Nadal

Las 10 armas del tenista 10

El mallorquín conquista la cima al imponerse en Roland Garros, Wimbledon y los Juegos Olímpicos

Sopla el frío de octubre y 10.000 espectadores llenan el Rockódromo de Madrid. Truena un vídeo con las mejores victorias de Rafa Nadal, que espera para recibir el trofeo de número uno del tenis. No está solo. Le acompaña una leyenda. Codo con codo, Nadal y Manolo Santana miran a la pantalla gigante. "Nos emocionamos", dice el madrileño; "antes, Rafa me decía: 'Manolo, no estoy acostumbrado a la hierba. Me caigo mucho'. Y yo le contestaba: '¡Yo me caía más!". Nadal ya no se resbala. Ha cerrado un año irrepetible con triunfos en Roland Garros, Wimbledon, la Copa Davis -una lesión le privó de la final- y los Juegos Olímpicos. Arranca el próximo en Nochevieja. Y sigue trabajando para mejorar. Éstas son las 10 armas del tenista 10.

1. Un instinto "que se sale de la tabla". "Rafa valora cada tanto, cada punto, en sí mismo", resume Emilio Sánchez Vicario, que durante años compartió silla con él en la Davis. "Por eso, se vuelve a veces demasiado conservador, estable, para no dar ventajas ni demostrar debilidad. Luego, asume riesgos y es muy agresivo en los puntos importantes. Eso desorienta a los contrarios", continúa; "Rafa localiza bien los puntos importantes, que están ahí sueltos por el partido. En eso se sale de la tabla. Es el que mejor lo hace. Cuando le fuerzan, se pasa el partido tirando bolas al medio, metiéndolas como puede, buscando no regalar nada. Y, de repente, vuelve a ser agresivo. Es un ganador nato que adapta su juego para conseguir su objetivo: la victoria".

- 2. El don del resto. "Hay una cosa clara", dice Manuel Orantes, campeón del Open de Estados Unidos en 1975: "Con los saques de hoy, con su potencia y velocidad, no se puede restar sin una visión especial o un don. Rafa tiene cualidades innatas".

Nadal, dicen las estadísticas, es el tenista que más puntos gana restando primeros (34%) y segundos saques (55%), además del que más juegos vence al resto (33%). "Es rápido y resta con buena mano", abunda Orantes; "en eso basa su juego: en anticiparse. Por eso es difícil dominarle. No le importa restar desde atrás porque pega con bola alta y tiene rapidez para cerrar la pista y recuperar la posición. Tiene un resto agresivo, pero no definitivo: es parte de una estrategia para ir minando al contrario".

- 3. Concentración contra la soledad del 'número uno'. "Sólo hay un número uno y Rafa va a luchar para mantenerlo", dice Andrés Gimeno, campeón de Roland Garros en 1972; "hay una presión increíble. ¡Hay gente que prefiere ser el 20º! No basta con querer ser el mejor. Hay que desearlo. Y luego está la soledad del puesto. Hay un millón de tenistas pensando en ganarte y tú lo sabes cada día al levantarte. Eso pesa como una losa. [Rod] Laver y [Ken] Roswell, a los que conocí bien, lo sufrieron mucho".

Nadal luchó durante tres años por destronar a Roger Federer. La persecución, según su entorno, amenazó con agotarle mentalmente. No ocurrió. Ahora le aguarda la prueba del número uno. De su concentración depende todo. "Debe relajarse y disfrutar, no meterse más presión pensando en mantener el puesto", le recomienda Juan Carlos Ferrero, que también lo ocupó (2003).

- 4. Una derecha "que deja sentados a los rivales". Sergi Bruguera, doble campeón (1993 y 1994) de Roland Garros, habla casi en términos taurinos. "Dañina, fuerte y noble". Así, dice, es la derecha del número uno: "Ha conseguido combinar la derecha pesada de antes, la de top spin [efecto curvado], que ya no tiene nadie, con tirar ángulos y golpes ganadores, ese tiro recto de ahora, que es muy fuerte, pero noble".

"Tácticamente", cuenta, "la juega muy bien siempre. Hace daño. No le condicionan ni la pista ni las pelotas. A mí me costaba mucho hacer daño cuando la pista era lenta o pesada. Necesitaba que fuera muy rápida para dejar sentado a alguien igual que hace él. Su derecha es extraordinaria. Con ella tiene todos los tiros, no sólo un ángulo preferido. Tira hacia fuera y hacia dentro, varía, cambia la altura, la velocidad de las pelotas...".

- 5. El redescubrimiento de la red. "Rafa iba antes a la red para dar la mano al contrario", resume Santana; "ahora tiene más confianza". "Los zurdos", explica, "cruzan la volea de forma natural desde su lado. Sólo hay que ver a Feliciano [López]. Rafa, sin embargo, debe mejorarla con su derecha. Volea sin dificultades las bolas altas, pero aún no tiene la potencia de Federer para meter un trallazo cuando le viene baja. Le cuesta terminar el golpe con fuerza. Debe cogerla más adelante, para que tenga salida el brazo, y mejorar la posición de los pies. Esto se aprende y ha mejorado bastante. Es listo. Si no, miren esa volea cruzadita con efecto para que se salga de la pista!".

- 6. "Muy difícil de noquear". "Rafa tiene mucha potencia muscular y una capacidad de sufrimiento que no tiene nadie", se maravilla José Luis Arilla, inseparable de Santana en la Davis; "consigue desesperar al contrario yendo de lado a lado, como explotando. Necesita hacerlo así porque juega un poco más atrás de la línea de fondo y debe recuperar la posición. En esto hay dos estilos: anticipación, como [André] Agassi y [John] McEnroe, que jugaban dos o tres metros dentro de la pista y llegaban a la bola en dos pasos, o lo de Rafa, que necesita tres o cuatro. Es único porque a eso suma su fuerza mental y que no sólo llega a la pelota, sino que la devuelve fuerte y colocada. Es muy difícil noquearle".

- 7. El espejo de Laver, Roche e Ivanisevic. "¿Se ve sacando alguna vez a 230 kilómetros por hora?", le preguntan a Nadal. "No. A 230, no. Uno, con estas cosas, nace", responde. Enero de 2007. El mallorquín busca mejoras. Muchas cosas han cambiado desde entonces. Nadal, dice Santana, se mira ya en el espejo de [Tony] Roche, Laver y [Goran] Ivanisevic.

"Antes, simplemente, ponía la bola en juego", dice el ex campeón. "Al ser zurdo, le costaba mucho abrir el ángulo sacando sobre la derecha de la pista. Ahora lo logra con regularidad y fuerza. Roche, Laver e Ivanisevic tenían ese saque", prosigue; "si pudiera conseguir más velocidad... Con el segundo, además, no terminaba el golpe lo suficiente. La dejaba corta y le pegaban un palo. ¡Pero mejora día a día!". Y tanto: es el que más puntos gana con su segundo saque (60%) y el segundo que más primeros mete (69%).

Sigue Santana describiendo los trucos del saque zurdo: "Obliga a que el resto se juegue como un paralelo. Desplaza al rival hacia la silla del árbitro forzándole a jugar contra su derecha. Y los machaca porque lo hace impecable".

- 8. Un revés "muy mejorado". "Era la zona en la que más le atacaban", argumenta Albert Costa, nuevo capitán de la Davis; "ahora tiene toda la gama de golpes: cortado, liftado, en paralelo, abriendo pista con un cruzado... En el último año lo ha mejorado muchísimo y eso ha dado mucha seguridad y estabilidad a su juego. Ataca igual que se defiende. Mezcla el cortado para obligar al rival a jugar por debajo y recuperar espacios en la pista... Es lo que más ha mejorado".

- 9. Adaptación hasta a las balas de hielo. "En Wimbledon, si competías en la pista central o en la 1, te sacaban las bolas de una nevera", dice Gimeno; "¡estaban heladas, eran balines! No te podías quedar atrás. Había que sacar y volear. Ahora hay más intercambios. Te puedes quedar en el fondo porque las bolas no son tan rápidas". ¿Qué más cosas han convertido a Nadal en el primer español todoterreno?: "Lo más significativo es su adaptación a la hierba, sobre la que sólo juegan bien los privilegiados. Ya no tiene miedo a irse a la red a acabar los puntos. El cambio le ha hecho mejorar en todas las superficies. Técnicamente, no le veo defectos en ninguna".

- 10. Un calendario medido al milímetro. "El problema", reflexiona Gimeno, "es que en el circuito impera el cemento, que casca las articulaciones. Duelen la espalda, los tobillos, las rodillas. Pero, si quieres ser el mejor, tienes que adaptarte a eso".

Todos los ex tenistas consultados apuntan al diseño del calendario de Nadal como una de las decisiones clave de 2009. Se trata de evitar lesiones en el tenista que más partidos jugó en 2008 (111). "Es peligroso", concluye Arilla; "puede acarrearte lesiones. ¡Todos tenemos un recorrido! ¡Lo suyo es... acojonante, impresionante! ¿Cómo se puede hacer ese esfuerzo desde tan tierna edad? Eso se acumula, aunque, con sus facultades, nunca se sabe".