Olviden al dólar, ¡amen al oro!
Forbes - miércoles, 11 de marzo de
2015
Después de este auge de duración desconocida,
una crisis de divisas está garantizada y el dólar, será el protagonista.
Como sabe, los últimos meses ha prevalecido una
fortaleza del dólar que se ha acentuado en semanas recientes. Los 16 pesos
mexicanos por unidad están a la vuelta de la esquina, y no se ve hasta dónde
podría parar. En este espacio anticipamos desde el año pasado que los “sólidos
fundamentos” de la economía mexicana no eran tales. Debido a diversos factores
como la deuda creciente, el déficit público del gobierno no visto en décadas y
los números rojos de Banco de México en su balance general, entre otros, nuestra
divisa debía ser evitada. Quien tomó posiciones ahora celebra y llena sus
bolsillos. El resto, seguirá lamentando el no haberse posicionado a tiempo
contra la devaluación de nuestra moneda.
En fin, en este contexto no han dejado de
multiplicarse las voces de “expertos” que tratan de explicarnos que no es que
el peso esté débil, sino que es el dólar el que está ganando fuerza. De esto
último no hay ninguna duda. El Índice Dólar –que es calculado con base en su
tipo de cambio frente al euro, yen japonés, dólar canadiense, libra esterlina,
corona sueca y franco suizo–, se encuentra en niveles alrededor de 100 puntos,
no vistos desde 2003. En el gráfico siguiente (cortesía de Bloomberg) puede
apreciarse su subida desde mediados del año pasado.
Pese a lo anterior, se equivocan quienes buscan
justificación o consuelo para la divisa mexicana. Tanto el gobierno Federal
como el Banco de México (Banxico) no han hecho bien las cosas. Por desgracia,
el primero aunque ya anunció un recorte al gasto, la realidad es que resulta
insuficiente para balancear las finanzas públicas y, por si fuera poco, el
secretario de Hacienda, Luis Videgaray, dijo ya que bajar los impuestos está
descartado. Eso sí le daría impulso real a nuestra economía, pero no lo quieren
hacer porque implicaría que dejarán de derrochar el erario, un impensable.
Banxico por su parte, sigue dormido frente a
una realidad que le demanda una subida de su objetivo de tasa de interés
interbancaria a un día, a niveles muy por encima de la tasa inflacionaria. Para
quien dice que esto dañaría la “recuperación” en marcha, cabe responderle que
no hay tal recuperación, y que mantener las tasas a niveles mínimos históricos
no ha servido para impulsar el crecimiento, ni en México ni en el mundo. Lo
único que han conseguido los banqueros centrales con estas políticas es
expandir aún más los niveles de endeudamiento y que los ahorradores sean
aniquilados.
Una economía que destruye el ahorro, destruye
también capital y por tanto, está condenada no solo al estancamiento, sino a
caer en el hoyo negro de la depresión. Tratar de resolver un problema de exceso
de deuda, créditos, consumo e impresión monetaria con más de lo mismo, es
simplemente estúpido.
A propósito, como recordará, la Reserva Federal
(Fed) –banco central estadounidense, concluyó el año pasado su programa de
“flexibilización cuantitativa” (QE por sus siglas en inglés). Con él, lanzó un
“tsunami” de dólares al mundo que, en el caso de México, trajo consecuencias
como la sobrevaluación del peso y que los valores gubernamentales mexicanos en
poder de extranjeros alcanzaran niveles récord. Hoy, la estafeta de la
impresión monetaria ha sido pasada a otras latitudes con serias tribulaciones
económicas como Europa y Japón, motivo por la cual la oleada se está revirtiendo
y el dólar apreciando.
Dicho de otro modo, todo el esfuerzo de la Fed
para devaluar al dólar fue en vano. Lo único que logró fue desencadenar una
“guerra de divisas”, que pese a sus esfuerzos, ha perdido de manera
contundente: el billete verde está “vitaminado”.
Este hecho, sumado a una baja inflación y a que
la economía estadounidense muestra signos de estancamiento y posible recesión,
hace que la tan esperada “alza de tasas” de interés de la Fed que el consenso
espera para este año, los deje esperando sentados. Un breve recordatorio de que
nunca es buena idea seguir a la masa.
Subrayamos lo anterior porque hoy casi todos
aman al dólar y desprecian al oro. Es cierto que debido a esta temporal
fortaleza de la divisa americana, puede llegar a niveles insospechadamente
altos frente a otras monedas y al oro. Pero que nadie se confunda. Si con el
empujón de la manipulación del mercado el oro se quiebra y rompe el soporte
todavía lejano de los 1 mil dólares, la bandera de la oportunidad de compra
estará ondeando a todo lo que da.
De manera análoga a como advertimos en julio
que el peso se devaluaría –y que por cierto pocos creyeron, recordamos que en
el fondo la economía global y el sistema financiero no son hoy más fuertes que
en 2008-2009, sino más débiles. Después de este auge de duración desconocida,
una crisis de divisas está garantizada y el dólar, será el protagonista. Por
eso mejor olvídenlo, amen al oro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario