¿Cómo golpeará la desaceleración de China a
América Latina?
Forbes - lunes, 23 de marzo de 2015
China tuvo en 2014 el crecimiento más bajo en
los últimos 24 años. Con una relación comercial bilateral de 200,000 millones
de dólares, América Latina sufrirá el impacto de la “nueva normalidad”
económica del dragón.
La “nueva normalidad” es el lema económico de
China. La nación asiática ha asimilado que el crecimiento anual de doble dígito
no volverá, por lo que reorienta su economía de manufacturas e importaciones
hacia el mercado interno. Este proceso tendrá impactos colaterales en América
Latina, que juega un papel clave en materia de comercio con China.
Los vínculos comerciales entre China y
Latinoamérica son fuertes. En 2010, el valor del comercio bilateral se acercó a
200,000 millones de dólares (mdd), y durante la década pasada la región fue el
socio comercial más dinámico del país asiático, según datos de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Por ejemplo, entre 2000 y 2009, una cuarta
parte de las exportaciones de Chile tuvieron a China como destino; en el caso
de Perú alcanzó 15.4%; Brasil, 13.2%, y Cuba, 24.3%.
En el terreno de las importaciones, China
representó 11.9% de los envíos. En total, América Latina recibe 36.9% de sus
importaciones de la región Asia-Pacífico.
En esta nueva era hay una problemática de ‘dos
cabezas’ que afecta al entorno de los países que exportan a China: por un lado,
el fin del superciclo y caída de materias primas; por otro, su desaceleración,
explica Laura Iturbide Galindo, coordinadora de la Maestría en Economía y
Negocios de la Universidad Anáhuac, en entrevista.
“Todos los emergentes, incluyendo algunos
países de América Latina que dependen mucho del mercado chino, como Perú,
Argentina y Brasil, están sufriendo por esta desaceleración.”
En 2014, China tuvo el crecimiento más bajo en
24 años (7.4%). Iturbide piensa que, incluso, podría ser menor a la proyección
que el gobierno chino tiene para 2015.
Apuesta sin garantías
Pekín incumplirá su meta de crecimiento este
año. El primer ministro, Li Keqiang, anunció en marzo que China crecerá 7%. Las
estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial apuntan
a 7.1% y 6.8%, respectivamente.
El ritmo es relativamente nuevo: hasta 2010,
China crecía por encima de 10% (con excepción de 9.2% en 2008 y 9.6% en 2009),
mientras Estados Unidos y la Unión Europea continuaban en recesión por la
crisis financiera internacional.
“Esto es parte de un profundo cambio estructural
por el que está pasando la socioeconomía china, por lo menos en un lustro, de
reorientación del aparato productivo hacia el mercado interno”, explica Enrique
Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México, en entrevista
con Forbes México.
China está haciendo una apuesta de largo y
mediano plazo en segmentos de cadenas de valor, comenta el también catedrático
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Como muestra, basta ver
el desarrollo de firmas tecnológicas como ZTE, Huawei y Lenovo, que ya compiten
con sus contrapartes japonesas, europeas y estadounidenses en el mercado de
innovación tecnológica.
Pero “no hay garantías de estas apuestas ante
el rápido proceso de industrialización y reorientación hacia al mercado doméstico.
A diferencia de las exportaciones, no hay garantías de que esto vaya a resultar
efectivamente como están esperando las autoridades chinas”, dice Dussel, pues
la principal incertidumbre es que estos cambios generen entre 10 y 13 millones
de empleos anuales que la nación asiática requiere.
Además, otros gigantes reanudan la marcha. La
Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos prepara un cambio en su política
monetaria frente a un panorama de fortaleza económica, donde el desempleo bajó
a mínimos en 6 años (5.5%) durante febrero.
Así, mientras la tendencia estadounidense de
política monetaria se orienta al alza, los recortes a las tasas de interés, que
China está haciendo desde 2014, buscan que el dragón asiático no desacelere
más.
Coletazo en Latam
Si China decide concentrar sus esfuerzos en el
mercado interno, habrá momentos difíciles para América Latina, reconoce
Iturbide.
Por ello, la investigadora de la Universidad
Anáhuac recomienda que la región encuentre sus debilidades estructurales, las
corrija y trate de flexibilizar mercados, pues en un entorno de volatilidad en
los commodities y el precio del petróleo, “no hay más apuesta en una economía
que la productividad”.
Iturbide toma como ejemplo a Chile, que cuenta
con una política productiva eslabonada a industrias específicas, y no sólo de
múltiples ramos. El país sudamericano ha creado instituciones que direccionaron
los productos más importantes -como el salmón y el cobre- que Chile debía
apoyar.
Esta estrategia ha hecho que Chile proyecte un
crecimiento por encima del promedio de la región (3%), según la Cepal.
En el caso de México, los retos están en el
aprovechamiento de nichos de mercado del dragón. China se ha convertido en un
importador masivo a nivel global, explica Dussel. Muchos países, como Japón,
Corea del Sur y Alemania, están integrándose a la demanda china y hay países,
particularmente los latinoamericanos, que tienen enormes dificultades para
hacerlo, y México no es la excepción. “Uno de los pocos países en donde las
exportaciones de México cayeron en 2014 fue China.”
Las exportaciones a China a noviembre de 2014
se redujeron en 4.6%, según datos del estudio Monitor de la Manufactura
Mexicana, elaborado por el Centro de Estudios China-México de la UNAM.
Para que México comience a integrarse mejor,
Dussel Peters considera que la relación debe desconcentrarse del gobierno: ir
más allá de temas estrictamente de comercio e inversiones y hacer un análisis
conjunto del sector público, académico y, por supuesto, empresarial. Pero eso
no ha sucedido:
“Estamos muy descoordinados. No hay incentivos
claros por parte del sector público. Nos falta una base institucional y un
proceso de aprendizaje. No toda empresa tiene que partir de cero: Bimbo, Cemex,
Aeroméxico están invirtiendo en China. Ahí hay muchas experiencias, pero no
aprendemos como país.”
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