Grecia puede enseñarle al mundo una lección muy
necesaria
Forbes - martes, 17 de marzo de 2015
Las autoridades griegas están a tiempo de
mostrarle al mundo –y a Alemania– que son capaces de recuperarse. Sólo
necesitan un poco de valor.
ESTIMADOS PRIMER MINISTRO Tsipras y Ministro de
Finanzas Varoufakis:
Puede que hayan ganado un aplazamiento de
cuatro meses frente a sus acreedores, pero su situación es desesperada, y todo
el mundo lo sabe, especialmente los tesoreros de Europa: los alemanes. Como
ustedes acaban de aprender por la vía más dolorosa, su capacidad para
chantajear a sus acreedores es de sólo una fracción de lo que una vez fue. Las
empresas, los bancos y otros han tenido suficiente tiempo para prepararse para
el peor de los casos: la salida de Grecia de la zona euro. Sus propios
ciudadanos no tienen fe en ustedes, como lo demuestran los masivos retiros de
efectivo de los bancos griegos y el éxodo de capitales de Grecia hacia paraísos
supuestamente más seguros.
Ustedes tienen razón en su argumento de no
elevar el ya de por sí horrible IVA de 23% de Grecia. Y tienen razón cuando
dicen que el programa actual no está funcionando. Pero sus ideas –mayores impuestos
para los “ricos”, más burócratas, prácticamente cero privatización y salarios
mínimos más altos– son peores.
Si son serios sobre sus intenciones de salvar a
su país y rescatar a su pueblo de una catástrofe económica aún más terrible,
hay algunos pasos básicos que deben tomar para promover rápidamente el
crecimiento económico, al tiempo que les daría la invaluable oportunidad
política de indicarle a la troika (el FMI, el BCE y la UE, es decir, los
alemanes) en qué punto exacto del camino deben bajarse.
Después de todo, no hay razón para que la
economía de Grecia no pueda expandirse. Miren a sus vecinas Bulgaria, Albania
y, sí, Macedonia. Tienen problemas en abundancia, pero sus actuaciones son
estelares comparadas con la suya. Sus economías se han expandido en los últimos
años, mientras que la suya ha experimentado una terrible contracción. ¿Grecia
está condenada a ser el perpetuo
rezagado económico de la Unión Europea? No.
He aquí cómo pueden dejar de mendigar de una
vez por todas:
–Impuestos. Bulgaria y Macedonia tienen un
sistema de impuesto único del 10% sobre los ingresos personales. Adopten ese
modelo. Den un paso más: reduzcan su impuesto corporativo a 10%. Mientras estén
en ello, reduzcan su IVA a 15%, lo que demostrará su compromiso con los
oprimidos. En cuanto a su impuesto sobre la renta ridículamente alto (de 45%),
háganlo de 10% también.
Por supuesto, la troika y todos los demás
pondrán el grito en el cielo, argumentando que no pueden darse el lujo de hacer
eso. La respuesta griega debe ser que no pueden darse el lujo de no hacerlo. La
evasión fiscal en Grecia es endémica. Su horrible sistema fiscal es una de las
razones por las que Grecia tiene una gran economía informal. Para molestar a
los alemanes, citen el ejemplo de Rusia. Cuando Putin asumió el poder en 2000,
el sistema tributario de Rusia era aún más complicado y la corrupción
ensombrecía a la de Grecia. Putin lanzó todo por la borda y estableció un
impuesto fijo del 13% sobre los ingresos personales y recortó al resto de gravámenes.
Los ingresos se dispararon de inmediato debido a la facilidad de aplicación y a
un mayor crecimiento económico. (¡Ay!, ese fue el punto más alto en el gobierno
del presidente eterno ruso.)
Los impuestos son, a la vez, un respiro y una
carga. Al incrementar el precio de cosas buenas como el trabajo productivo, el
éxito y la asunción de riesgos, la carga se vuelve más pesada y obtendrán menos
de estas cosas. Los gobiernos no crean recursos, la gente lo hace.
–Privatización. He aquí una fuente fácil de
dinero que aligerará enormemente la presión sobre su presupuesto. Los gobiernos
anteriores han arrastrado los pies e incluso han estado dispuestos a completar
un censo de lo que el gobierno posee en realidad y de las personas que trabajan
para estas entidades. Esto es irresponsable en extremo. Y su gobierno ha
reducido drásticamente lo que sus predecesores hicieron de mala gana.
En 2011 asistí a una conferencia en Atenas,
cuyo objetivo fue discutir el futuro económico del país. Entre los asistentes
se encontraban funcionarios de Polonia que habían llevado a cabo numerosas
ventas de activos y empresas gubernamentales, que ascendieron a miles de
millones de euros. Con exasperación, estos funcionarios señalaron que el
gobierno de George Papandreu ni siquiera se reunió con ellos para discutir las
lecciones que Polonia había aprendido acerca de la forma correcta de
privatizar. Sus acreedores tienen derecho a negarse a continuar rescatando a
Grecia.
–Dejen de destrozar a los viejos residentes
griegos o a sus descendientes que quieren invertir en Grecia. El gobierno debe
dar la bienvenida a dichos inversionistas con los brazos abiertos, no con
sospechas. Además, debe instar a sus propios ciudadanos a no considerarse como
intrusos no deseados.
–Faciliten la apertura de nuevos negocios.
Grecia ha hecho algunos progresos que permiten a las personas crear empresas
legales, pero el proceso aún toma demasiado tiempo y ofrece oportunidades para
que los burócratas exijan el pago de regalías. Usen a Nueva Zelanda como su
modelo: toma sólo un par de clics solicitar la apertura de un nuevo negocio
allí.
En la misma línea, y algo crucial para que una
economía funcione correctamente, está el cumplimiento de los contratos. En esta
categoría, el Banco Mundial sitúa a Grecia como uno de los peores países del
mundo.
–Cambien las leyes laborales que asfixian la
creación de empleos. Las leyes sofocantes que ostensiblemente conservan empleos
al hacer que un despido sea caro y complicado, evitan que los negocios contraten
más personal o, igual de probable, alienten a las empresas a contratar a los
trabajadores fuera de los libros. Se han hecho algunos avances en este tema,
que ustedes perversamente desean deshacer. Los sindicatos se quejarán, pero una
economía colapsada con el desempleo en aumento no es una perspectiva agradable.
–Ni piensen en abandonar el euro. Sus dracmas
no tendrían, ni de cerca, el valor del papel en que estarían impresos. Los
griegos los evitarían, lo que dejaría al euro (y al dólar) como moneda de
facto. Tal medida destruiría lo que queda del sistema bancario de Grecia, y la
economía colapsaría, haciendo que los últimos tiempos, a pesar de duros, luzcan
como el paraíso.
Y, por el amor de Dios, no se cuelguen de
Chipre y confisquen los depósitos bancarios. En cuanto a los controles de
capital, si llevan a cabo las reformas aquí mencionadas, el capital llegará a
su deprimida economía.
Por desgracia, no es probable que ustedes
abracen estas medidas, especialmente las fiscales. Ni ustedes ni sus acreedores
parecen entender lo que permite a una economía prosperar. No están solos, la
confusión es global. Cuando Estados Unidos elija a un nuevo presidente en dos
años, esto va a cambiar, pero ya será demasiado tarde para salvar a Grecia de
más sufrimiento innecesario.
Por favor prueben a los escépticos que estaban
equivocados y resueltamente pongan a su país en camino de convertirse en el
Hong Kong/Singapur/Suiza del Mediterráneo.
El éxito sería su mejor venganza.
Atentamente,
Steve Forbes.
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