El otro deporte que levanta pasiones en Brasil
BBC Mundo - martes, 10 de marzo de 2015
¿Sabes cuál es la entrada más buscada por los
brasileños para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016?
Sería lógico pensar que se trata de la final de
los 100 metros planos con Usain Bolt buscando su tercer oro olímpico o, en su
defecto, la final del torneo de fútbol, título que ni Neymar ni todos los
jugadores en la historia de la canarinha han podido conseguir.
Pero no son ninguno de estos eventos.
El deporte que más solicitudes de boletos ha
tenido en Brasil, y por un margen considerable, es voleibol.
La selección femenina ganó la medalla de oro en
Pekín 2008 y Londres 2012.
Tan solo dos semanas después desde que se abrió
la inscripción para el primero sorteo de entradas para los Juegos Olímpicos,
200.000 brasileños se han registrado con el deseo de poder presenciar su
deporte favorito.
27% de esas solicitudes colocaron voleibol como
primer opción, mientras que fútbol se mantienen en un distante segundo lugar
con un 21,9%.
En tercer y cuarto puesto se encuentran la
natación con un 21% de inscritos y el atletismo con un 20,6%.
Las máximas estrellas de voleibol son de los
deportistas mejor pagados en Brasil. Dante firmó un contrato por US$510.000 al
año.
Y eso que las entradas para los partidos de
voleibol se encuentran entre las más caras de los juegos, junto a las de
natación y atletismo.
Un boleto para la final cuesta entre US$120 y
US$420, similar a la final de los 100 metros planos, el que tradicionalmente ha
sido el evento estrella en la historia de los Juegos Olímpicos.
¿Por qué hay tanta afición?
El voleibol, en su versión más común, tiene
todos los ingredientes que fascinan a los brasileños.
Mucha acción, emoción, drama, atractivas
personalidades, súper atletas que se transforman en modelos, inversión y,
sobretodo, títulos.
La selección masculina ganó ocho títulos en la
Liga Mundial de voleibol entre 2000 y 2010, y suma dos oros olímpicos en 1992 y
2004.
Desde que el equipo masculino venció a la Unión
Soviética en 1982, la popularidad del deporte ha ido en un continúo ascenso.
Tras ese triunfo, Brasil disputó una especie de
revancha contra el combinado soviético en un amistoso jugado en el estadio
Maracaná, el templo del fútbol, que atrajo a 95.887 espectadores, el mayor
aforo jamás conseguido en la historia del voleibol.
Además de jugadora profesional, Jaqueline
Carvalho es una codiciada modelo.
El crecimiento ha estado acompañado por buenos
resultados, tanto en maculino como femenino, lo que ha hecho que la afición por
el deporte trascienda su hábitat natural en el sur de Brasil y se extienda
hacia las zonas más pobres del norte del país.
En femenino, Brasil conquistó el oro olímpico
en los dos últimos Juegos Olímpicos, mientras que en masculino sumó ocho
títulos en la Liga Mundial de voleibol entre 2000 y 2010.
Pero cuando las expectativas son tan altas, más
fuerte puede ser la caída.
El equipo maculino dejó escapar una ventaja de
dos sets para perder contra Rusia en Londres 2012 y ninguna de las dos
selecciones pudieron subir a lo más alto del podio en los mundiales de Voleibol
en 2014.
La sede de voleibol durante los Juegos
Olímpicos se está construyendo junto al estadio Maracaná y tendrá aforo para
12.000 espectadores.
De no colgarse la medalla dorada en Río 2016
muchos aficionados lo verían como una catástrofe, semejante para algunos a la
decepción vivida en el pasado mundial de fútbol.
"Hay mucha presión, pero es
positiva", aseguró la capitana Fabiana Claudinho. "Queremos ganar en
nuestra casa, y si los hombres también ganan, ¿te puedes imaginar la
fiesta?", dijo pensativa a la BBC.
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