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viernes, 23 de enero de 2009

Manager

Los días como manager

Tareas, responsabilidades, sensaciones y objetivos del nuevo cargo en Boca Juniors

En Argentina parece que el rol de manager es extraño. Sin embargo, cuando llegué a Francia en 1973 ya existía el director deportivo en el Stade de Reims y en el resto de los equipos. En esa época lo ejercían los ex jugadores a modo de gerentes, porque manejaban las finanzas, realizaban las contrataciones, además de ir a ver los partidos y manejar los desplazamientos, entre otras funciones.

Si bien cumplí este cargo en el París F.C, entre 1991 y 1992, estoy descubriendo el rol acá en mi país. Es completamente diferente a lo que uno está acostumbrado. Es decir, estar constantemente en contacto con un grupo humano, dirigir un equipo, inculcarle las ideas futbolísticas, darle un estilo.

En una semana normal, el técnico regresa a su casa a las 13:30. Puede aprovechar para ver a los equipos en videos, piensa cómo fue el trabajo del día, programa el trabajo del día siguiente. Pero en la semana es mucho menos cansador. Después llega el sábado, el domingo, y uno está con todos los sentidos por una causa: ganar.

Boca es Boca, no se puede comparar con mi experiencia en París F.C. En esa época sonaba mucho menos el celular. Y ojo que existía ¿eh? Pero el rol era completamente distinto. Otro ritmo de obligación. Hasta el '98 el hincha exigió, pero ahora nos pide mucho más y es lógico, porque se acostumbró a ganar títulos importantes y sabe que estamos capacitados para pelear lo que ellos desean. Sabemos muy bien lo que es Boca y estamos preparados para hacer nuestro trabajo conscientemente, profesionalmente, como se merece la institución.

Ahora los días son bastante cargados. Arranco a las 8 o las 9 de la mañana en Casa Amarilla, donde siempre tengo alguna reunión. Sobre todo en enero, me junto con empresarios que están interesados en comprar a uno, o traer a otro. También charlo con los dirigentes y con los entrenadores de las divisiones inferiores. Además, de vez en cuando tengo almuerzos en los que se presentan proyectos.

En enero y febrero uno trabaja mucho más. Y en los meses siguientes, uno trabaja para no equivocarse en julio y agosto. Por ejemplo, ahora estoy preparando la pretemporada de mitad de año. Viajes, amistosos, lugares de entrenamiento, para que al equipo no le falte nada. Para que tengan ganas de trabajar en un club correcto.

Digamos que en este rol hay que hablar lo justo y escuchar más. Todos vienen con la idea de hablar, entonces hay que escuchar. Escuchar y después tomar decisiones. Voy a tener que hacer uso de la paciencia. Hay cosas a las que no estoy acostumbrado. Para mí, la palabra es sagrada. Pero pareciera que para otros "la palabra ya no es más la palabra". No me siento cómodo con algunas situaciones, pero las voy a tener que vivir en su justa manera y darle la importancia que merecen.

Tengo el apoyo de Jorge Amor Ameal y de otros dirigentes cercanos, con los cuales trabajamos en equipo. Con el presidente hablo cotidianamente, para saber cómo transcurrió el día. Últimamente tratamos temas futbolísticos que están un poco trabados, pero seguramente van a llegar a buen puerto.

No puedo dejar la gestión económica de lado. Un peso es un peso, más en esta época de Boca Juniors, que no es la ideal. Pero no importa, sabemos que vamos a salir adelante, vamos a seguir en este desafío de poner a Boca arriba de todo, no sólo futbolísticamente, sino también económicamente, para que tenga la tranquilidad necesaria.

Es fundamental que el manager maneje el aspecto económico. Porque si voy a discutir algo, tengo que saber hasta dónde me da el cuero. Los compromisos hay que cumplirlos. Uno actuó de una manera en la vida y que cumpla una tarea diferente no hará que cambie la conducta que me acompañó durante casi 60 años. No tengo dudas: prefiero decir "no puedo" y a partir de ahí empezar a hablar. Porque si digo "Sí", hay que cumplir.

Con lo económico hay que conocer el techo y ser equilibrado. Por mas optimista que sea uno, no se puede arriesgar algo y después perjudicar a mucha gente. Hay que ser consciente, ese algo tiene que ser cercano a la realidad. No se puede estar supeditado a los avatares del azar.

Nosotros tenemos un equipo que viene de salir de campeón. Hay jugadores importantes que no pudieron aportar todo lo que pueden por lesiones, caso Palermo, Palacio, Paletta, Ibarra. Tenemos un grupo muy interesante, que nos obliga a ser protagonistas de vuelta.

No tuve la posibilidad de hablar mucho con los jugadores, porque justo me presenté el día que se iban a Tandil. Próximamente voy a viajar para charlar y conocerlos un poquito más en la actividad. Cuando vuelvan vamos a tener tiempo, también en los viajes y después de los entrenamientos. Es importante conocer las inquietudes de cada uno y saber si se los puede ayudar.

Con Carlos Ischia estamos continuamente al teléfono. Está con la ansiedad lógica de que se definan algunas situaciones. Hablamos del plantel, cómo está trabajando. La relación nuestra es cristalina. Cada uno cumple el rol que tiene que cumplir. No van a lograr que yo me pelee con él por el fútbol. Lo que más deseo es que las cosas le vayan muy bien a Boca, porque así le va a ir muy bien a Carlos y me va a ir muy bien a mí. El año pasado hizo un "trabajazo", porque estuvo cerca en las competencias que no ganó y obtuvo otra merecidamente, con todos los avatares que sufrió el club. Esperemos que este año sea mejor.

Les voy a ser sinceros: a mí me da mucho placer vivir mi vida civil, porque le encuentro encantos. Con la edad uno va aprendiendo cuáles son las prioridades. Sí, me vuelvo loco por el fútbol, pero no me tengo que olvidar de esas otras cosas que son tan o más importantes como la familia, comer un asado, pasar una noche entre amigos. El fútbol nos dio mucho, le dimos mucho, pero todo tiene que estar en su justa medida. Por más que ahora me paso más tiempo en Casa Amarilla que en mi propia casa.

Yo me pongo a pensar: cuando estoy en casa, me miran con una cara como diciendo "está todo el día acá". Y la verdad es que yo me siento muy cómodo en casa y la culpa es de mi señora que afortunadamente construyó un hogar muy lindo. Salgo de mi casa cuando tengo la obligación, no soy de ir para un lado o para otro a perder el tiempo, buscando cómo llenar el tiempo. Yo lo lleno en casa. A veces pienso que tenían muchas ganas de que me vaya. Y ahora que me voy, y me paso más tiempo afuera, tengo la impresión de que me extrañan.

Así como hice con los equipos a los que dirigí, voy a tratar de imponer mi impronta, marcar mi estilo. Con el tiempo se sabrá si es efectivo. Eso sí, será un estilo honesto, más allá de lo que dice mucha gente. El hincha de Boca sabe que soy un profesional y por más que traten de ensuciarme, si en algo me he destacado es en ser lo más correcto posible.

Como les contaba anteriormente, en este nuevo rol me chocan algunas situaciones que, desgraciadamente, son de la vida cotidiana. Hay que tener buena conducta. Los compromisos hay que asumirlos. Estoy encontrando un mundo porque como DT no tenía tratativas con los empresarios, ni por el contrato de los jugadores. Cuando se mezcla el dinero, a veces algunos dejan los valores morales de lado, pero afortunadamente estoy bastante blindado en ese sentido.

Yo sé el problema financiero que tiene Boca, al 30 de junio de este año. Espero que dentro de tres años, cuando termine mi contrato, lo haya dividido por la mitad. Quiere decir que dentro de todo hice algo bueno. Yo lo veo desde ese lado, porque tengo que gestionar. Pero lo más importante es lograr títulos, ganar, que Boca siga teniendo la presencia que tuvo en los últimos 10 años en el fútbol argentino, sudamericano y mundial.

Los jugadores, el cuerpo técnico y nosotros sabemos muy bien dónde queremos estar en unos meses. Y vamos a hacer todo lo posible para estar ahí.

Felicidades.

Carlos Bianchi es el octavo goleador de la historia del fútbol mundial y el técnico que más títulos ganó en el fútbol argentino. Surgió como jugador en Vélez Sarsfield de su país, donde fue campeón en 1968, para luego destacarse en distintos clubes de Francia. Allí inició su carrera como técnico, antes de volver a la Argentina para ganar 15 títulos locales e internacionales, seis con Vélez y nueve con Boca Juniors. También dirigió a la Roma de Italia y al Atlético de Madrid de España y es eterno candidato a conducir a la Selección Argentina. Ha escrito para diversos medios de prensa y también se ha desempeñado como comentarista televisivo en distintos canales de Latinoamérica y del mundo.

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