El legendario boxeador que espera un perdón
póstumo
BBC Mundo - domingo, 22 de marzo de 2015
Antes que Muhammad Alí, antes que
Prince, antes que Will Smith, existió Jack Johnson.
Fue una figura adelantada a su
tiempo.
Fue el primer campeón negro de
los pesos pesados de boxeo. Y es considerado por muchos el primer icono
afroestadounidense de la cultura pop. Vivió su vida extravagante como un
auténtico playboy.
También enfrentó una vida dura,
difícil, plagada de discriminaciones y violencia.
"Este hombre se sobrepuso a
una de las peores circunstancias sociales: la primera generación
post-esclavitud, en el contexto de las leyes Jim Crow en Estados Unidos, cuando
la segregación y la violencia gratuita (y muchas veces mortal) hacia los
afroestadounidenses eran rampantes", dice Adrian Matejka, profesor de
literatura en la Universidad de Indiana.
Matejka es autor de The Big
Smoke, libro de poemas inspirados en la figura de Jack Johnson.
"Sus padres eran esclavos y,
aun así, él logró ascender al título deportivo más importante de su
tiempo", dice el escritor a BBC Mundo.
Jack Johnson venció a muchos
boxeadores blancos, lo cual le granjeó enemistades.
La ley Mann
En junio de 1913, Johnson fue
sentenciado a un año y un día de prisión por violar la llamada ley Mann, que
prohibía el transporte de un estado a otro de mujeres blancas con
"propósitos inmorales".
Dicha ley de carácter federal
tenía como propósito combatir el tráfico de mujeres blancas con fines de
prostitución.
Ocurrió que el 18 de octubre de
1912, el boxeador fue detenido bajo el pretexto de que su relación con la
presunta prostituta blanca, Lucille Cameron, constituía una violación de la ley
Mann.
Para el momento de su detención
apenas había transcurrido poco más de un mes del suicidio de su primera esposa,
una sofisticada mujer de Brooklyn llamada Etta Duryea.
La mujer se quitó la vida en el
piso superior del Café de Champion, el club nocturno que la pareja poseía en la
ciudad de Chicago.
Para impedir que los fiscales lo
procesaran por violar la ley Mann, Johnson se casó apresuradamente con Cameron,
el 4 de diciembre de 1912, menos de tres meses después de la muerte de Duryea.
Cameron, de hecho, se negó a
testificar en su contra, aún así terminó siendo condenado y encerrado en una
prisión federal.
Perdón póstumo
Pero ahora, más de 100 años
después, dos influyentes senadores buscan hacerle un desagravio al boxeador que
reinó en los pesos pesados entre 1908 y 1915.
Recientemente, el senador
republicano y excandidato presidencial John McCain y el senador demócrata Harry
Reid introdujeron en el Senado una resolución que busca que el presidente
Barack Obama otorgue un perdón póstumo a Johnson.
"Johnson fue un verdadero
campeón cuyo nombre fue empañado por una condena penal injusta y de
motivaciones raciales", dijo Reid en un comunicado. "Ahora es el
momento de restaurar su legado".
"Jack Johnson merece ser
recordado por su carrera increíble, no por el racismo que lo envió injustamente
a la prisión".
Ya antes el Congreso intentó que
los presidentes George W. Bush y Barack Obama le concedieran el perdón, sin
resultados a la vista.
Un gran boxeador
Jack Johnson nació el 31 de marzo
de 1878 en Galveston, Texas, de padres que habían sido esclavos y que entonces
se dedicaban a labores de limpieza.
Debutó profesionalmente en el
boxeo en noviembre de 1898 con un notable nocáut sobre Charley Brooks.
A partir de entonces inició una
carrera en el mundo del ring que lo llevó a titularse campeón el 26 de
diciembre de 1908, al derrotar por nocaut, en una pelea escenificada en Sidney
y que se extendió por 14 rounds, al entonces campeón Tommy Burns.
El excampeón de los pesos pesados
James Jeffries, considerado por los supremacistas como "la gran esperanza
blaca", cayó vencido por Johnson en 15 rounds.
Andrés Bermúdez, especialista en
boxeo del canal de deportes beIN Sports en Español y conductor en ESPN Radio, no
duda en catalogarlo como "el más grande de los peleadores negros de su
época".
"Tuvo que enfrentar una
época complicada", dice Bermúdez a BBC Mundo. "Le negaron peleas por
su color de piel, le negaron bolsas por su color de piel. Y él tuvo el coraje
de enfrentar esas barreras, siempre de frente".
Durante su reinado entre 1908 y
1915 muchos esperaban la aparición de una "gran esperanza blanca" que
acabara con las pretensiones de este campeón negro.
Esta "esperanza" recayó
en los hombros del excampeón mundial James Jeffries.
El famoso novelista Jack London
escribió en un diario neoyorkino que el combate entre Johnson y Burns había
"entre un coloso y un pigmeo".
"Burns fue un juguete en sus
manos. Jim Jeffries debe emerger de su granja de alfalfa y retirar la sonrisa
dorada de la cara de Johnson. Jeff, depende de ti", escribió London.
Pero, para los supremacistas
blancos fue una enorme desilusión el ver a Jeffries caer derrotado ante Johnson
aquel 4 de julio de 1910 en Reno, en lo que había sido calificado en su momento
como la "Pelea del Siglo".
El senador republicano John
McCain -acá con Dorothy Cross, la sobrina nieta de Johnson- está impulsando el
perdón póstumo junto con el senador demócrata Harry Reid.
Las celebraciones de los negros
por la victoria de Johnson devinieron en enfrentamientos violentos con blancos
y más de 20 muertes en distintos lugares del país.
"Johnson superó el estigma
de los peleadores negros en el sentido de que, siendo muchos esclavos, solían
pelear entre ellos", dice Bermúdez.
"Johnson peleó y derrotó a
hombres blancos", amplía. "Y se hizo campeón al derrotar a un hombre
blanco. De hecho, muchos blancos se negaron a pelear con él. Y los blancos
tuvieron que reconocerlo como el verdadero campeón, ahí radica su legado para
el deporte de la raza negra".
Defensa como arma
Matejka ha estudiado a fondo la
vida y legado de Johnson.
Dice que desde un punto de vista
boxístico, una figura muy importante porque fue uno de los primeros peleadores
que "usaron la defensa como un arma en el ring".
"Antes de Johnson la mayoría
de los pesados atacaban de frente con todo. Johnson era tan ágil y estaba tan
consciente de serlo, que lograba crear ángulos sorprendentes para evitar que lo
gopearan y devolver él el golpe".
"Esa forma de boxear se
convirtió a futuro en el modelo de boxeo defensivo, incluyendo al gran Muhammad
Alí", completa Matejka.
Todavía hoy, explica el escritor,
en el legendario gimnasio de boxeo Old Angle Gym, en Cleveland, el veterano
entrenador Gary Horvath -con más de 50 años de experiencia- les muestra las
películas de Jack Johnson a los peladores jóvenes, "para que aprendan
sobre las posibilidades defensivas".
De acuerdo con el Salón de la
Fama del Boxeo Internacional -al cual fue elevado en 1990- Johnson -que llegó a
pelear en Cuba, en Francia, en Canadá- terminó su carrera con una marca de 77
victorias y 13 derrotas, con 48 nocauts, 14 empates y 19 peleas sin decisión.
Jack Johnson tuvo una vida
marcada por los escándalos y las extravagancias.
Extravagancias del campeón
Fuera del cuadrilátero, tuvo una
vida de estrella, pese a los obstáculos por su color de piel.
Tenía su propia banda de jazz y
su club nocturno, en cuya tarima acostumbraba a actuar y bailar.
De acuerdo con un reporte de
ESPN, Johnson usaba dentadura de oro, conducía llamativos autos deportivos de
color amarillo.
"Ostensiblemente paseaba al
leopardo que tenía por mascota mientras iba tomando sorbos de champagne",
dice el artículo de ESPN.
Y claro, las mujeres: tuvo tantas
como pudo, muchas de ellas más bien celebridades.
A Johnson se le atribuyen
romances con Mistinguette, la estrella de cabaret parisino Moulin Rouge; con la
espía alemana Mata Hari y con las sex symbols Lupe Vélez y Mae West.
Se casó tres veces, la última vez
en 1925, con Irene Pineau. La pareja se mantuvo unida hasta 1946, cuando él
murió, a los 68 años, en un accidente automovilístico en Raleigh, Carolina del
Norte.
Ahora su leyenda está a la espera
de un perdón presidencial.
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