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martes, 10 de marzo de 2015

streaming

¿El streaming salvará el negocio musical?


El Cronista Comercial - ‎martes‎, ‎10‎ de ‎marzo‎ de ‎2015
Las descargas digitales - una vez vistas como la salvación de una industria de la música devastada por la piratería en línea y la caída de las ventas de CD - están en declive. Los sellos discográficos están preocupados. Consideradas como la principal forma de escuchar música en la actualidad, la década de crecimiento frenó en seco el año pasado y, para 2015, se espera, incluso, una caída en ventas aún más profunda.


La nueva esperanza se concentra ahora en el streaming. Un grupo de empresas, liderado por el servicio de escucha vía streaming Spotify, del que también participan nombres como Apple o Google, están apostando a que los fanáticos de la música migren a nuevos servicios que les ofrecen a sus oyentes acceso a todo el volumen de música que quieran a cambio de un pago fijo mensual.

Atracción inversora

El trasfondo de la apuesta es que hoy se entiende el acceso, no la propiedad, como el parámetro que puede cambiar el juego de variables. Lo prueba el éxito de Spotify.

La compañía sueca creció en 2,5 millones de suscriptores a fines del año pasado y, hoy, tiene 15 millones de clientes de pago, con 60 millones de personas en todo que utilizan sus servicios. Su crecimiento atrae también el interés de los inversores.


Recientemente, contrató al banco de inversión Goldman Sachs para recaudar $500 millones de dólares y se espera que una nueva ronda de financiación valore a la firma en $8.000 millones de dólares, según fuentes cercanas a la operación. Entre los inversores que participan del proyecto, están figuras como Sean Parker, el fundador de Napster, pero también sellos discográficos, como Universal Music Group y Sony Music.


La razón de su poder de seducción es simple. El comportamiento del consumidor está cambiando: las descargas digitales mundiales de discos cayeron un 9% en 2014 y las ventas de canciones individuales un 12%, según datos de la investigadora de mercado Nielsen Music. Mientras, la demanda de servicios de streaming creció más de un 50%.

Solo en los EE.UU., se escucharon por esta vía un total de 164.000 millones de canciones, en 2014.

Un nuevo modelo

A pesar de tal avance, la industria reconoce que el streaming no reemplazará la pérdida de ingresos por la disminución en la descarga de dos o tres años.

Para los sellos discográficos, el encanto del sistema radica en que se trata de un modelo que pasa de depender de eventuales hits ocasionales a uno que asegura ingresos recurrentes.

Por otro lado, las firmas tecnológicas compiten por lanzar nuevos servicios de streaming de música, buscando cerrar acuerdos exclusivos con sellos y eventos. Un ejecutivo lo resume así: “Google, Apple, Spotify y otros están todos convergiendo en este espacio. ¿Y qué es lo que necesitan? Nuestra música”.


Como lo indica el experto, Apple es uno de los principales. Hoy por hoy, su tienda iTunes es el mayor vendedor de música online. Entre sus recientes innovaciones, figura la compra de la firma de auriculares y servicios de audio Beats, que adquirió el año pasado por $3.000 millones de dólares.

Para este año, se espera el lanzamiento de su propio servicio de streaming de música para aprovechar así la ventaja de su base instalada de dispositivos, movida que podría incluir una actualización de su sistema operativo móvil iOS.

Entre los planes, figura también una versión de acceso libre de costo que diferenciaría la oferta de la de Spotify. Cabe recordar que el grupo sueco utiliza su servicio gratuito para convertir a los oyentes a suscriptores de pago. Otro opción es la de ofrecer simplemente un precio menor por la suscripción mensual. En los EE.UU., podría ser de $7.99 dólares, en comparación con los $9,99 que se paga en Spotify.

Otro frente pasará por los derechos de distribución. Del volumen de ingresos generados en 2013, unos 605 millones de euros, Spotify debió pagar cuatro quintas partes en costos de derechos de propiedad y suministro a artistas.


Es de esperar que, a medida que más personas recurran a la transmisión, esa realción se incremente. Resumiendo, el streaming sigue siendo un negocio naciente y promete presentar algunos obstáculos en el camino para una industria ávida de volver a los días felices de las ventas de CD de alto margen.

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