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viernes, 14 de septiembre de 2007

Estres



Síndrome de estrés post- vacacional: ¡El aterrizaje forzoso!

El 35 por ciento de los trabajadores españoles de entre 25 y 40 años padecerá el síndrome post-vacacional cuando termine sus vacaciones y tenga que volver al trabajo, según los expertos. Y la cifra aumenta año tras año, según el director de Programas Médicos de Sanitas, el doctor Ignacio Ferrando, que apunta a la insatisfacción laboral como principal causa.

Resumen
En los adultos el estrés pos-vacacional genera cansancio, ansiedad, irritabilidad y pérdida de concentración, desorientación. Es como si todo fuera a alta velocidad excepto uno mismo.


Según el psicólogo del USP Hospital de Marbella Antonio de Dios, estos síntomas no son una enfermedad ni un trastorno, "sino simplemente el precio que pagamos por el proceso que realiza nuestro organismo para volver a adaptarse a su ritmo de vida habitual".

El cambio de estilo de vida durante las vacaciones es muy profundo, en comparación con el estilo de vida durante el tiempo normal del resto del año.

En vacaciones, se hace más ejercicio físico, se cambian horarios de sueño, comidas, tipo de comidas y se da una ausencia de responsabilidades y rutinas. Todo esto constituye un conjunto de nuevos hábitos, o mejor dicho, ausencia de pautas y hábitos estables, al que el organismo normalmente no está acostumbrado. Al “encender motores”, regresando de repente a la responsabilidad, los horarios y tareas rutinarias, el organismo protesta.

La readaptación. Cómo tener un aterrizaje suave
El síndrome post-vacacional depende básicamente de la capacidad individual de readaptación al estilo de vida laboral una vez finalizado el periodo vacacional de descanso. Para hacer más dulce el aterrizaje en la rutina, conviene seguir unas pautas:

1. En lugar de disfrutar de todo el mes completo y seguido, conviene escalonar las vacaciones y dejarse algunos días libres en septiembre, aprovechando que aún se puede disfrutar del buen tiempo.

2. Es aconsejable regresar unos días antes de incorporarse al trabajo, dos o tres días antes a fin de readaptarse a la casa, la ciudad, los amigos, y la vida cotidiana.

3. Una vez incorporado a la rutina laboral, el siguiente paso es reanudar las relaciones con los compañeros de trabajo. Dejar un tiempo para el reencuentro y las conversaciones triviales, evitando la confrontación con los colegas problemáticos. Hay que aprender a ser más positivo y a tomarse las cosas con humor.

4. Una vez en el trabajo evite los ladrones de tiempo. Optimice el uso del tiempo y evite en lo posible hacer horas extras o llevarse trabajo a casa. Si puede hacerlo en cinco minutos, ¿por qué tarda diez?

5. El primer y segundo día procure no agobiarse con toda la pila de asuntos acumulados en su ausencia que le esperan. Evite asumir más tareas de las que se puedan finalizar. Eche un vistazo a lo que hay para usted y no empiece con nada “a la carrera”. Vaya entrando poco a poco en los asuntos.

6. Una vez en casa procure continuar haciendo algo de ejercicio regularmente y mantener una dieta equilibrada, lejos de los excesos del verano, en lugar de dejarlo de sopetón.

7. Reencontrase y charlar con amigos y parientes. Reserve unos momentos tras el trabajo para reunirse con “su gente”, por ejemplo, en cenas en común, o verse tras la jornada para tomar algo juntos.

8. Realice actividades relajantes como practicar yoga o meditación, escuchar música relajante o darse un buen masaje o lo que a usted más le guste.

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