Los tuits que arruinaron vidas
BBC Mundo - jueves, 12 de marzo de 2015
No importaron sus múltiples disculpas. Una vez
que se convirtió en el trending topic mundial número uno en Twitter, no había
nada que Justine Sacco pudiera hacer.
En diciembre de 2013, la relacionista pública
de 30 años esperaba en el aeropuerto londinense de Heathrow por la conexión de
un vuelo que la llevaría a Cape Town, Sudáfrica.
Poco antes de abordar, compartió un tuit con
sus 170 seguidores: "Voy a África. Espero no contagiarme con VIH. Estoy
bromeando. Soy blanca".
Nunca imaginó las consecuencias que traería lo
que posteriormente describió como un chiste, a propósito de la burbuja en la
que viven los estadounidenses con respecto a lo que ocurre en países en vías de
desarrollo.
La historia de Sacco es una de las varias
referidas por el escritor galés Jon Ronson en su libro "So You’ve Been
Publicly Shamed", que se puede traducir como "Entonces te
avergonzaron públicamente".
Revuelo inesperado
El autor habló con la BBC acerca de la
publicación.
"Cuando conocí a Sacco, estaba confundida,
molesta. Tras lo ocurrido, no dormía, se despertaba en medio de la noche sin
saber quién era, sentía que su vida no tenía propósito. Hasta ese momento había
tenido una carrera exitosa, lo que la hacía feliz. Pero esa satisfacción se la
quitaron. Y la gente se alegraba por eso", recuerda Ronson.
Hasta el millonario estadounidense Donald Trump
se refirió al incidente: "¿Qué rayos estás haciendo? ¿Estás loca? ¡No es
agradable ni justo! Apoyaré a @AidForAfrica (AyudaParaAfrica). Justine está
despedida", tuiteó Trump a las 11.13 pm el 22 de diciembre de 2013.
@brainclouds comentaba, usando el hashtag
#hasJustineLandedYet (YaAterrizóJustine), "Es impresionante ver como
alguien se autodestruye sin ni siquiera saberlo".
El revuelo se inició mientras Sacco estaba en
el avión, así que en un principio no tenía ni idea de lo que ocurría. Poco
después fue despedida.
IAC, la compañía de medios e internet para la
que trabajaba, hizo el anuncio públicamente a través de un tuit: "Este es
un asunto muy serio para nosotros. Ya no tenemos relación con la empleada en
cuestión".
Ataques misóginos
"En el caso de Sacco, hubo todo tipo de
comentarios, pero muchísimos fueron misóginos. Suele ocurrir con frecuencia
cuando se trata de una mujer", señala Ronson.
Adria Richards también lo vivió en carne
propia.
En marzo de 2013, se encontraba en una
conferencia para programadores organizada en Santa Clara, California, Estados
Unidos.
En la fila de atrás estaba Hank, quien casi
susurrando le hizo un comentario de tipo sexual a un colega que estaba sentado
justo a su lado, fue una especie de juego de palabras utilizando términos de la
jerga informática.
Richards se volteó y le tomó una foto a Hank.
Acto seguido, compartió con sus más de 9.000 seguidores la imagen y un tuit en
el que se refería al comentario, añadiendo que no era para nada agradable.
Ambos fueron despedidos. Pero en Twitter, fue
Richards quien se llevó la peor parte.
"Fue sometida a una campaña de acoso
terrible a través de internet. La empezaron a bombardear con amenazas de
violación y de muerte, hubo incluso quien hizo pública su dirección incluyendo
la foto de una mujer decapitada que tenía la boca cubierta de cinta
adhesiva", comenta Ronson.
Los comentarios sexuales que recibió son
demasiado vulgares para reproducirlos.
Richards sigue sin conseguir trabajo y todavía
es víctima de ataques anónimos a través de internet.
Entre tumbas
Una foto fue lo que puso en aprietos a Lindsey
Stone, de 32 años. Estaba con una compañera de trabajo en el Cementerio
Nacional de Arlington, en Virginia, EE.UU, y decidió tomarse una foto en la
tumba del soldado desconocido, justo al lado de un letrero que pedía
"silencio y respeto".
A ambas les pareció genial que Stone apareciera
en la imagen pretendiendo gritar y haciendo una seña vulgar con el dedo medio.
Era parte de una broma entre ambas. Solían
tomarse fotos junto a letreros desobedeciendo la instrucción del mismo. Por
ejemplo, fumando justo frente a uno que prohibía fumar en ese lugar.
La ira en la red se desató un mes después,
cuando alguien se tropezó con la foto. Se creó una página muy popular en
Facebook llamada "Despidan a Lindsey Stone".
Al día siguiente, había cámaras de televisión
frente a su casa. También fue despedida.
El año que siguió al incidente apenas y salió
de su casa, estaba deprimida y sufría de insomnio. Según le contó a Ronson, no
quería que nadie la viera y no quería ver a nadie.
Y todo lo causó una foto en Twitter.
No hay comentarios:
Publicar un comentario