Pirlo: "Se lo debo todo a Mazzone y Ancelotti"
A sus 29 años, Andrea Pirlo es ya un avezado veterano de la Serie A. El Architetto (arquitecto), como se le apoda, suma 303 encuentros en la elite italiana -213 de ellos con la camiseta del AC Milán- y 77 en la Liga de Campeones de la UEFA.
Después de estrenarse de forma precoz en el Brescia, el 21 de mayo de 1995 -con sólo 16 años-, Pirlo pasó por otras dos entidades (Inter y Reggina) antes de recalar en el AC Milán en 2001.
Desde entonces, su palmarés no ha dejado de aumentar. Con su club, ganó la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2007, dos Ligas de Campeones de la UEFA (2003 y 2007), dos Supercopas de Europa (2003 y 2007), un Scudetto (2004), una Supercopa de Italia (2004) y una Copa de Italia (2003). Representando a la selección italiana, cuyos colores viste desde la categoría sub-15, alzó la Copa Mundial de la FIFA 2006, se proclamó campeón de Europa sub-21 en 2000 y obtuvo la medalla de bronce en el Torneo Olímpico de Fútbol Masculino Atenas 2004... FIFA.com ha podido entrevistar en exclusiva al cerebro de los Rossoneri en el famoso centro de Milanello.
Usted disputó su primer partido de la Serie A dos días después de cumplir los 16 años. ¿Qué recuerdo conserva de aquel momento?
Estaba muy emocionado. Pero no me impuse ninguna presión especial, porque sabía que vendrían más partidos. Curtirse en clubes considerados de cantera o en equipos de la zona media de la tabla son etapas importantes para los jóvenes. Te permiten jugar regularmente y acumular una experiencia muy valiosa a esas edades.
Por aquel entonces usted actuaba de número 10. Carlo Mazzone, y luego Carlo Ancelotti, lo situaron más atrás. ¿Cómo ha influido ese cambio en su carrera?
El nuevo puesto me entusiasmó. Yo ya me descolgaba de forma natural para ir a buscar el balón, así que la adaptación fue rápida. Me permite estar en el centro del juego. Ahora tengo que decir que se lo debo todo a Carlo Mazzone y a Carlo Ancelotti, los dos entrenadores más importantes con los que he trabajado. Con Ancelotti he podido desplegar todo mi potencial en esta función, porque confió en mí a pesar de disponer de jugadores mucho más experimentados.
Un Scudetto, dos Ligas de Campeones, dos Supercopas de la UEFA, una Copa Mundial de Clubes de la FIFA... Después de conquistar tantos títulos con su club, ¿qué espera aún del fútbol?
Tengo ganas de conseguir más trofeos. El fútbol es un deporte en el que siempre hay que querer divertirse, mejorar y ganar. Los títulos se ponen en juego cada año, y a nosotros nos corresponde ir a buscarlos. En el Milán me siento como en casa, en el club más importante del mundo. No me interesa ir a otro sitio, porque aquí ya lo tengo todo.
Precisamente, ¿cuáles son las diferencias fundamentales entre el AC Milán y el Inter?
El Inter de mi época (1998/99 y 2000/enero de 2001) era un equipo que se buscaba a sí mismo, con numerosos cambios, y sobre todo con entrenadores destituidos, mientras que el AC Milán siempre ha sido un club modelo, por sus trofeos y por su organización. Cuando yo jugaba allí, era evidente que el Inter todavía no estaba listo para ponerse al nivel del Milán.
Hablemos un poco del combinado nacional. ¿Qué opinión le merece el inicio de campaña de la Squadra Azzurra en la competición preliminar para la Copa Mundial de la FIFA 2010?
Hemos empezado con buen pie, cosechando victorias importantes. Ahora mismo somos primeros, y vamos a intentar conservar este puesto y clasificarnos así directamente para Sudáfrica.
¿En qué se diferencian la Italia de Marcello Lippi de 2006 y la de 2010?
El grupo de 2006 era un gran equipo, formado por futbolistas que han logrado consolidarse al más alto nivel. El de 2010 camina un poco más hacia lo desconocido. Todavía no podemos juzgarlo, aunque ya comienza a construirse, a hacer cosas positivas, principalmente gracias al entusiasmo generado por el regreso de Lippi. Debemos conservar el mismo afán que en 2006 y, sobre todo, el mismo objetivo. Y más aun cuando todos tenemos ganas de hacer olvidar el fracaso de la última Eurocopa.
Usted marca muchos goles en lanzamientos de falta. ¿Cuál es su secreto?
Siempre veía las cintas de los más grandes campeones. Luego tuve la suerte de conocer de cerca a uno, Roberto Baggio, quien me dio varios consejos muy valiosos. Por último, me hizo falta -sobre todo- un don natural, y mucho entrenamiento.
Actualmente, ¿cuál es su opinión general acerca del fútbol?
Ha evolucionado mucho. Todos los equipos están organizados, y son competitivos. Ya no existen rivales débiles, derrotas por cinco o seis goles en cada partido, como veíamos hace algunos años. Debemos estar constantemente concentrados, y al 100%. De lo contrario, la sorpresa está garantizada.
Visto desde fuera, parece usted muy serio. ¿Quién es Andrea Pirlo en realidad?
Me gusta meterme con la gente, bromear y divertirme. Las personas que no me conocen, o que me conocen poco, pueden pensar lo contrario, porque todavía no han aprendido a conocerme, o porque yo no siempre les haya dado mi confianza. Luego, con el tiempo, llegan a comprender quién soy (un directivo del Milán añade sonriendo: "un loco"). Pero en el Milán, está claro que el más bromista de todos es Gennaro Gattuso.
¿Qué aficiones tiene?
Me gusta estar con la familia, con mi mujer y mis hijos. Pero en las concentraciones, juego a videojuegos de fútbol con Alessandro Nesta. Yo siempre elijo al Milan, Nesta a otro equipo. Pero el verdadero Pirlo es inimitable, incluso en una consola (ríe).
Por último, ¿hemos olvidado algo de lo que le habría gustado hablar?
Discúlpenme, pero no soy muy hablador... Incluso tengo la sensación de haber dicho ya demasiado (ríe).
A sus 29 años, Andrea Pirlo es ya un avezado veterano de la Serie A. El Architetto (arquitecto), como se le apoda, suma 303 encuentros en la elite italiana -213 de ellos con la camiseta del AC Milán- y 77 en la Liga de Campeones de la UEFA.
Después de estrenarse de forma precoz en el Brescia, el 21 de mayo de 1995 -con sólo 16 años-, Pirlo pasó por otras dos entidades (Inter y Reggina) antes de recalar en el AC Milán en 2001.
Desde entonces, su palmarés no ha dejado de aumentar. Con su club, ganó la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2007, dos Ligas de Campeones de la UEFA (2003 y 2007), dos Supercopas de Europa (2003 y 2007), un Scudetto (2004), una Supercopa de Italia (2004) y una Copa de Italia (2003). Representando a la selección italiana, cuyos colores viste desde la categoría sub-15, alzó la Copa Mundial de la FIFA 2006, se proclamó campeón de Europa sub-21 en 2000 y obtuvo la medalla de bronce en el Torneo Olímpico de Fútbol Masculino Atenas 2004... FIFA.com ha podido entrevistar en exclusiva al cerebro de los Rossoneri en el famoso centro de Milanello.
Usted disputó su primer partido de la Serie A dos días después de cumplir los 16 años. ¿Qué recuerdo conserva de aquel momento?
Estaba muy emocionado. Pero no me impuse ninguna presión especial, porque sabía que vendrían más partidos. Curtirse en clubes considerados de cantera o en equipos de la zona media de la tabla son etapas importantes para los jóvenes. Te permiten jugar regularmente y acumular una experiencia muy valiosa a esas edades.
Por aquel entonces usted actuaba de número 10. Carlo Mazzone, y luego Carlo Ancelotti, lo situaron más atrás. ¿Cómo ha influido ese cambio en su carrera?
El nuevo puesto me entusiasmó. Yo ya me descolgaba de forma natural para ir a buscar el balón, así que la adaptación fue rápida. Me permite estar en el centro del juego. Ahora tengo que decir que se lo debo todo a Carlo Mazzone y a Carlo Ancelotti, los dos entrenadores más importantes con los que he trabajado. Con Ancelotti he podido desplegar todo mi potencial en esta función, porque confió en mí a pesar de disponer de jugadores mucho más experimentados.
Un Scudetto, dos Ligas de Campeones, dos Supercopas de la UEFA, una Copa Mundial de Clubes de la FIFA... Después de conquistar tantos títulos con su club, ¿qué espera aún del fútbol?
Tengo ganas de conseguir más trofeos. El fútbol es un deporte en el que siempre hay que querer divertirse, mejorar y ganar. Los títulos se ponen en juego cada año, y a nosotros nos corresponde ir a buscarlos. En el Milán me siento como en casa, en el club más importante del mundo. No me interesa ir a otro sitio, porque aquí ya lo tengo todo.
Precisamente, ¿cuáles son las diferencias fundamentales entre el AC Milán y el Inter?
El Inter de mi época (1998/99 y 2000/enero de 2001) era un equipo que se buscaba a sí mismo, con numerosos cambios, y sobre todo con entrenadores destituidos, mientras que el AC Milán siempre ha sido un club modelo, por sus trofeos y por su organización. Cuando yo jugaba allí, era evidente que el Inter todavía no estaba listo para ponerse al nivel del Milán.
Hablemos un poco del combinado nacional. ¿Qué opinión le merece el inicio de campaña de la Squadra Azzurra en la competición preliminar para la Copa Mundial de la FIFA 2010?
Hemos empezado con buen pie, cosechando victorias importantes. Ahora mismo somos primeros, y vamos a intentar conservar este puesto y clasificarnos así directamente para Sudáfrica.
¿En qué se diferencian la Italia de Marcello Lippi de 2006 y la de 2010?
El grupo de 2006 era un gran equipo, formado por futbolistas que han logrado consolidarse al más alto nivel. El de 2010 camina un poco más hacia lo desconocido. Todavía no podemos juzgarlo, aunque ya comienza a construirse, a hacer cosas positivas, principalmente gracias al entusiasmo generado por el regreso de Lippi. Debemos conservar el mismo afán que en 2006 y, sobre todo, el mismo objetivo. Y más aun cuando todos tenemos ganas de hacer olvidar el fracaso de la última Eurocopa.
Usted marca muchos goles en lanzamientos de falta. ¿Cuál es su secreto?
Siempre veía las cintas de los más grandes campeones. Luego tuve la suerte de conocer de cerca a uno, Roberto Baggio, quien me dio varios consejos muy valiosos. Por último, me hizo falta -sobre todo- un don natural, y mucho entrenamiento.
Actualmente, ¿cuál es su opinión general acerca del fútbol?
Ha evolucionado mucho. Todos los equipos están organizados, y son competitivos. Ya no existen rivales débiles, derrotas por cinco o seis goles en cada partido, como veíamos hace algunos años. Debemos estar constantemente concentrados, y al 100%. De lo contrario, la sorpresa está garantizada.
Visto desde fuera, parece usted muy serio. ¿Quién es Andrea Pirlo en realidad?
Me gusta meterme con la gente, bromear y divertirme. Las personas que no me conocen, o que me conocen poco, pueden pensar lo contrario, porque todavía no han aprendido a conocerme, o porque yo no siempre les haya dado mi confianza. Luego, con el tiempo, llegan a comprender quién soy (un directivo del Milán añade sonriendo: "un loco"). Pero en el Milán, está claro que el más bromista de todos es Gennaro Gattuso.
¿Qué aficiones tiene?
Me gusta estar con la familia, con mi mujer y mis hijos. Pero en las concentraciones, juego a videojuegos de fútbol con Alessandro Nesta. Yo siempre elijo al Milan, Nesta a otro equipo. Pero el verdadero Pirlo es inimitable, incluso en una consola (ríe).
Por último, ¿hemos olvidado algo de lo que le habría gustado hablar?
Discúlpenme, pero no soy muy hablador... Incluso tengo la sensación de haber dicho ya demasiado (ríe).
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