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viernes, 9 de noviembre de 2007

Camina

Democracia que camina
César Hildebrandt

La marcha ha sido un éxito. Y lo ha sido no sólo porque mucha gente puede estar descontenta sino porque Luis Alva Castro hizo todo lo posible para enfurecer a quienes debió tratar con la misma neutralidad con la que trata a los compañeros de la CTP.

“Más de cinco mil personas en la manifestación”, decía El Comercio en su página web. Cuando los que no cortan el jamón se reúnen en asamblea caminante y llenan el aire con sus consignas de olvidados, la democracia se robustece. Porque la democracia es admitir que el adversario puede tener la razón.

Y cuando sale un indigente en neuronas a satanizar una marcha y amenaza detrás de las tanquetas de su policía, lo único que se logra es que la marcha salga como un guiso de Acurio. Y cuando ese mismo personaje llena de barreras chavistas el centro de Lima, los marchantes inflan el pecho y gritan más. Y cuando el sujeto en cuestión dice “que el paro fue un fracaso” –cuando no ha habido paro sino movilización y a nivel nacional– lo único que habrá de lograr es que el paro que puede venir vaya, desde ahora, camino al éxito.

Porque no hay nada peor que un búfalo detrás de las tanquetas. Bueno, debo rectificarme: sí hay algo peor. Y esa cosa peor es escuchar a la ministra Susana Pinilla, ayer doncella de la eurosocialdemocracia y hoy guionista del macartismo, decir: “Si la CGTP le está haciendo el juego a Sendero Luminoso, que se saque la mascarilla y diga si son dirigentes políticos o quieren exacerbar el desorden en el país”.

¡Y esta Lucía Hiriart del Apra es ministra de Trabajo! Con razón prosigue la farsa de las inspecciones que no puede realizar, la bamba de los controles que no quiere ejercer y la mentira de la defensa de los fueros sindicales que no está dispuesta a hacer. Quien se ha sacado la máscara (no la mascarilla) es ella y lo que hemos visto debería asustar al bueno de Pocho Tantaleán, que es un hombre decente y demuestra su decencia guardando un leal y entendible silencio.

Pero quienes han sido los héroes anónimos del éxito de la movilización de ayer han sido los bufones de la CTP, la central sindical pro patronal que el Apra refundó hace años para demostrar cuánta era su proximidad a don Julio de la Piedra. Un día antes de la convocatoria de la CGTP, los sabrosos cetepistas, a quienes Luis Negreiros padre hubiese escupido, salieron sólo por cientos a lanzar vivas al TLC, mueras a la CGTP, maldiciones a Humala.

Era como si Alva Castro hubiese tomado el poder. Como si los Mantilla y adjuntos siguiesen robando y dando órdenes sanguinolentas a los Chito Ríos de toda la vida. Como si La Tribuna tuviese lectores. Como si a Saúl Cantoral lo mataran de nuevo.

De modo que el Apra como estructura ha hecho mucho para que la movilización de ayer –la de Lima y la del interior, donde el éxito ha sido en muchos lugares abrumador– haya sido un triunfo de la diversidad democrática, del desasosiego laboral y de la ira de quienes siguen esperando que el modelo chorree o eche migas. ¿O es que el chavismo es válido si lo profiere el hombre que no puede comprar patrulleros, en primera instancia, y que no puede comprar patrulleros, en segunda instancia?

Y ahora que no venga la prensa conservadora a decirnos que el Perú le dio la espalda al descontento y que hay una sola voz para todo el Perú. La marcha fue, así, intransitivamente: fue. Y fue el día en que los sectores más escorados a la derecha celebraban la aprobación del TLC, el instrumento que alguien juró revisar línea por línea para que fuera compatible con el interés nacional.

¿Saben cuál fue la primera empresa norteamericana en saludar la firma del TLC con el Perú? ¡Microsoft! El consultor de Microsoft Jack Krumholtz señaló, en Estados Unidos y a las pocas horas de la votación en la Cámara de Representantes, que la firma del TLC con el Perú “garantizará una protección justa y eficaz a los inversionistas y protegerá los derechos de propiedad intelectual”. Y es que ahora, con el TLC, el recurseo cibernético, las copias corporativas y la burundanga del software replicante van a ser considerados poco menos que delitos federales, como si se cometieran en el estado de La Florida. ¡Qué bien! ¡Microsoft y sus precios predatorios y las farmacéuticas con sus patentes de 20 años y segundo uso ya nos tienen como querían! ¡Somos casi una estrella más en la bandera a la que nos hemos sometido!
Posdata.– Siento haber llamado Patricia a María Luisa del Río, la colega que antier se enfrentó a Mauricio Múlder en RPP. Y siento no haber ido a la invitación de Pedro Salinas para la presentación de su libro “Rajes del oficio”, una antología de la maledicencia en clave de rito maya y deporte grecorromano.

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