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viernes, 14 de septiembre de 2007

Mineria



Minería peruana:
Historia de
explotación

La minería no fue una
actividad central en el
Perú prehispánico.Lo
es desde la conquista
española,que
abandonó la vocación
agraria del Incanato e
impuso la explotación
minera como una
actividad central del
poder colonial,
diezmando a la
población indígena
Desde 1570, el célebre virrey
del Perú, Francisco
de Toledo, instauró la mita
colonial. La mita era un
tributo en trabajo que debían
pagar los indios en tanto nación
derrotada. Un indio de cada siete debía
trabajar durante un año para actividades
de tres tipos: mita de ciudad, para
construir y mantener obras públicas
urbanas; mita de hacienda, para trabajar
en faenas agrícolas; y mita minera,
la más conocida y temida forma de trabajo
obligatorio indígena colonial.
Dos minas concentraban a los mitayos
entonces: Huancavelica y Potosí. Los
trabajos del mitayo fueron muy duros y
muchos murieron: debían cavar los
socavones y sacar la materia prima. Con
tecnología rudimentaria y explotación
intensa, los derrumbes de material y los
vapores los liquidaron sin cesar. Estas
minas fueron verdaderos hornos crematorios
donde se consumó el holocausto
de los indios del Perú.

LA APARICIÓN DE LOS OBREROS
MINEROS:LA MINA DE HUALGAYOC
En el siglo XVIII decayeron las minas
de Potosí y Huancavelica, trabajadas por
mitayos. Desde 1700 en adelante, las autoridades
virreinales no quisieron aceptar
aceptar
nuevas mitas y obligaron a los mineros
a contratar trabajadores libres.
La mina de Hualgayoc fue una explotación
mediana en la región de Cajamarca,
hoy provincia de Chota. En esta mina
todos los trabajadores fueron libres;
eran difíciles de conseguir y había intermediarios
que debían traer operarios a
la mina. Pocas veces se pagaban los salarios
completamente en dinero. En general,
el pago combinaba alimentos y
vestido con dinero contante y sonante.
Mucha agua ha pasado bajo el puente
y las condiciones del trabajo minero
han cambiado en forma sustancial.
Pero, la ubicación de las clases sociales
sigue siendo la misma, los mismos grupos
étnicos ocupan semejantes roles sociales.
Geográficamente, las minas están
situadas en los mismos escenarios
y son pobres. Nunca las minas han sido
bien queridas.

LOS MINEROS DE LA CERRO DE
PASCO,1900-1930
En 1901 se formó la Cerro de Pasco Investment
Company, con grandes capitales
provenientes de las finanzas norteamericanas.
Esta compañía compró y
desplazó a los capitalistas nacionales que
habían actuado en la región durante el
siglo XIX. Amplió el ferrocarril central,
extendiéndolo de La Oroya hasta
Cerro de Pasco, e instaló un gran complejo
metalúrgico, con muy moderna
tecnología, que, sin embargo, rápidamente
llenó de humos el valle del Mantaro.
Al iniciarse la I Guerra Mundial,
los productos mineros ya eran el 36%
de las exportaciones peruanas.
La Cerro era la principal empresa de
la sierra central y tenía características de
enclave. Importaba del exterior la mayor
parte de sus necesidades principales
y sus trabajadores vivían en campamentos,
aislados entre las montañas,
junto a las vetas.
En 1915 cambió de nombre por Cerro
de Pasco Cooper Corporation, hasta
ser expropiada por el Gral. Velasco
(años 70). Los ferrocarriles y las minas
alteraron la estructura agraria de la sierra
central y los campesinos, perdedores,
se tornaron muy pobres. Eran reclutados
por “enganchadores”. La Cerro no
quería que se formen sindicatos ni
que comiencen los reclamos. Los salarios
eran bajos y las condiciones de trabajo
duras.
La extrema movilidad de la mano de

obra, la sobre explotación y el aislamiento
de los campamentos fueron factores
determinantes del tipo de luchas obreras,
esporádicas, y se caracterizaba por
ascensos y descensos pronunciados,
hasta que las cosas empezaron a cambiar
durante la década de 1920, cuyo final
se dio la masacre de Malpaso.
Durante la segunda parte de esta década,
apareció en las minas una primera
generación de dirigentes obreros,
entre los que destacó Gamaniel Blanco.
Ellos organizaron los primeros sindicatos
que fueron fundamentales en la
organización primigenia de la clase obrera
peruana. Cabe anotar que a la sierra
central viajó un pequeño núcleo de activistas
conectados a la prédica de José
Carlos Mariátegui, la CGTP y el Partido
Socialista que fundara.
Las subsidiarias, como La Cerro de
Pasco, tenían que ajustar para transferir
capital a los EEUU. Ello significó despidos
masivos y reducción de salarios.
Ese ajuste empresarial provocó una gran
reacción laboral, pero dos masacres sellaron
la suerte de los trabajadores que
tenían una dirigencia vinculada al naciente
PCP. Los líderes obreros fueron
detenidos en el Frontón. La estructura
sindical fue desbaratada por la represión
y ni la clase obrera, ni sus líderes pudieron
participar de las elecciones de 1931.
Entre los 30 y los 50, el sector minero
sufrió un bache. Las circunstancias
no fueron tan propicias a la gran inversión
extranjera y, sin desaparecer la explotación
ni reducirse a cero, bajó el
interés. Durante los 30, la depresión
mundial explicó bajos precios y escasa
recuperación. Al llegar los 40, la II Guerra
Mundial complicó mucho a la minería
peruana. El gobierno de Manuel Prado
firmó un acuerdo integral con los
EEUU como parte de la colaboración al
esfuerzo de guerra de los aliados. Así, el
Perú congeló los precios de las materias
primas y la renta minera fue baja.
Recién durante el gobierno de Manuel
A. Odría se dieron nuevas políticas
para favorecer a la minería, mientras se
reprimió al sindicalismo. Esto, junto a
un nuevo ciclo de crecimiento económico
mundial y las tecnologías de “tajo
abierto”, devolvieron vigor a este sector,
realizándosela mina de Toquepala (Tacna)
y luego Cuajone (Moquegua) a cargo
de la Southern Peru Copper Corportation,
originalmente de capitales norteamericanos.

NACIONALIZACION Y PRIVATIZACION DE LA MINERIA
El gobierno del General Velasco
Alvarado, con el golpe de Octubre de
1968, produjo un cambio
fundamental (tierra y recursos) con la
Reforma Agraria y la nacionalización
del petróleo, la pesca industrial, la
electricidad, la telefonía, gran parte
de la minería, algunas industrias y
parte de la banca, dándole otro peso
al Estado.Y al final del Siglo, el
gobierno de Alberto Fujimori,
sostenido por una alianza de sectores
militares corruptos y grupos de poder
económico desde 1992, produjo un
proceso de privatizaciones -bajo el
escudo neoliberal y la Constitución
fraudulenta de 1993- que volvió a
reconcentrar la propiedad y la
riqueza en manos privadas y
extranjeras.
La minería vivió una fuerte
expansión con Fujimori alentada
por el crecimiento de la economía.
Privatizaron todos los denuncios
(con reservas probadas) y las
empresas mineras estatales
(Centromín Perú y Minero Perú). Ello,
con el alza de precios mundiales,
dejó una extraordinaria renta
minera en manos privadas y
extranjeras.
A su vez, promovió una legislación
con extraordinarios beneficios
tributarios para los inversionistas
mineros, mientras hizo del Ministerio
de Energía y Minas un instrumento
dócil al servicio de los intereses de las
grandes trasnacionales y sus socios
nacionales. Fujimori flexibilizó
radicalmente la legislación laboral y
desarticuló los mecanismos de
organización sindical y negociación
colectiva, permitiendo la extendida
presencia de contratas, subcontratas
y "servis". Funcionó el “cholo barato”.
Finalmente, impuso un manejo
medioambiental laxo y desarticulado,
que facilitó el arbitrario e
irresponsable manejo de diversas
empresas en este terreno.Toledo y
García, gobiernos que siguieron a
Fujimori, no cambiaron esta situación,
sino le dieron continuidad y, en
algunos casos, la empeoraron.

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