y respeto".
Para él, la definición ideal sería: "Periodo histórico que comprende el gobierno del general Franco".
Morales explica que la definición del Diccionario de la Real Academia no es concreta porque habla de "tendencia".
"No es una definición concreta y yo la rechazo", dijo.
La más reciente enmienda de la Comisión de Ciencias Sociales de la Real Academia fechada el 22 de noviembre de 2007 define al franquismo como "régimen político y social de tendencia totalitaria".
Esa enmienda espera aprobación de la Academias americanas para después ser incorporada en la nueva edición del diccionario, la del tercer centenario de la Academia que se celebrará en 2013.

Definiciones contradictorias
Por su parte, José Manuel Blecua, secretario de la Real Academia, explicó BBC Mundo que aún no han recibido la solicitud de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica sobre a la definición de franquismo.
Esa asociación dice estar buscando firmas y el apoyo de artistas e intelectuales para que se unan a su campaña.
La Fundación Franco no ha hablado de promover una modificación pero sus portavoces dicen que les gustaría que la definición actual sea rectificada.
El funcionario de la Academia de la Lengua aseguró que están abiertos a todo tipo de propuestas.
"Lo que no podemos hacer es introducir dos definiciones contradictorias", agregó.
La Real Academia Española asegura que es neutral y que no asume posturas políticas sino que solamente registra el uso oral y escrito de las palabras y éstas tienen que trascender generaciones y cualquier tipo de pugnas.
Si la campaña para el cambio de la definición de franquismo prospera, tal vez la Academia tendrá que decidir entre si llamar al franquismo una dictadura, un gobierno totalitario o un gobierno autoritario.
Por lo pronto los expertos parecen haber apostado por la sutileza del lenguaje y han dejado "tendencia totalitaria" en su más reciente enmienda.
Entendiendo por tendencia "idea religiosa, económica, política, artística, etc., que se orienta en determinada dirección".
Y por totalitarismo "régimen político que ejerce fuerte intervención en todos los órdenes de la vida nacional, concentrando la totalidad de los poderes estatales en manos de un grupo o partido que no permite la actuación de otros partidos".

Franco, ese hombre
"El Caudillo es como la reencarnación de la Patria y tiene el poder recibido de Dios para gobernarnos..."
Con estas palabras describía el Catecismo Patriótico español de 1939 a Francisco Franco, el hombre que gobernó España durante 37 años, tras asumir el poder al final de una cruenta guerra civil que dejó más de medio millón de muertos, miles de exiliados y una sociedad dividida.
El hombre
El segundo hijo de un oficial de la marina afincado en El Ferrol, Galicia, Franco vino al mundo un 4 de diciembre de 1892 y fue bautizado en la Basílica de San Francisco como Francisco Hermenegildo Paulino Teódulo Franco Bahamonde.
Cuando se analizan los primeros años de su existencia, siempre se recuerdan sus orígenes humildes, aunque acomodados, y el abandono de la familia por parte del padre.
Las diversas biografías describen a este "primer Franco" como un joven tímido, gris y no muy buen estudiante.
Su voz, aflautada, y su apariencia física le valieron el diminutivo de Paquito, con el que se le conoció durante muchos años, incluso una vez iniciada su carrera militar. Pero es ahí, en el ejército, donde "Paquito" descubriría en sí mismo al Generalísimo que llevaba dentro.

El ascenso al poder
Franco entró en la Academia Militar de Toledo en 1907 y se graduó como teniente segundo en 1910. Marchó después a Marruecos, donde participó en las sangrientas campañas africanas.
La creación de la Legión Extranjera le dio la oportunidad de convertirse en comandante a los 30 años y llegar a general a los 34, el más joven de Europa desde Napoleón Bonaparte.
Para entonces, pese a que a Franco no se le consideraba el general más brillante de su generación, la mitología franquista había nacido y, con ella, la figura del Caudillo, el salvador de España, el defensor de la Cruzada, del Imperio y de la grandeza de la Madre Patria, apelativos que mantendría hasta el final de sus días.
Franco se había casado en 1923 con Carmen Polo, heredera de una influyente familia de Oviedo, en Asturias, y como, su madre, de ferviente religiosidad.
Con ella, Franco entró en los salones de la aristocracia, con la que más tarde emparentaría gracias a los matrimonios de su hija y de su nieta en círculos reales.

La Guerra Civil
El 18 de julio de 1936 Franco se unió al Alzamiento Nacional, iniciado por el General Sanjurjo y otros militares en distintas partes de España para acabar con el gobierno del Frente Popular, una coalición de partidos de izquierda que ganó las elecciones generales de febrero de 1936.
Con él, trajo sus tropas de élite de Marruecos y su experiencia en las batallas coloniales en el norte de África.
La prematura muerte de Sanjurjo catapultó definitivamente a Franco a la cumbre. La guerra civil se decidió en su favor pero para entonces España era un país quebrado.
La posguerra fue el período de más depresión y represión del nuevo régimen. Franco siempre dejó en claro que no creía en la reconciliación y persiguió sistemáticamente a sus adversarios.

La postguerra
En uno de sus más conocidos discursos, aseguró que "los españoles no creen en las palabras rendición y prisioneros, sino sólo en la victoria y la muerte".
Miles de exiliados partieron para América Latina; otros, para países europeos y hasta la Unión Soviética.
El régimen franquista, el gobierno absoluto de Franco durante casi cuatro décadas de la historia de España, se basaba en la personalidad y la ideología de su fundador.
Franco odiaba a los comunistas, a los masones y a los liberales y defendía la fe católica y los valores del Imperio Español por encima de todo. Se refería a la independencia de las últimas colonias españolas (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) como "el desastre" y relacionaba a la izquierda con el mismo demonio.
Además, como hombre de armas, creía más en la victoria que en la paz. Según rezaba el escudo de armas nacional, España era (o debía ser) UNA, GRANDE Y LIBRE.
Si todos estos adjetivos parecen excesivos, baste echar un vistazo a los instrumentos de propaganda del régimen de Franco, entre los que se destacan los llamados Nodos, una primitiva versión de los videos comerciales de hoy en día, en los que el lenguaje de exaltación de los valores patrios alcanza niveles que hoy resultan casi cómicos.

El regreso al mundo
España se vio aislada de la comunidad internacional durante más de una década, y ello propició una economía basada en un sistema corporativista y autárquico. Sin embargo, la Guerra Fría supuso un balón de oxígeno para Franco.
A principios de los cincuenta, casi simultáneamente, Estados Unidos y la Santa Sede firmaron acuerdos de cooperación con su gobierno, dándole la legitimidad internacional que necesitaba.
A ello siguieron la incorporación de España a las Naciones Unidas y el primer plan de estabilización económica, acordado con el Fondo Monetario Internacional.
Es entonces cuando Franco renovó su entorno político, sustituyendo a algunos de los militares, falangistas y tradicionalistas, por jóvenes tecnócratas, afines al Opus Dei, que encabezaron la reforma económica.
En los sesenta, la ideología del régimen seguía intacta, pero Franco necesitaba una nueva legitimidad y cierta prosperidad para mantener el control absoluto.

El comienzo del fin
En julio de 1969 se anunció que el príncipe Juan Carlos de Borbón sería el sucesor de Franco en la jefatura del Estado y un año después se firmó el primer acuerdo con el Mercado Común Europeo, antecedente de la actual Unión Europea.
A principios de los setenta, el Caudillo aparecía todavía en el balcón del Palacio de Oriente, en Madrid, y presidía las paradas militares en las celebraciones del día de la victoria.
Sin embargo, el deterioro físico era obvio y empezaba a escucharse lo que se convertiría en una de las frases más repetidas de la época: "Y después de Franco...¿qué?"
Para muchos, la respuesta estaba en el Almirante Luis Carrero Blanco, su vicepresidente de gobierno en 1969, un hombre a quien Franco habría confiado la continuidad del régimen tras su muerte.

El comienzo del comienzo
Pero Carrero Blanco cayó víctima de un atentado de la ETA en diciembre de 1973, dejando abierta la duda de si hubiera sido posible el franquismo sin Franco.
En los últimos meses de su vida, Franco hizo honor a su leyenda, respondiendo con condenas y penas de muerte a la creciente rebeldía de algunos sectores de la sociedad española.
En septiembre de 1975 firmó cinco penas de muerte de activistas de izquierda, que fueron ejecutados el 27 de ese mes. El rechazo internacional fue total.
Franco murió el 20 de noviembre de 1975, tras una prolongada agonía. Un lloroso presidente del gobierno, Carlos Arias Navarro, anunció a los españoles la muerte del Caudillo. Dos días después, Juan Carlos fue investido Rey de España por el Parlamento.

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